
El "camisón" que ‘La Châmitha Bella‘, la hincha más famosa de la Selección Colombia por estos días, tiene "listísimo" para el partido de este viernes, no es tan original como puede llegar a serlo ella.
No es la única seguidora del equipo que dirige José Pékerman que cuando hay fútbol luce una camiseta chiviada de la tricolor. Comprar, regalar y portar camisetas chiviadas es casi que un factor identitario de la sociedad futbolera colombiana. Además, es un negociazo que genera hasta el 500 % de rentabilidad al comerciante que aprovecha el papayaso. Lea también: “Que hablen bien, que hablen mal, pero que hablen”, dice la hincha del "eh eh epa Colombia".
En esquinas y en las principales avenidas de Bogotá, miles de camisetas son exhibidas para ser vendidas a cualquier parroquiano que se acerque a llevarlas. Y es que este negocio se ha convertido en algo tan común, que es muy probable que la camiseta de la selección que usted tiene puesta hoy no sea original. Lo mismo sucede con las de su club favorito o las que usa para apoyar a James, Bacca o Cuadrado en sus equipos.
Llama mucho la atención que además del operativo desarrollado en Barranquilla la semana pasada en el que se incautaron más de 3800 camisetas de imitación de la Selección Colombia de una fábrica clandestina, las autoridades no han mostrado mayores acciones en contra de esta actividad.
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Estas camisetas se venden en la calle a un precio muy inferior al que podría conseguirse en una tienda oficial. Desde $ 20.000, $ 80.000. Todo depende del presupuesto que usted tenga.
‘Chiviando’ la camiseta
Aunque muchos afirman que prefieren comprarse una camiseta auténtica, la verdad es que la mayoría opta por las versiones ‘chiviadas’. Pero este negocio ya no se beneficia principalmente, como en otros tiempos, de hacerse pasar por original. Pero no faltan los vivos en San Andresito que intentarán meterle una réplica ‘chimba’ como si fuera legítima.
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KienyKe.com habló con Andrés*, comerciante de San Andresito. Trabaja en un local deportivo en el que vende artículos ‘originales’: “Ser distribuidor oficial de Adidas o Nike es muy difícil y sale muy caro, no es rentable. Una camiseta que ellos venden a $200.000 sale como a $100.000, y no se vende muy bien por lo costosa. Mientras que si uno compra réplicas chinas buenas, salen como a $30.000 y se venden tres o cuatro veces su precio”.
Comprar éstos productos por Internet parece ser muy sencillo. Se consiguen cargamentos idénticos al original o con algunas diferencias, y eso afecta el precio. En muchos sitios se encuentran camisetas de toda calidad, desde burdas imitaciones, hasta excelentes réplicas, y se pueden encargar sin ninguna dificultad, solamente se necesita una tarjeta de crédito. Pero ¿Cómo explica a sus clientes que siendo ‘originales’ sean más baratas que las que se venden en otro lugar?: “Ahh, pues les digo que a mí me salen más baratas y que en otros lugares son usureros, que cobran más de los justo”, dice mientras se ríe “y la gente me cree”.
Pero parece que a las marcas este problema no les afecta mucho. Siempre tendrán un público que esté dispuesto a pagar lo que sea por tener la camiseta oficial de su selección. Además, sus principales ingresos vienen de guayos y otros implementos deportivos que los aficionados sí desean tener originales.
Aún así, marcas como Adidas, en muchas oportunidades han intentado que las personas compren sus productos haciendo una fuerte campaña contra la piratería. Para ello, en sus camisetas introducen una gran cantidad de elementos para reconocer una original, como si estas fueran un billete. Las etiquetas, marquillas, estampados y bordados llevan señales únicas de un producto creado por la marca deportiva.
El colombiano que compra en la calle sabe que la camiseta que tiene en sus manos y que luego lucirá con orgullo, es una réplica, pero con precios tan cómodos, es difícil resistirse. Los vendedores incluso ofrecen algunas como “réplica idéntica a la original”. Estas tienen mejores acabados y etiquetas que se hacen pasar por las mismas que las marcas deportivas introducen en sus productos.
¿Qué dicen los vendedores informales?
KienyKe.com estuvo en distintos puntos de la ciudad de Bogotá para entender este negocio. En el Restrepo, los comerciantes venden la camiseta de la Selección Colombia en un promedio de 10.000 a 25.000 pesos. Los precios varían en la calidad del modelo porque, como ellos dicen, la tela china tiene prioridad sobre la colombiana.
Andrés*, un vendedor de la zona, afirmó que vende cerca de 30 casacas diarias cuando juega la Selección Colombia. Hoy es uno de esos días. La gente se acerca con cierta precaución a su puesto para adquirir esta prenda. Lo curioso de la situación es que éste les dice: "Compre que esta camiseta es de buena calidad", el cliente accede y paga los 25.ooo pesos, pero al momento de preguntarle al vendedor sobre el material de la camisa no supo qué responder.
En Kennedy, Diana*, otra comerciante, contó que policía en pasadas oportunidades realizó operativos para incautar mercancía: "Hace dos semanas vinieron y me tocó guardar todo, el trabajo es duro y si quitan la mercancía no podemos vivir". Irónicamente, algunos uniformados son sus más fieles clientes: "Una vez uno me iba a comprar una camiseta. No importa que sea replica, me dijo, pero déjeme una en $ 15.000".
Jorge* tiene un puesto en el centro de Bogotá. Este hombre dice que para no perder dinero hacen las prendas con la marca Colombia es decir, de fabricación nacional. "Los clientes molestan porque son replicas, pero si son marca Colombia y se venden en 10.000 no hay problema. No podemos competir con una franquicia que paga impuestos".
Luz Mary*, quien comercializa en Kennedy, prefiere importar la mercancía. Para ella la tela china está en productos de tiendas oficiales o puestos informales: "Con las importaciones el negocio creció, puedo vender hasta 40 camisetas diarias cuando juega Colombia en 35.000, la gente mira la calidad y prefiere comprar aquí para reducir costos.
Las fabricadas a nivel nacional, en cambio, no tiene la misma calidad: "Esas se venden más baratas, a simple vista uno puede notar que la diferencia es mucha" explica la vendedora. Una camiseta de este tipo se puede vender hasta en 30.000, pero ¿Cuánto cuesta fabricarlas?. Según algunos comerciantes, está entre 5.000 y 10.000 pesos, dependiendo los acabados y la calidad de la tela. ¿Un negocio redondo?

