Tener éxito y posicionar una marca reconocida a través de una franquicia no es tan fácil como parece. El porcentaje de ventas a pagar a los dueños, la ubicación de un local adecuado y la adaptación de platos extranjeros al paladar colombiano representan los principales retos.
Desde 2008 un emprendedor, con varios socios, se propuso traer al país un tradicional restaurante americano especializado en ofrecer una variedad de platos, con la atención de las estrellas del lugar: sus chicas. Las alitas de pollo, la transmisión de programas deportivos y las bellas mujeres resumen la propuesta de este restaurante. Desde su creación, el tradicional restaurante ha sido conocido por sus "chicas Hooters" que visten con sensuales uniformes blanco y naranja.
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Andrés Hernández Puyo, bogotano y especialista en mercadeo y publicidad, logró cumplir con esta ilusión de los trabajadores independientes: Traerse un concepto de diversión exitoso en decenas de países y posicionarlo en Colombia. Se trata de Hooters. Quien trabaja como gerente de mercadeo asegura que contar con la franquicia tiene cosas tanto positivas como negativas. Por ejemplo, una poderosa marca que no está interesada en asumir riesgos en otros mercados prefiere que socios estratégicos acepten este reto.
Hernández Puyo cuenta que hace más de seis años hicieron conexión con la casa matriz de Hooters en Atlanta, un proceso bastante largo y dispendioso para ellos. Fue allí cuando los 'dueños del aviso' a través de muchas investigaciones decidieron otorgarle a este colombiano y sus amigos, la explotación de la marca por veinte años. El proceso que inició con un correo electrónico duró dos años. El traer el restaurante-bar fue desgastante.
Ellas son las Chicas Hooters, mucho más que alitas picantes.
“Usted está trabajando en un proyecto en el que puede que al final de los dos años le digan: 'señor qué pena pero no nos interesa asociarnos con usted'(…) ahí vienen una serie de preguntas y después enviar la documentación, conocernos con las personas encargadas para la región y luego capacitarnos; lo logramos”, cuenta el representante de la marca en Colombia.
A mediados del 2008, el primer local fue abierto en el norte de Bogotá. En agosto del año siguiente inauguraron en Medellín. Cali fue la tercera ciudad que acogió la marca y en marzo del año pasado un nuevo local se estrenó en la capital colombiana. Hoy, cerca de 23 mil personas visitan estos cuatro restaurantes mensualmente.
¿Solo para hombres?
Se podría pensar que la mezcla de unas lindas meseras, partidos de fútbol, cerveza y alitas picantes, no sería atractivo para las mujeres. De hecho en los Estados Unidos, de donde proviene el negocio, Hooters tiene una audiencia masculina cercana al 90 por ciento. Pero en Colombia las estadísticas no son para nada cercanas a la realidad de otras naciones. “En este momento nosotros estamos atendiendo más o menos un 65 por ciento de hombres, un 35 por ciento de mujeres y sorpresivamente de este porcentaje tenemos un 10 por ciento de jóvenes, inclusive niños. Es un segmento de mercado que ni siquiera llamamos como niños y jóvenes sino como familia”, dice Andrés Hernández.
El encargado del área de mercadeo anota que han dejado de ser tan agresivos con el tema de la chica Hooters como atractivo para el cliente. Se especializaron en entregar un concepto concreto de diversión.“No es que hayamos dejado a nuestras chicas de lado porque son nuestras estrellas pero empezamos a darle un poco más de relevancia a nuestras clientes. Ofrecemos cuatro platos saludables que no pasan por la freidora, rellenos de verduras”.
Dentro del proceso de capacitación, se establecen 12 instrucciones para los empleados. Dentro de ellas hay especificaciones en cuanto a la atención a la mujer. Si hay una mujer en la mesa, ella será atendida primero que los acompañantes, por ejemplo. “La marca sí evolucionó porque nos dimos cuenta que a las mujeres también les atraen este tipo de conceptos”.
Las chicas Hooters
Hacen parte del "paisaje del restaurante". Belleza y amabilidad es la receta para cautivar al cliente mientras llega su comida. "Mas allá de lo que podemos pensar por el perfil que vemos dentro de Hooters, el tema es tener actitud. Aquí ellas pueden bailar, cantar, jugar y realizar cualquier tipo de coreografía", enfatiza Andrés Hernández. En temas de selección, los encargados dicen no evaluar si la aspirante es delgada, gorda o baja de estatura. Una parte crucial durante el proceso está relacionada con lo cómodas que ellas puedan sentirse con el uniforme que caracteriza a las reconocidas meseras. "Una niña que no se sienta bien con el uniforme, va a tomar la iniciativa de no seguir en el proceso de selección, pero casi que el filtro físico lo hacen ellas, nosotros no incidimos directamente en esa parte".
Las chicas Hooters, entre 19 y 26 años, se han convertido en un ícono del restaurante. La evolución de la marca va más allá de su comida, convirtiéndose en un trampolín para las trabajadoras. El menú tradicional que tiene las alas picantes como su opción más destacada, intentó ser adaptado al contexto colombiano. La marca le ofrece a los franquiciantes la posibilidad de tener un pequeño espacio para ofrecer platos criollos, esto con el fin de colombianizar en algo los servicios. "Creímos que los platos criollos podrían ser atractivos para la gente que venía a consumir a Hooters y no nos dieron buen resultado (...) nuestra mejor experiencia fue dejar tal cual el producto, teniendo cómo cambiarlo".
Los dueños de la franquicia coinciden en afirmar que las mujeres que han entrado, siguen viniendo porque la pasan igual de bien que los asiduos clientes. Durante la convención de restaurantes Hooters que fue celebrada en Colombia, firmaron un convenio de expansión con tres locales más. "La capital es la plaza más generosa con este tipo de negocios pero tenemos muy presente la costa caribe. En un término de 3 años tendremos siete negocios".
En Twitter: @cahurtadokyk
Andrés Hernández y sus ''chicas Hooters''
Sáb, 22/03/2014 - 02:30
Tener éxito y posicionar una marca reconocida a través de una franquicia no es tan fácil como parece. El porcentaje de ventas a pagar a los dueños, la ubicación de un local adecuado y la adaptaci