Chris Froome, a pesar de no tener solucionada su situación con la Unión Ciclística Internacional (UCI) por dar positivo en dopaje en la última edición de la Vuelta a España, volverá a las competiciones europeas este 14 de febrero en la Ruta del Sol.
El corredor británico iniciará su temporada de caras a los dos objetivos principales: Giro de Italia y Tour de Francia. El doblete parece ser un anhelo para el pedalista. Sin embargo, la incertidumbre de una posible suspensión lo tiene acorralado hasta que pueda demostrar su inocencia y salir librado de esta situación que conmocionó al mundo del ciclismo.
Con todo el apoyo del Sky, Froome espera que la UCI tome una decisión pronto que le permita competir con tranquilidad. De otra forma podría estar en peligro su participación en el Giro y Tour.
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Todos los equipos del circuito tienen los ojos sobre esta situación. El múltiple campeón de la competencia 'gala' es el rival más peligroso de los corredores en las vueltas grandes. Así lo ha demostrado en los últimos años con sus títulos.
Algunos deportistas como Roman Bardet y Tom Dumoulin fueron contundentes con sus opiniones: "La organización tiene que suspender si ese es el caso".
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Froome sabe que mientras se resuelve su presunto caso de dopaje, debe continuar en forma. La temporada es exigente y las escuadras rivales del Sky cada vez son más agresivas con sus estrategias en las rutas.
En la Ruta del Sol el pedalista británico enfrentará a Mikel Landa, su excompañero y uno de los rivales que podría darle competencia en el Giro.
