
Ali AKA Mind no está improvisando. Aunque domina el freestyle y ha sido testigo cercano del crecimiento de las batallas de rap en América Latina, su carrera es todo lo contrario a una jugada fortuita. Lo suyo es una construcción paciente, comprometida con la esencia del rap y una búsqueda constante de autenticidad que lo ha convertido en un referente irrefutable del hip hop colombiano.
Este año, Ali se lanza a una de las apuestas más ambiciosas de su carrera: un concierto monumental en Bogotá el próximo 16 de agosto, que marcará el inicio de su nueva gira internacional y el lanzamiento de su álbum Honesty. Será su espectáculo más grande hasta la fecha, y no solo por la logística —más de 15 músicos en tarima, invitados de México, Medellín y Pereira, actores, interludios teatrales y una puesta en escena casi cinematográfica— sino porque es la realización de un sueño que ha venido gestando por años.
“Bogotá me lo ha dado todo”, dice Ali con emoción contenida. Por eso decidió que esta vez la capital sería la primera parada de una gira que recorrerá varias ciudades de Colombia y al menos nueve países más. Lo hace sin ansiedad, con una madurez artística que le permite confiar en que cada paso ocurre en el momento correcto.
Detrás de este espectáculo hay una idea poderosa: mostrar al público no solo al rapero, sino al ser humano detrás del micrófono. El disco Honesty, continuación espiritual de Man Uno, representa un ejercicio de introspección en el que Ali fragmenta su identidad en cuatro personajes: el Rey (el ego), el Rapero (dividido entre el soñador y el trabajador), el Social (el ciudadano cotidiano) y el Solo (el introspectivo). Es una declaración artística de honestidad emocional que se aleja de las fórmulas comerciales de la industria.
“No me interesa hacer dembow ni perseguir números”, afirma con claridad. Y no es pose. Ali ha rechazado contratos con grandes disqueras porque no se sentía valorado por su música, sino por su potencial de mercado. “La industria presiona. Pero si yo no puedo conectar emocionalmente con lo que hago, no tiene sentido”.
Vea la entrevista completa de Kienyke.com a Alí AKA Mind:
Esa postura ética ha sido su brújula durante más de dos décadas. Para Ali, el rap no es solo un género musical: es una herramienta de transformación personal y social. Y eso se refleja en su relación con el público, con quien construye comunidad más allá de las plataformas. De hecho, para este concierto en Bogotá, ha invitado a sus seguidores a elegir una canción por cada disco anterior para incluir en el repertorio, lo que garantiza una conexión profunda y personalizada con su historia musical.
Pero Ali también es consciente de que el hip hop ha cambiado. Y celebra esa transformación. “Hoy hay rap para todos los gustos. Se ha consolidado una escena diversa, con propuestas profesionales y comprometidas. Hay una identidad revolucionaria en lo que hacemos”, sostiene. En ese sentido, reconoce el legado de grupos como La Etnia, Gotas de Rap, Tres Coronas y celebra el trabajo de nuevas generaciones que entienden la industria, cuidan sus videoclips, invierten en giras y convierten el rap en un proyecto sostenible.
Incluso los cambios culturales más controversiales, como la expansión del rap entre los estratos altos o su popularización en TikTok, le parecen valiosos. “Si una canción te salva, eso también te hace rapero”, dice sin arrogancia. Para él, el hip hop es de todos.
Detrás del artista hay una sensibilidad que viene de múltiples influencias. Ali creció escuchando a Nirvana, Pantera, Gardel, Visconti y Julio Jaramillo, antes de enamorarse del rap de Nas, Non Phixion, Nach y los Violadores del Verso. Esa diversidad musical ha nutrido una propuesta única, que no se limita a las rimas, sino que dialoga con el teatro, la estética visual y la reflexión interior.
Aun así, sigue siendo un MC de esencia callejera, que recoge a su hija en el colegio, toma cerveza con amigos en el parque y celebra cuando sus fans le escriben diciendo que una canción les cambió la vida. El éxito, para él, no está en llenar escenarios —aunque lo hará— sino en mirar atrás con orgullo. “Espero llegar a viejo sin haber hecho tonterías por dinero o fama”.
Ali AKA Mind no solo representa al rapero que se mantuvo firme cuando otros se perdieron en la industria. Representa al artista que supo esperar su momento y hacerlo suyo sin traicionarse. El 16 de agosto no será solo un concierto. Será la celebración de una carrera íntegra, de una ciudad que lo abraza y de un sueño que ahora es real.