La Caja de la Vivienda Popular, entidad del Distrito cuya tarea principal es ejecutar la política distrital en los programas de titulación de predios, mejoramiento de barrios, reasentamientos humanos y mejoramiento de vivienda; ha destinado justo en esta última área –mejoramiento de vivienda- más de 20.000 millones de pesos en los últimos tres años, para mejorar las condiciones de habitabilidad de 1.746 hogares, en ocho localidades del Distrito de estratos uno y dos.
Cocinas, baños, pisos, paredes, techos, habitaciones y otros espacios, fueron intervenidos para garantizar la salubridad e higiene de las familias de estos sectores. Bien se ha venido diciendo en el Distrito, que no hay mejor política de salud, que una gran política de vivienda.
No es para menos. Estar expuesto a condiciones en donde espacios que tienen una implicación en la salud y que no cuentan con mínimas condiciones como pisos, baños y cocinas adecuados; es una de las causas principales que lleva a que muchos bogotanos de los estratos 1 y 2 presenten continuamente enfermedades.
Los casos son muchos. Se podrían enumerar y contar cada historia como la de María Naranjo residente del barrio Caracolí, en Ciudad Bolívar, y beneficiada. Gracias a las adecuaciones realizadas, hoy puede atender a su hija en condición de discapacidad; o como el de Sandra Wilches que a sus 44 años y luego de haber tenido como antecedente un polio que nunca fue tratado y hoy representado en esclerosis múltiple, no tenía una casa que le permitiera desplazarse con facilidad en su silla de ruedas, entre otros requerimientos propios de su estado de salud.
De acuerdo con Lino Roberto Pombo, director de la Caja de la Vivienda Popular, la entidad ha trabajado en transformar la vida de bogotanos residentes en las localidades de Usme, Bosa, Usaquén, Suba, La Candelaria, San Cristóbal, Rafael Uribe y Ciudad Bolívar.
En realidad, la mayor motivación de un mejoramiento de vivienda, como lo dice el director de la Caja de la Vivienda Popular, es observar el rostro de felicidad de los habitantes de estos sectores de la ciudad. “Tenemos beneficiarias especialmente mujeres, viudas, madres cabeza de hogar, desplazadas y en condición de discapacidad. Para nadie es un secreto, que muchas mujeres son el soporte de las familias en nuestro país, y se convierten en prioridad a la hora de impactar con esta misión de la Caja”.
Acceder a un mejoramiento de vivienda es sencillo y solo se debe cumplir con requisitos como estar ubicado en un área priorizada por la Secretaría Distrital del Hábitat, el barrio debe estar legalizado, ser de uso residencial y su avalúo no debe superar los 105 millones de pesos. Estas viviendas de los estratos uno y dos, no pueden presentar afectaciones de riesgo ni estar en áreas protegidas. Además, las familias deben demostrar posesión del predio y no presentar embargos.
Respecto a los ingresos, no pueden ser superiores a los tres millones de pesos. Tampoco demostrar otras propiedades de bien raíz, ni haber recibido subsidio de vivienda. Normas que garantizan que el apoyo esté dirigido a las personas adecuadas.
Con esta política, la Caja de la Vivienda Popular, en 2018, lleva 9.933 asistencias técnicas, jurídicas y sociales a las intervenciones integrales de mejoramiento de vivienda en los territorios priorizados por la Secretaría Distrital de Hábitat en el área urbana y rural del distrito y en lo que ha corrido en este periodo administrativo, hoy más de cinco mil personas cuentan con viviendas adecuadas.
Los casos son muchos. Se podrían enumerar y contar cada historia como la de María Naranjo residente del barrio Caracolí, en Ciudad Bolívar, y beneficiada. Gracias a las adecuaciones realizadas, hoy puede atender a su hija en condición de discapacidad; o como el de Sandra Wilches que a sus 44 años y luego de haber tenido como antecedente un polio que nunca fue tratado y hoy representado en esclerosis múltiple, no tenía una casa que le permitiera desplazarse con facilidad en su silla de ruedas, entre otros requerimientos propios de su estado de salud.
De acuerdo con Lino Roberto Pombo, director de la Caja de la Vivienda Popular, la entidad ha trabajado en transformar la vida de bogotanos residentes en las localidades de Usme, Bosa, Usaquén, Suba, La Candelaria, San Cristóbal, Rafael Uribe y Ciudad Bolívar.
En realidad, la mayor motivación de un mejoramiento de vivienda, como lo dice el director de la Caja de la Vivienda Popular, es observar el rostro de felicidad de los habitantes de estos sectores de la ciudad. “Tenemos beneficiarias especialmente mujeres, viudas, madres cabeza de hogar, desplazadas y en condición de discapacidad. Para nadie es un secreto, que muchas mujeres son el soporte de las familias en nuestro país, y se convierten en prioridad a la hora de impactar con esta misión de la Caja”.
Acceder a un mejoramiento de vivienda es sencillo y solo se debe cumplir con requisitos como estar ubicado en un área priorizada por la Secretaría Distrital del Hábitat, el barrio debe estar legalizado, ser de uso residencial y su avalúo no debe superar los 105 millones de pesos. Estas viviendas de los estratos uno y dos, no pueden presentar afectaciones de riesgo ni estar en áreas protegidas. Además, las familias deben demostrar posesión del predio y no presentar embargos.
Respecto a los ingresos, no pueden ser superiores a los tres millones de pesos. Tampoco demostrar otras propiedades de bien raíz, ni haber recibido subsidio de vivienda. Normas que garantizan que el apoyo esté dirigido a las personas adecuadas.
Con esta política, la Caja de la Vivienda Popular, en 2018, lleva 9.933 asistencias técnicas, jurídicas y sociales a las intervenciones integrales de mejoramiento de vivienda en los territorios priorizados por la Secretaría Distrital de Hábitat en el área urbana y rural del distrito y en lo que ha corrido en este periodo administrativo, hoy más de cinco mil personas cuentan con viviendas adecuadas.
