La tecnología nació con la necesidad del ser humano de hacer sus tareas de una manera rápida, fácil y práctica. Desde la edad de piedra, la antigua Grecia y hasta nuestros días ha cambiado y es afectada por las tradiciones culturales de la sociedad.
En el caso de las empresas, el avance de la tecnología ha cambiado el mundo del trabajo generando el crecimiento de nuevos empleos. El último informe de Competitividad de Talento Global realizado por Adecco, explica cómo la tecnología ha afectado la naturaleza del trabajo.
El gerente de cuentas estratégicas de la compañía, Jorge Macías, sugiere que "Trabajos nuevos aparecen cada día, pero estos requieren trabajadores con diferentes habilidades que en la mayoría de los casos necesitan un mayor nivel de especialización".
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La tecnología se encargó de simplificar las labores operativas y ha obligado a los empleados a desarrollar habilidades de liderazgo que le permitan controlar el aspecto operativo y estratégico. Por ejemplo Google, Amazon y Facebook demandan de sus trabajadores mucho más que seguir las reglas y hacer bien su trabajo.
Estas compañías esperan que sus colaboradores desarrollen proyectos y estrategias que las ayuden a crecer. Es por esto que ni los activos ni la maquinaria son la materia prima de los nuevos negocios en el siglo XXI.
Por estas razones las personas deben aprender y aumentar constantemente sus habilidades tecnológicas. Sin embargo, el conocimiento tecnológico y el talento no bastarán para crecer en el mercado: las habilidades sociales, interpersonales y la capacidad de realizar proyectos es cada vez más esencial.
Según Macías, estas son las habilidades que deben tener las personas en la compañía:
Competencias:
- Pensamiento crítico
- Creatividad
- Comunicación
- Colaboración
- Curiosidad
- Iniciativa
- Persistencia
- Empatía
- Adaptabilidad
- Áreas de Especialización
- Experiencia