El escritor y creador de la serie “Matarife”, Daniel Mendoza, declinó oficialmente su nombramiento como embajador de Colombia en Tailandia, una decisión que ha generado gran revuelo en el país. Mendoza, quien había sido designado por el presidente Gustavo Petro para este cargo diplomático, explicó en un mensaje a sus seguidores y a los críticos que lo atacaron por su posible designación, las razones de su sorpresiva renuncia.
Con un tono irónico y reflexivo, Mendoza declaró: “Me espera una deliciosa embajada, a la que decidí dejar plantada”, poniendo fin a la controversia que se había desatado en torno a su nombramiento. En sus palabras, el escritor destacó la postura firme del presidente Petro, quien, según él, defendió la democracia y la libertad de expresión, principios fundamentales para él como creador. Sin embargo, Mendoza reconoció que los ataques recibidos en los últimos días lo llevaron a reconsiderar profundamente su decisión inicial.
“Este tsunami de ataques me hizo volver el tiempo atrás a mis motivos y razones al por qué lo hice todo”, confesó Mendoza, quien en un primer momento había aceptado el nombramiento debido al apoyo del gobierno tailandés y la defensa constante de Petro. No obstante, tras reflexionar sobre el impacto de esa decisión, llegó a la conclusión de que aceptar el cargo diplomático significaría sacrificar su libertad creativa y su capacidad para expresar su verdad sin restricciones.
Según Mendoza, la embajada en Bangkok representaba un lujo de protocolos y estatus que limitaría su libertad de expresión. "Aceptar esa embajada sería meter otra vez mi alma en la prisión en la que vivía cuando este cuerpo caminaba precisamente por los pasillos del club del moral", manifestó, haciendo alusión a su historia personal de censura y represión.
La renuncia de Mendoza también estuvo marcada por una declaración sobre las recientes críticas recibidas, especialmente aquellas relacionadas con acusaciones de promover contenido inapropiado en su obra. La defensora del Pueblo, Iris Marín, había señalado a Mendoza por ciertos trinos antiguos en su cuenta de Twitter, relacionados con la pedofilia. Ante estas acusaciones, Mendoza respondió aclarando que dichos trinos pertenecían a una época en que su cuenta no era personal, sino que se usaba como plataforma para promocionar su novela.
"Los trinos en cuestión probablemente fueron mostrados fuera de contexto, antes de que mi cuenta se convirtiera en un perfil personal", dijo el escritor, quien destacó que en diciembre de 2018 había decidido cambiar su enfoque en redes sociales, de una cuenta promocional a una cuenta personal. Además, Mendoza defendió su derecho a la libertad de expresión, subrayando que el arte no debe ser moralizado y debe ser comprendido dentro de su propio contexto.
"Lo que no se puede hacer es moralizar el arte. A mí se me está castigando como a una de esas brujas ficticias que echamos en la hoguera por ser, en últimas, mujeres progresistas y con carácter. Ellas fueron las primeras feministas de la historia", expresó Mendoza, refiriéndose a las mujeres históricas que fueron perseguidas por desafiar las normas establecidas en su época.
Finalmente, Mendoza pidió comprensión al presidente Petro por su decisión de rechazar la embajada, a pesar de la invitación oficial y el respaldo del gobierno colombiano. “No me siento bien haciendo esto, pero debo declinar su honroso ofrecimiento”, concluyó el escritor, en lo que se perfila como el cierre de una controversia que ha sacudido el ámbito político y cultural del país.