Hoy, por primera vez en estos maravillosos dos años largos como columnista de este medio, utilizo este espacio para hablar sobre el cese de funciones el pasado 30 de julio de la primera emisora cultural privada del país, la HJCK, no desde el interés de opinar desde una nostalgia personal o de nicho, ni del investigativo en materia de las reales motivaciones por las cuáles el grupo económico Valorem propiedad de la familia Santodomingo (dueños de Caracol TV y Blu Radio) decidieron apagar su señal digital para siempre.
Chapinero, la altura de miras popularizada y una visión alternativa de la radio y de los medios fue posible en el país gracias a esta frecuencia. Y varias reflexiones sobre el periodismo actual y el inevitable cambio del equilibrio de fuerzas de los medios masivos de comunicación, la resignificación (¿peligrosa?) de la cultura.
“En períodos de decadencia las artes oscilan entre lo alegórico y lo abstracto”
“El vacío que aqueja a la derecha es el cinismo, y a la izquierda, la mentira”
“Todo en la historia comienza antes de donde creemos que comienza, y termina después de donde creemos que termina”
Nicolás Gómez Dávila, filósofo y políglota colombiano. Cofundador de la Universidad de los Andes (1913-1994).
LA DESAZÓN SUPREMA
Una serie de hechos personales que no vienen al tema en este espacio, que sin duda como todo ser humano consciente y sensible es afectado por ellos. Y hoy, internamente, en mi corazón, tengo una tristeza adicional por el apagón de la primera emisora cultural del país el pasado 30 de julio, ni siquiera esperando a su aniversario número 75 que se cumpliría el 15 de septiembre próximo. Sin mayores explicaciones, con la lectura del poema de Piedad Bonnet cierra para siempre transmisiones virtuales la estación de radio que aportó el archivo de voces más grande de América Latina, pionera en el desarrollo comercial radial y la futura carrera de las relaciones públicas y mostrar que era posible una radio diferente.
En este último punto es donde radica el valor adicional y no menos importante que el legado de popularizar la música clásica, la literatura, el jazz y el blues, las músicas alternativas, y ahora, desde 2019, además de incluir nuevas tendencias y temas generacionales bajo la jefatura de edición de Camila Builes, bajo el liderazgo de doña Gloria Valencia de Castaño, esposa de don Álvaro Castaño Castillo, dentro de su papel de “vendedora de pauta no oficial” transmitía desfiles de moda e inclusive eventos del Hotel Tequendama para tener tanto ingresos económicos como contenidos atractivos para garantizar la futura pauta, que siempre fue inconstante, que hubo muchas promesas de parte de filántropos que debido a los cambios corporativos quedaron en el aire.
La HJCK es la perfecta armonía de la divergencia que puede significar unir los sentimientos entre lo que se debe conservar de un pasado que creemos mejor recuperándose de una avanzada de un supuesto “mejor futuro” que debe acabar con todo vestigio de lo que no encaje en sus nuevas formas. La HJCK es rebeldía real con clase y altura.
LA HJCK, MIS SUEÑOS Y YO
Tuve muchas transiciones y obsesiones de sueños en mi vida. Pero la lectura, la música clásica y la radio hablada han sido una constante. La antigua Radiodifusora Nacional, ahora Radio Nacional con su franja de música clásica y después las emisoras universitarias y algunas propiedad de grupos empresariales en calidad de fundaciones -lo que posteriormente se reconocería como Responsabilidad Social Empresarial- harían la Clásica de Cali (Fundación Carvajal) o la emisora de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. A los ojos comunes, este tipo de medios sería “aburrido”, monótono -sobre todo por los mensajes de solicitar donaciones a los oyentes- o de no entender la estructura de dicha programación.
Para mí, en una época de mi vida fue perfecta. Tal vez por el mito de que la música clásica ayuda al estudio -igual que la música ambiental de Melodía Estéreo o el efecto Mozart- hizo que me volviera asiduo en 2003 a escuchar la emisora. Día y noche, en vacaciones, día y noche mucha música clásica, voces, historia, reloj, avisos de lo que hoy llaman “aspiracional” -es decir lo que tomamos como arribismo en el caso de las personas sin mente aristocrática, pero que son simplemente
regreso a nuestra verdadera memoria para los que si somos de pensamiento, ser y memoria aristocrática-. Me imaginaba tomando un avión el viernes a París con mi novia imaginaria o solo, con apenas 14 años yendo una tarde a la torre Eiffel y pasando por Trocadero y después regresar a Bogotá, con alegría momentánea y la frustración, de la entonces inmadura conexión con la casa.
Soñaba con el golf, con comer en Restaurantes Casa Vieja y asistir algún día a la Clínica de Marly -ambas cosas se cumplirían años después con mi familia materna y mi abuela por circunstancias de un contraste emocional tremendo-.
Me llenaba de alegría saber el papel de Nicolás Gómez Dávila y de Álvaro Mutis cuando en 2010 decidí abrazar las ideas conservadoras de manera militante al desengañarse de la izquierda de la universidad pública. En el mismo popurri de causas, partidos y alternatividad; revolví la aristocracia con la convivencia con el libertarismo.
Confusiones, heridas, triunfos temporales y derrotas tácitas. Pero esa madurez hizo que el gusto por ese periodismo siguiera. Y mutara en causas, como lo es para mí Chapinero, la industria de bebidas y alimentos, la gastronomía, la seguridad y defensa, el sector hidrocarburos, minero y energético; los deportes de motor, combate y tenis, y, todo unido por la cultura.
¿PARA DONDE VA EL PERIODISMO COLOMBIANO? ¿EL FIN DE LA CULTURA CLÁSICA SE APROXIMA?
Muchos entre comillas “librepensadores” que son el mainstrem liberal y de las izquierdas retorcidas de nuestra parte del mundo, o si se quiere una cara oculta del Régimen que domina nuestras vidas sin saberlo, ha fomentado una visión ecléctica y anárquica de la estética y la relativización de la cultura -ejemplo el cambio de nombre e inclusión del plural “Culturas” en 2023-, no es un tema inocente de inclusión de sectores que siempre fueron invisibilizados y que gracias al avance y constitución científica de las ciencias sociales se logró incluir esa igualdad de validez de las culturas como objetos de estudio y después como experiencias vivas de riqueza y memoria.
La dinámica volátil de las redes sociales sumada a la crisis económica mundial de los medios de comunicación tradicionales están haciendo que los formatos hasta ahora intocables en la solemnidad adulta de la radio sean revaluados…porque esos adultos van de salida…
La nueva generación entrará a segmentar cada vez más los gustos, discursos hegemónicos, voces y mensajes para cada estrato y gusto musical, dejando en el olvido por no mencionarla la literatura, las opiniones disonantes e incluso ridiculizando las costumbres alrededor de las actividades propias de la música clásica, la ópera, el ballet y sus públicos…sumiendo aún más en el anonimato las movidas independientes musicales…
RCN Radio destruye su cadena básica y tendrá una señal light y otra informativa y de música bajo la estampa de la marca de la FM, como el famoso noticiero Alerta Bogotá, pionero de la crónica roja e información popular se convierte en una emisora hablada hace ya tres meses…¿y la competencia destruye la HJCK dejando aún muchas dudas que no son aclaradas sino oscurecidas por Pilar Castaño en su natural nostalgia?
¿A quién le conviene que desaparezca el buen gusto, la cultura y el pensamiento aristocrático y occidental en Colombia? ¿Será a la izquierda que asume como suya la comunicación popular? ¿Serán los medios liberales y los intereses corporativos mutando a velocidad infinita su atraso frente a las redes sociales? Son preguntas que todo periodista y ciudadano con ética deberá responder.
¿Y qué tiene que ver el fin de la HJCK con nuestra vida? Que simplemente es el hito del principio del fin de los valores, cultura y de nuestras vidas, y sobre si dejaremos que nos arrastre la ola hacia la desconexión del mundo y la soledad interior, o seremos rebeldes?
¿Y con el periodismo? El mundo tiene una tendencia a ridiculizar, invisibilizar o eliminar lo que no cabe en el patrón de gremios y empresas dominantes en tecnología y medios…si un medio burgués, apoyado por las clases altas y con aceptación como la HJCK sucumbió a la pobreza, ¿no será necesario replantear la existencia y financiación de los medios alternativos y comunitarios como está establecida?
¿Nos vamos a quedar indiferentes ante la ola? ¿O seremos la Holanda que contra la bajamar pueda construir mundos mejores posibles?