Durante años, el nombre de Sabrina Carpenter estuvo inevitablemente ligado a uno de los dramas más mediáticos del pop juvenil: su presunto enfrentamiento con Olivia Rodrigo, originado tras el lanzamiento del éxito mundial Drivers License en 2021. Sin embargo, ambas artistas han demostrado que el tiempo, el crecimiento personal y la madurez pueden transformar cualquier narrativa, incluso la más viral.
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En su más reciente entrevista con Rolling Stone, la intérprete de 'Espresso' dejó claro que aquel episodio ya no ocupa espacio en su mente. “Nunca pienso en eso”, aseguró tajantemente, refiriéndose al triángulo amoroso que los fanáticos construyeron entre ella, Olivia Rodrigo y Joshua Bassett, tras la ruptura de este último con Rodrigo y su presunto inicio de relación con Carpenter.
La controversia explotó cuando Drivers License rompió récords y se convirtió en himno del desamor adolescente, con una letra que hacía referencia a una “chica rubia” que “siempre me hacía dudar”. Las redes sociales apuntaron rápidamente a Sabrina, quien respondió con su propio sencillo, Skin, en el que lanzaba una línea que muchos interpretaron como una contestación directa: “Tal vez ‘rubia’ era la única palabra que rimaba”.
Aquel período de especulación fue duro para la joven cantante, quien más tarde confesó en su álbum Emails I Can’t Send (2022): “Recibí amenazas de muerte que llenaban camiones… todo porque me gustaba un chico”. Pese a ello, Carpenter se mantuvo firme en su decisión de enfocarse en su carrera artística. “No intenté cambiar la percepción pública”, explicó. “Solo sabía que eso no me iba a detener”.
Hoy, en 2025, Sabrina refleja una etapa de transformación personal: “Esa época me enseñó a confiar en mí misma, en que todo ocurre por una razón, incluso las relaciones. Puede que en el momento no lo entiendas, pero más adelante todo cobra sentido”.
A cuatro años del escándalo, el presente muestra una imagen completamente distinta. En la reciente gala de los Premios Grammy 2025, Sabrina Carpenter y Olivia Rodrigo fueron vistas abrazándose con calidez en los pasillos del evento. Un gesto que no pasó desapercibido para los fans y que simboliza el cierre definitivo de un capítulo que fue más alimentado por el público que por sus protagonistas.
Ambas, que iniciaron sus carreras en Disney y hoy brillan con luz propia en la industria musical global, parecen haber superado cualquier tensión del pasado, consolidando su lugar como artistas maduras, conscientes del poder de su arte y del peso de la exposición mediática.
