La abogada colombiana Viviana Manrique Zuluaga construyó a puls
La abogada colombiana Viviana Manrique Zuluaga construyó a pulso cada tramo de su carrera hacia el éxito. Sus logros no son parte de la herencia de una familia de juristas. Su padre era ingeniero civil y su mamá maestra. Ella dice que recuerda el interés por temas legales y del Estado desde que estaba en bachillerato. Por eso, cuando lo culminó, estudió Fisolofía y a la mitad de la carrera inició la de Derecho.
De la Universidad del Rosario egresó como profesional en Filosofía, abogada e internacionalista, con especialización en Estudios Europeos. La Rosarista regresó una década después a su Alma Mater para cursar otra especialización en Derecho Administrativo y en el ínterin, realizó un Master en Estudios Interdisciplinarios de Desarrollo en la Universidad de Los Andes y una especialización en Estado Gobierno y Políticas Públicas, en la misma institución.
En resumen, Manrique Zuluaga ha invertido 21 años de su vida en formación académica. Hoy, sin pretensión, puede afirmar que es una de las voces más acreditadas para hablar con propiedad sobre temas "duros" como narcotráfico y droga, en Colombia.
"Actualmente, soy una de las expertas en drogas en el país, porque es un tema que he trabajado durante muchos años", aunque aclara que su experticia no es médica ni científica, sino de la política pública: seguridad, delitos,conexos, migración.
No es producto de la suerte que la hayan designado miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), para el período 2020-2025. El órgano de Naciones Unidas se encarga desde 1968 de la fiscalización independiente y casi judicial de los tratados internacionales sobre las drogas. En paralelo, realiza consultorías en Colombia y hace de mamá de tres hijos, a quien procura dedicarle tanto tiempo, o más, que al resto. Para lograrlo, dice, se convirtió en una "experta en logística".
[caption id="attachment_1116581" align="alignnone" width="1024"] Foto: Martha Uribe[/caption]
Imagen de Christian Trick en Pixabay[/caption]
—¿De esas drogas sintéticas qué es lo que más se consume en Colombia?
—Lo que más se consume en los estratos altos es éxtasis, indudablemente. La ponen de todos los colores, en una época era azul, luego rosada. Es la que más se vende. Y dependiendo de la calidad, varía el precio. Se puede adquirir un éxtasis en la 1ro de mayo en 50 mil pesos, de menor calidad y en la zona G o en la zona T, una pastilla puede costar 200 mil pesos. El problema es que es difícil tener claridad sobre su composición. A veces les venden cualquier otra mezcla, que puede incluir ácidos, que usan ahora para mezclar.
—¿Y en los estratos más bajos?
Allí manda el 'cocodrilo' o "crocodile", une mezcla de cocaína, cal y ácido. La pintan de verde, por eso se llama así. El ácido hace que con la primera pastilla, que puede tener un efecto entre 12 horas o 18 horas, se les afecte la piel. Se vuelven adictos muy fácil por la cantidad de horas que están drogados. En la misma medida se les quema la piel, se vuelve verde y hasta se empieza a caer. El alto consumo de 'cocodrilo' (o krokodil como se le conoce popularmente) se debe a que la mezcla hace que baje el costo, que sea muy barata. Normalmente una pastilla de cocaína en la calle puede costar, por ejemplo, 50 mil pesos; esta se puede conseguir en 15 mil pesos.
Imagen de yurton en Pixabay[/caption]
—Y basada en tus estudios, hay relación directa entre la legalización de la marihuana y la disminución del consumo en los países donde ha sido aprobada. Uruguay, por ejemplo,
—Se ha tratado de evaluar, pero el problema de este tipo de políticas es que en cada países tiene unos efectos diferentes. En el cado de Uruguay, hay que tener en cuenta que es una población muy pequeña. A la hora de mirar los consumidores y mirar el efecto, te percatas de que es fácil de controlar. En una población tan reducida se puede controlar el tamaño del cultivo, los consumidores, si han entrado en adicción, si se puede rehabilitar. En países como los nuestros, con poblaciones que son 10 veces más que la de Uruguay, es realmente es muy complejo extrapolar el modelo.
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Es muy relativo afirmar que si vamos a legalizar se va a reducir el consumo. Va a depender del mercado, del país, el tamaño de la población. el impacto y de lo que cada uno de los países quiera con su política. A veces se ha permitido la marihuana en sustitución de otras drogas mucho más complejas como la cocaína o la heronía. Han sido pilotos muy pequeños. Ahora en los casos que ha habido reducción, el problema es que también se aumenta la adicción. Cada país debe mirar cual es el paradigma en el que quiere trabajar. Podrías estar reduciendo la adicción a la heroína e incrementando la de la marihuana.
—¿Ha tenido miedo alguna vez por ejercer casos que afectan al tráfico de armas y droga?
—Sí, sobre todo el el Ministerio. Siempre viajábamos en aviones de la policía y eran zonas muy complicadas y en esa época la guerrilla de las Farc estaba muy activa. Yo visitaba mucho las zonas indígenas, sobre todo en el departamento del Cauca, de Nariño. Hubo una época que tuve que hacer unas visitas en zonas donde había dificultades de entregas de tierras. Tuvimos muchos momentos de nervios, incluso nos llegaron a disparar al helicóptero, en el que íbamos. Otra vez, en el departamento de Nariño, donde fui en dos oportunidades, no nos dejaron despegar porque había amenaza de atentado. Otras veces saliendo del Cauca, en dos oportunidades, atentaron contra el avión en que íbamos.
[caption id="attachment_1116622" align="alignnone" width="1024"] Foto. Martha Uribe[/caption]
—Y para cerrar, ¿Cómo le habla una experta en drogas a sus hijos, en especial a la mayor, una adolescente, que ya tiene 15 años?
—Yo soy de las que hablo muy directamente. Así que muchas veces a ella, y mi hijo que tiene 10 años también, les he mostrado videos con los efectos de las drogas y a veces cuando me llega información de las nuevas drogas yo les dijo "Miren, se le cayó la nariz al señor, se le levantó la piel con el Krokodil". Se los muestro y ellos tienen en la mente lo que eso significa. Cuando estaba en el Rosario hacía cada año un encuentro nacional de drogas y mi hija mayor me acompañaba. Ellos también son unos expertos.
La vocera en Colombia de un tema "históricamente de hombres"
En entrevista con Kienyke.com, Viviana Manrique Zuloaga habló sobre temas que la ocupan en su vida diaria: drogas, armas y otros demonios en Colombia y América Latina. —A propósito de esta designación y de la historia de su formación, donde se evidencia que no le cede ni un centímetro a la improvisación, ¿tenía entre tus metas lograr una responsabilidad como esta? —Sí, esperaba que ocurriera en algún momento de mi vida, lo tenía entre mis metas, aunque no pensé sería que tan pronto. Pero sí, aspiraba tener una oportunidad internacional y estaba en la línea de buscarla, pues ya tenía un acercamiento desde el punto de vista académico. Llevo más de 10 años investigando de drogas, de narcotráfico. Acá en Colombia siempre he opinado como experta en el tema y la designación es el resultado de todo esto. Yo venía de ejercer en el sector público, en el Ministerio de Interior y Justicia, donde se trabaja mucho el tema de drogas, diseñando política pública. Era viceministra y luego entré a la academia nuevamente. Volví a la Universidad de Rosario y trabajé por cuatro años en investigación con todo lo relacionado con drogas ilícitas. Ha sido un tema donde he tratado de posicionarme, un tema de hombres históricamente. —Y eso que afirma, ¿ha hecho el trayecto más difícil? —La verdad en el tema de drogas siempre me han rodeado expertos hombres, tanto en Colombia como internacionalmente, pero eso no ha sido un obstáculo. He tenido la posibilidad de opinar en todo sentido, de ser tenida en cuenta, de publicar; no he tenido dificultades en este aspecto. Sin embargo, ahora por ejemplo para la elección de ONU, algunos países electores expresaron su interés por el hecho de que fuera mujer. Me hicieron saber que en muchos casos era un criterio que Naciones Unidas, del Secretario General actual, António Guterres, elegir mujeres en estos cargos directivos a nivel mundial.Ser mujer fue un mérito para ingresar a la JIFE: Viviana Marique ZuluagaEntonces lo que antes uno veía como una desventaja, en este caso fue una ventaja para mí. No quiero decir que no hayan sido tomados en cuenta mis méritos, pero ser mujer también fue un mérito importante para que me dieran la oportunidad. Igual en la junta, las mujeres no somos mayoría. —¿De qué se trata esta nueva responsabilidad? —La idea de la Junta es evaluar a todos los países del mundo en sus políticas públicas en materia de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, de acuerdo a las convenciones que existen desde los años 60. Debe decir en qué estado están y formular recomendaciones de política pública para que se cumplan estos tratados. La Junta es fiscalizadora porque evalúa, acompaña y recomienda, para que, por ejemplo, ciertas sustancias sean utilizadas solamente para experticia médica o científica, no se desvíen a comercios ilícitos, tráficos y todo lo que tiene que ver con narcotráfico.
ONU ha abierto un puente para brindarle a profesionales mujeres la oportunidad de asumir cargos directivos en el órgano.