
Claudia Martínez, directora y fundadora de la Coalición para la Alimentación y el Uso del Suelo (FOLU), explicó cuáles son los procesos regenerativos y su importancia en los alimentos que se consumen a diario, tanto a nivel nacional como internacional. Además, aclaró cuál es el trabajo que FOLU desarrolla actualmente en el país.
“Es una coalición que reúne a actores interesados en transformar los sistemas alimentarios en potentes motores de desarrollo y equidad. Tiene un alcance global, articulando a diversas organizaciones y estando presente en múltiples países como India, China, Indonesia, Kenia, Etiopía, Brasil y Colombia. Se imaginarán, por ejemplo, que lo que coman los chinos definirá los sistemas alimentarios del planeta, y lo mismo sucede con los hindúes”, expresó Claudia Martínez.
Regenerar desde la raíz: un factor esencial en los sistemas alimentarios de Colombia
Esta entrevista se centra en entender cómo en Colombia persiste el desconocimiento sobre los recursos naturales que el país puede proveer, así como las afectaciones económicas y ambientales que sufre el suelo nacional debido a la falta de comprensión sobre los sistemas alimentarios y la conservación de los ecosistemas.
Según el Ministerio de Agricultura, solo el 1,33 % del área agrícola en Colombia se cultiva con prácticas alternativas como la agricultura orgánica o agroecológica. Por otro lado, un informe presentado en 2024 por el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) revela que, en los últimos 100 años, se ha perdido el 75 % de la diversidad genética de los cultivos. Hoy, solo nueve especies vegetales dominan la agricultura mundial, y tres de ellas (arroz, trigo y maíz) aportan más del 50 % de las calorías vegetales que consume la humanidad.
Los sistemas alimentarios actuales están produciendo pérdida. Así lo advierte Claudia Martínez Zuleta, directora de FOLU Colombia, quien sostiene que:
“La forma en que cultivamos, distribuimos y consumimos alimentos está agotando el planeta y deteriorando la salud pública”.
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La evidencia respalda su preocupación. Actualmente, estos sistemas generan US$12 billones en costos anuales por sus impactos negativos en el ambiente, la salud y la economía, pero solo aportan US$10 billones al PIB global. De mantenerse esta tendencia, las pérdidas podrían alcanzar los US$16 billones para 2050. A esto se suma que, según datos de la FAO (2022), cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale a un tercio de toda la producción mundial.
En Colombia, la situación no es ajena
“Estamos en un país con gran biodiversidad, pero comemos arroz, trigo y maíz. Solo tres especies concentran el 60 % de la ingesta calórica”, señala Martínez. A esto se suma un deterioro silencioso: el 40 % del territorio nacional presenta algún grado de erosión, una consecuencia directa del uso intensivo del suelo y la deforestación, que amenaza la seguridad alimentaria a futuro. Además, la producción de alimentos genera cerca del 10 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (FAO, 2022), lo que refuerza el llamado urgente de esta coalición por impulsar sistemas alimentarios regenerativos, sostenibles y equitativos.
Ante esta situación, Claudia Martínez habló sobre los procesos que FOLU ha desarrollado a nivel nacional en distintos departamentos de Colombia.
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Nuestro territorio
En el Quindío, uno de los territorios con mayor riqueza hídrica y de suelos, FOLU lideró un diagnóstico participativo que evidenció una alarmante erosión del 70 % del territorio y la drástica reducción de cultivos tradicionales como el café. A partir de estos hallazgos, se construyó una hoja de ruta con enfoque regenerativo que hoy sigue en marcha.
En Antioquia, la coalición identificó una fuerte dependencia de alimentos importados y altos niveles de deforestación, lo que motivó el fortalecimiento de redes agroecológicas y liderazgos juveniles en el campo.
En el Valle del Cauca, donde ciudades como Cali importan hasta el 94 % de los alimentos que consumen, FOLU ha promovido circuitos cortos de comercialización y políticas públicas de agroecología.
Santander se suma como el más reciente departamento en integrarse, con procesos de diagnóstico, formación y articulación institucional en desarrollo. En cada uno de estos territorios, la coalición trabaja por recuperar la soberanía alimentaria y regenerar el vínculo entre el campo, la ciudad y el planeta.
Esta entrevista se convirtió en una conversación que busca no solo entender la importancia del uso del suelo y de una alimentación saludable, sino también evidenciar que, a pesar de ser un país con gran riqueza natural y biodiversidad, Colombia no está utilizando ni aprovechando plenamente los recursos que la tierra puede proveer.