La misionera colombiana Gloria Cecilia Narváez, secuestrada en Malí (África) en 2017 por la organización terrorista Al Qaeda (proscrita en Rusia) y liberada el pasado 9 de octubre, llegó este martes a Colombia procedente de Roma (Italia).
La hermana aterrizó en Bogotá procedente de Roma en un vuelo con escala en la ciudad de Madrid, España, y fue recibida por sus compañeras de congregación y por una comisión de la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión (Gaula) de la Policía Nacional.
En su llegada, la hermana Narváez dijo: “Aunque fue duro, difícil estar en ese desierto, yo creo que Dios fue grande conmigo y me dio la oportunidad de seguir viviendo con ilusión. Una emoción muy grande encontrarme con las hermanas, con toda mi gente colombiana”.
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Tras su liberación, la religiosa, de 59 años, permaneció en Roma, donde se reunió con el papa Francisco y con la vicepresidenta y canciller colombiana, Marta Lucía Ramírez. Sobre su secuestro, Narváez explicó: “Yo trazaba cada día el mapa de Colombia y sus departamentos. Pedía a Dios que bendiga mi patria, que bendiga los colombianos, la gente que sufre. Para eso estamos, para abrir fronteras. La congregación tiene presencia en Malí y allá también están dos hermanas y estamos dando respuesta a los sufrimientos de la gente”.
Narváez fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 en la aldea Karangasso, a 400 kilómetros de Bamako, capital de Malí, cuando cuatro yihadistas del Frente de Liberación de Macina irrumpieron armados en la casa de la misión franciscana en la que ella se encontraba como misionera.
El 1 de julio de ese año la alianza yihadista se adjudicó públicamente el secuestro. Durante el tiempo que estuvo secuestrada la organización presentó cuatro pruebas de supervivencia: el 1 de julio de 2017, el 29 de enero de 2018, el 12 de junio de 2018, y el pasado 1 de mayo.
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Para lograr su liberación, el Gobierno colombiano dialogó con autoridades malienses y países aliados como Francia, España, Estados Unidos, Suiza, Brasil, Alemania, Australia, El Vaticano, Ghana, Níger y, Burkina Faso.
Los yihadistas de una facción de Al Qaeda secuestraron a la monja acusándola de despojar a los musulmanes de Malí de sus creencias y reemplazarlas por falsedades. Las autoridades colombianas también señalaron que la retención se produjo con fines de extorsión, aunque al final dicha facción no cobró por la liberación de la religiosa.