
El 6 de abril de 2025, Bogotá volvió a ser escenario de un crimen estremecedor que sacudió al país. Jesús Sánchez, uno de los nombres más conocidos en el negocio de las esmeraldas en Colombia, fue asesinado a plena luz del día por un francotirador.
El asesinato, que ocurrió en la misma zona donde fue ultimado Juan Sebastián Aguilar, alias ‘Pedro Pechuga’, se ha convertido en uno de los más impactantes y complejos del último tiempo.
El asesino esperó a su víctima durante horas
La Policía Metropolitana de Bogotá ha revelado nuevos detalles sobre la forma en que se perpetró este asesinato. Según las investigaciones, el francotirador que acabó con la vida de Sánchez permaneció agazapado durante más de seis horas en un lote baldío de la carrera Séptima con calle 138, en el sector de Bosques de Marqués, ubicado al nororiente de Bogotá. Este terreno, que cuenta con una densa vegetación, fue el escondite perfecto para el atacante, quien esperó pacientemente hasta que Sánchez se detuviera frente a su residencia, sobre las 3:40 p.m.
El francotirador aprovechó la ubicación estratégica y el hecho de que Sánchez se encontraba en una zona relativamente aislada para ejecutar el ataque. Desde este punto, el asesino disparó varios proyectiles que impactaron directamente en su víctima, dejándola sin posibilidad de defensa. Después de cometer el crimen, el atacante huyó rápidamente hacia las montañas que rodean la ciudad, utilizando la vegetación como cobertura.
La conexión con el asesinato de ‘Pedro Pechuga’
Lo más impactante de este crimen es la similitud con otro asesinato que ocurrió en agosto de 2024, en el mismo lugar. Juan Sebastián Aguilar, conocido como ‘Pedro Pechuga’, también fue abatido por un francotirador en la misma zona. Ambos crímenes tienen características similares, lo que ha llevado a las autoridades a investigar si hay una conexión más profunda entre los dos casos. El modus operandi del atacante, que utilizó el mismo tipo de arma y tácticas para escapar, sugiere que se trata de una acción planificada con precisión y ejecución profesional.
¿Quién era Jesús Sánchez, reconocido esmeraldero?
El asesinato de Jesús Sánchez no puede entenderse sin explorar su rol en el mundo de las esmeraldas, un negocio históricamente marcado por la violencia y el crimen organizado.
Conocido como el sucesor de Víctor Carranza, uno de los hombres más poderosos del sector, Sánchez había logrado consolidar su posición en el mercado de las esmeraldas, particularmente en las minas de Muzo, Boyacá. Sin embargo, su ascenso no estuvo exento de controversia.
En 2012, Sánchez había sobrevivido a un atentado en el centro comercial Andino, en Bogotá, lo que ya comenzaba a mostrar la magnitud de las amenazas que pesaban sobre él. En el pasado, fue señalado de apropiarse de las acciones de Cunas, una de las minas más importantes del país, junto con otros socios. Además, los vínculos de Sánchez con figuras poderosas y la disputa por el control de las minas de esmeraldas lo colocaron en la mira de diferentes grupos, tanto legales como ilegales.
El francotirador sigue suelto
A pesar de las investigaciones en curso y los esfuerzos de las autoridades, el francotirador sigue sin ser capturado. La Policía Nacional ha desplegado un operativo que incluye dos helicópteros para rastrear posibles rutas de escape en las zonas rurales cercanas a Bogotá. Sin embargo, hasta el momento, el responsable sigue prófugo, lo que aumenta la incertidumbre en torno a un crimen que parece sacado de una película de suspenso.
El asesinato de Jesús Sánchez ha reavivado el debate sobre el control y la violencia que históricamente han marcado el negocio de las esmeraldas en Colombia. La "guerra verde", como se conoce a la lucha por el control de las minas de esmeraldas, sigue siendo una realidad presente en el país, aunque en gran parte del territorio esté oculta por la apariencia de negocios legítimos. Los asesinatos de figuras clave como Sánchez y ‘Pedro Pechuga’ demuestran que, detrás del brillo de las esmeraldas, persisten conflictos violentos relacionados con el narcotráfico, el crimen organizado y el control territorial.