En 1966, Carlos Slim encontró a la mujer que lo acompañaría a cultivar su fortuna. Soumaya Domit, joven filántropa entregada a obras benéficas e importante promotora de arte, se casó a los 17 años con el hombre que hoy encabeza la lista de los más ricos del mundo.
La unión Slim-Domit dejó 6 hijos, 18 nietos y una serie de empresas multimillonarias que hoy atesoran 4.6 trillones de dólares. Un matrimonio que construyó el mayor imperio mexicano empresarial pero que una enfermedad renal destruyó 33 años después.
Carlos Slim sigue jurando fidelidad a su fallecida mujer, a quien le rindió un homenaje erigiendo uno de los museos más importantes del mundo, el Museo Soumaya.
Seis pisos reúnen 2.000 años de arte mexicano y europeo en la Plaza Carso de Ciudad de México. El ícono arquitectónico diseñado por Fernando Romero con un presupuesto de 45 millones de dólares abrió sus puertas en 2011 para complacer los deseos de su suegro, Carlos Slim. En principio el museo tenía su sede en la Plaza Loreto, antigua propiedad del conquistador Hernán Cortés, donde en el siglo XVIII se instaló la fábrica de papel más importante de Latinoamérica.
Soumaya Domit, la esposa de Carlos Slim, murió en 1999. El matrimonio dejó 6 hijos.
Tiempo después, en 1994, cuando Soumaya aún vivía, se construyó el museo que estrena sede desde el año pasado.
En los años 60, Slim empezó a reunir obras de arte muy valiosas. 66.000 piezas de colección adquiridas en subastas como cuadros de Van Gogh, Miguel Ángel, Da Vinci, Monet, Picasso, Dalí, entre otros, se muestran hoy en los 6.000 metros insuficientes para la magnitud de la colección. Las obras se rotan periódicamente porque el espacio no permite exhibirlas al mismo tiempo.
El primer piso está destinado para el oro y la plata, metales decisivos en el proceso de formación de México. El segundo es para los retratos y las artes plásticas, mientras el tercero se ha reservado para los antiguos maestros europeos entre el siglo XV y XVIII. El cuarto es una mirada hacia la naturaleza a través de paisajes del siglo pasado, y el quinto, un recorrido por el arte novohispano suramericano que reúne piezas de 400 a.C como marfiles, ajuares domésticos y esculturas.
El fastuoso museo guarda la segunda colección de obras de Rodin más grande del mundo.
Por último, en el sexto se encuentra la segunda colección de Rodin más grande del mundo.
Después de Francia, Slim es el dueño de las obras más importantes del artista francés. “El beso” y “El pensador”, además de piezas de Renoir, El Greco, Tiziano que sólo pueden ser vistas en los museo más importantes del mundo como el Louvre de París o el Prado en Madrid son custodiadas por este magnate mexicano. Murales monumentales de Diego Rivero o David Alfaro Siqueiros se toman las paredes de un edificio que además de publicar sus propios libros de arte, tiene auditorio, biblioteca, restaurantes y tiendas.
El Soumaya, catalogado como uno de los mejores museos del mundo más que un capricho personal de Slim, es el resultado del dolor incurable de un poderoso hombre de negocios.