El Chocoramo es considerado un ícono nacional. Todos los colombianos han probado este ponqué cubierto de chocolate envuelto en plástico color naranja. Es un producto tradicional que ha sobrevivido a los cambios del mercado.
En el municipio Mosquera (Cundinamarca) queda una de las tres fábricas de ponqués RAMO, en Colombia. Tan solo en esa planta se producen al día 700.000 mil unidades de Chocoramo. En un año salen de esa fábrica 242 millones de unidades del ponqué cubierto de chocolate. Allí trabaja Jorge Ortíz, director de producción para la industria Ramo Mosquera, quien contó cómo se produce. Para la fabricación del Chocoramo y de todos los productos de la emblemática empresa creada en 1950, se necesitan toneladas de harina, azúcar, grasa vegetal y más de 600 mil huevos diarios. Jorge se encarga de supervisar que los productos salgan a las horas indicadas para ser distribuidos.
En la planta de Mosquera, cada hora se producen 1860 bloques de ponqué exclusivamente fabricados para la producción de Chocoramo.
El proceso de fabricación del Chocoramo en grandes cantidades dura diez horas. Comienza con una mezcla entre harina que se produce en el Molino Las Mercedes, del cual es dueño RAMO. Miles de huevos que son producidos en la finca de RAMO, leche, grasa vegetal, sal y azúcar. Luego de preparada esa mezcla, que es diferente en textura en comparación con la masa de los ponqués Gala, pasa por distribución en moldes por bloques que luego serán cortados en quince rebanadas. Para la cocción del Chocoramo se utilizan hornos industriales que tardan una hora y cincuenta minutos en cocinarlo. Luego, los bloques de ponqué deben reposar hasta que se enfríen para pasar al corte en una maquina tajadora que los divide en quince porciones iguales.
En la planta de Mosquera cada hora se producen 1.860 bloques de ponqué exclusivamente fabricados para la producción de Chocoramo. Esta planta es la encargada de distribuir los productos RAMO por Cundinamarca, Llanos Orientales, Santanderes y Boyacá. Una de las formas de distribución es por medio de triciclos, un proceso creado hace varias décadas por el fundador de la empresa RAMO Rafael Molano.
Los operarios de la planta se encargan de supervisar que las tajadas de ponqué estén en perfecto estado para ser bañadas en chocolate.
Después del reposo y enfriamiento de la masa, los operarios, distribuidos por sectores, revisan si algún ponqué quedó partido o quemado y no funciona para ser bañado en chocolate. La materia prima (chocolate) también es producida por RAMO en una planta cercana a la de Mosquera. El chocolate es transportado a 60 grados Celsius y se distribuye por unas tuberías que bañan los bloques de ponqué ya cortados. Después de la cobertura de chocolate, pasan nuevamente a un proceso de enfriamiento para ser empacados en el tradicional plástico naranja, su color característico desde 1972, año en el que se creó el Chocoramo.
El precio de este producto oscila en el mercado entre los 500 y los 700 pesos la unidad, y es exitoso por su bajo costo y porque desde hace 42 años mantiene el mismo sabor. Su consumidor prefiere comprarlo en la tienda de barrio a un almacén de cadena, y lo consumen desde niños hasta adultos mayores. Incluso, hace pocos días salió un estudio entregado por el Politécnico Grancolombiano, en el cual revela que los niños menores de siete años en Bogotá reconocen el Chocoramo cuando se lo nombran. La región en donde más se consume es en la zona centro del país. Para Navidad su consumo aumenta. Un Chocoramo tiene una vida útil de treinta días.
Jorge Ortiz, director de producción para la industria Ramo Mosquera, junto con una operaria ubicados en la etapa final de la producción de Chocoramo, la de distribución.
En el 2011, RAMO lanzó al mercado el Chocoramo Mini. Solo en la planta de Mosquera se producen a diario 350 mil unidades del Mini. Este nuevo producto ha tenido buena acogida por las mamás colombianas, que lo ven como un postre ideal para la lonchera de sus hijos. El proceso de fabricación del Mini es igual al de uno de tamaño tradicional, lo único que varía es el molde en donde se produce la masa.
El Chocoramo y los demás productos de la empresa aun no se exportan, sin embargo, el actual presidente, Carlos Hugo Escobar, y su equipo de trabajo están en proceso para comenzar a llevar los ponqués a Estados Unidos y España.
¿Cómo nace la empresa RAMO?
RAMO nace gracias a una receta especial de Ana Luisa Camacho, esposa de Rafael Molano el fundador de la empresa. Todo comenzó cuando en 1950 Rafael trabajaba en Bavaria y a la hora del almuerzo como postre, él comía un pedazo de ponqué que su esposa le preparaba la noche anterior. Los compañeros de trabajo de Rafael se antojaban del ponqué y le pedían que les trajera porciones para ellos a cambio de unos pesos.
Doña Ana Luisa comenzó a preparar cada vez más ponqués hasta que una noche los dos decidieron que era el momento de independizarse y vender tortas. Comenzaron vendiendo puerta a puerta, luego en una tienda de barrio. En 1964 lograron abrir la primera planta en Bogotá. Después inauguraron una planta en Antioquia. En 1969 abrieron la de Mosquera. Los primeros ponqués fueron los Ramito y la línea Gala. También por esa época Rafael Molano vio la necesidad de montar una granja avícola para producir huevos que servirían para sus ponqués.
El negocio siguió creciendo. En 1972 nace el Chocoramo, en el 1982 los Tostacos, y en el 1986 la barra de Chocoramo con mermelada y el Gansito. En 1996, para controlar la calidad de los alimentos, Molano decide comprar el Molino Las Mercedes para tratar el trigo, que es enviado desde Canadá y Estados Unidos.
Hace unas semanas la firma de consultoría Ernst & Young homenajeó a Rafael Molano por toda una vida de emprendimiento junto a su empresa de más de 60 años ciento por ciento colombiana.
En la planta de Mosquera, cada hora se producen 1860 bloques de ponqué exclusivamente fabricados para la producción de Chocoramo.
El proceso de fabricación del Chocoramo en grandes cantidades dura diez horas. Comienza con una mezcla entre harina que se produce en el Molino Las Mercedes, del cual es dueño RAMO. Miles de huevos que son producidos en la finca de RAMO, leche, grasa vegetal, sal y azúcar. Luego de preparada esa mezcla, que es diferente en textura en comparación con la masa de los ponqués Gala, pasa por distribución en moldes por bloques que luego serán cortados en quince rebanadas. Para la cocción del Chocoramo se utilizan hornos industriales que tardan una hora y cincuenta minutos en cocinarlo. Luego, los bloques de ponqué deben reposar hasta que se enfríen para pasar al corte en una maquina tajadora que los divide en quince porciones iguales.
En la planta de Mosquera cada hora se producen 1.860 bloques de ponqué exclusivamente fabricados para la producción de Chocoramo. Esta planta es la encargada de distribuir los productos RAMO por Cundinamarca, Llanos Orientales, Santanderes y Boyacá. Una de las formas de distribución es por medio de triciclos, un proceso creado hace varias décadas por el fundador de la empresa RAMO Rafael Molano.
Los operarios de la planta se encargan de supervisar que las tajadas de ponqué estén en perfecto estado para ser bañadas en chocolate.
Después del reposo y enfriamiento de la masa, los operarios, distribuidos por sectores, revisan si algún ponqué quedó partido o quemado y no funciona para ser bañado en chocolate. La materia prima (chocolate) también es producida por RAMO en una planta cercana a la de Mosquera. El chocolate es transportado a 60 grados Celsius y se distribuye por unas tuberías que bañan los bloques de ponqué ya cortados. Después de la cobertura de chocolate, pasan nuevamente a un proceso de enfriamiento para ser empacados en el tradicional plástico naranja, su color característico desde 1972, año en el que se creó el Chocoramo.
El precio de este producto oscila en el mercado entre los 500 y los 700 pesos la unidad, y es exitoso por su bajo costo y porque desde hace 42 años mantiene el mismo sabor. Su consumidor prefiere comprarlo en la tienda de barrio a un almacén de cadena, y lo consumen desde niños hasta adultos mayores. Incluso, hace pocos días salió un estudio entregado por el Politécnico Grancolombiano, en el cual revela que los niños menores de siete años en Bogotá reconocen el Chocoramo cuando se lo nombran. La región en donde más se consume es en la zona centro del país. Para Navidad su consumo aumenta. Un Chocoramo tiene una vida útil de treinta días.
Jorge Ortiz, director de producción para la industria Ramo Mosquera, junto con una operaria ubicados en la etapa final de la producción de Chocoramo, la de distribución.
En el 2011, RAMO lanzó al mercado el Chocoramo Mini. Solo en la planta de Mosquera se producen a diario 350 mil unidades del Mini. Este nuevo producto ha tenido buena acogida por las mamás colombianas, que lo ven como un postre ideal para la lonchera de sus hijos. El proceso de fabricación del Mini es igual al de uno de tamaño tradicional, lo único que varía es el molde en donde se produce la masa.
El Chocoramo y los demás productos de la empresa aun no se exportan, sin embargo, el actual presidente, Carlos Hugo Escobar, y su equipo de trabajo están en proceso para comenzar a llevar los ponqués a Estados Unidos y España.
¿Cómo nace la empresa RAMO?
RAMO nace gracias a una receta especial de Ana Luisa Camacho, esposa de Rafael Molano el fundador de la empresa. Todo comenzó cuando en 1950 Rafael trabajaba en Bavaria y a la hora del almuerzo como postre, él comía un pedazo de ponqué que su esposa le preparaba la noche anterior. Los compañeros de trabajo de Rafael se antojaban del ponqué y le pedían que les trajera porciones para ellos a cambio de unos pesos.
Doña Ana Luisa comenzó a preparar cada vez más ponqués hasta que una noche los dos decidieron que era el momento de independizarse y vender tortas. Comenzaron vendiendo puerta a puerta, luego en una tienda de barrio. En 1964 lograron abrir la primera planta en Bogotá. Después inauguraron una planta en Antioquia. En 1969 abrieron la de Mosquera. Los primeros ponqués fueron los Ramito y la línea Gala. También por esa época Rafael Molano vio la necesidad de montar una granja avícola para producir huevos que servirían para sus ponqués.
El negocio siguió creciendo. En 1972 nace el Chocoramo, en el 1982 los Tostacos, y en el 1986 la barra de Chocoramo con mermelada y el Gansito. En 1996, para controlar la calidad de los alimentos, Molano decide comprar el Molino Las Mercedes para tratar el trigo, que es enviado desde Canadá y Estados Unidos.
Hace unas semanas la firma de consultoría Ernst & Young homenajeó a Rafael Molano por toda una vida de emprendimiento junto a su empresa de más de 60 años ciento por ciento colombiana.
