El asesinato de Sandra Rivett y la misteriosa desaparición del Conde de Lucan

Mié, 31/05/2017 - 10:23
Verónica Duncan, Condesa de Lucan, estaba recostada en cama con una leve jaqueca. Sandra Rivett, niñera de sus dos hijos, entró a la habitación, a eso de las 8 de
Verónica Duncan, Condesa de Lucan, estaba recostada en cama con una leve jaqueca. Sandra Rivett, niñera de sus dos hijos, entró a la habitación, a eso de las 8 de la noche y le ofreció un té. Lady Lucan aceptó. ¿Cuánto se podría demorar un té? Diez, quizás veinte minutos. Sin embargo Sandra se estaba demorando más. Preocupada porque la niñera no aparecía, Lady Lucan bajó a la cocina, que quedaba en el sótano de su casa en Belgrave Street, en Londres. Lo que encontró la dejó fría: Sandra estaba muerta, tirada sobre un charco de sangre. Le habían dado dos golpes certeros en la cabeza. Antes de que lady Lucan reaccionara, recibió un golpe en la cabeza. No perdió el sentido y alcanzó a reconocer a su agresor: era su marido, Richard John Bingham, séptimo Conde de Lucan. Los dos empezaron a forcejear. La mujer mordió uno de los dedos del agresor y luego golpeó sus testículos. El conde quedó aturdido, por lo que ella pudo huir y se escondió donde los vecinos. Desde allí llamó a la policía. “Mi marido mató a la niñera” –dijo. [single-related post_id="589587"] Era la noche del 7 de noviembre de 1974. Han pasado 42 años y a la fecha, Binghan no ha aparecido. La última vez que se le vio vivo fue esa misma noche, a eso de las 12:50, en casa de un amigo desde donde llamó a su madre. Después fue como si se hubiera evaporado. Las primeras investigaciones permitieron descubrir que Rivett, la desafortunada ‘nanny’ había sido víctima de un error letal: el conde la confundió con su esposa, Verónica Duncan. A ella –Duncan– un té le salvó la vida. Y una casualidad. Se demostró que el conde quería matar a su mujer para recuperar la custodia de sus hijos y su casa.
Días después del crimen, el automóvil del conde fue encontrado en el puerto de Newhaven. En el interior había una tubería de plomo. Los forenses lograron demostrar que esa había sido el arma homicida.
Antes de desaparecer, Lucan también dejó una carta, en su apartamento, en la que afirmaba que su esposa era una enferma mental, delirante y paranoica, y que él era inocente. Efectivamente, Verónica si había tenido antecedentes psiquiátricos, pero los médicos dijeron que no era una loca peligrosa, sólo estaba deprimida. La culpa de esa depresión era de su marido. Richard John Bingham, conde de Lucan, era el ‘prototipo de noble inglés’. Le gustaba el juego y la buena vida. Se le consideraba como uno de los 10 mejores jugadores de Backgammon del mundo. A tal punto llegaba su afición, que, porque una cosa lleva a la otra, siempre tuvo problemas económicos por las apuestas. Sin bien, tenía mucha suerte y era muy bueno –‘Lucky Lucan le decían–, era más lo que perdía. Las condiciones mentales de Verónica y el vicio del conde debilitaron el matrimonio irreparablemente.
Lady Lucan bajó a la cocina, que quedaba en el sótano de su casa en Belgrave Street, en Londres. Lo que encontró la dejó fría: Sandra estaba muerta, tirada sobre un charco de sangre. Le habían dado dos golpes certeros en la cabeza.
El asesinato de Sandra Rivett, y la misteriosa desaparición del conde de Lucan ha sido uno de los escándalos más mediáticos de la nobleza inglesa. Hasta 1999 se hablaba constantemente de cómo o qué había hecho Lucan para desaparecer de esa manera. Decían que lo habían visto en el exterior, en palma de Mallorca, en Francia, en el África. Pero no hubo certezas de nada. En ese año, finalmente, se le declaró oficialmente muerto. [single-related post_id="699616"] Y 40 años después, apareció una nueva hipótesis. Su ex esposa, en un documental llamado  Lord Lucan: My Husband, The Truth, y que se emitirá en estos días en el Reino Unido, dijo que el conde se había suicidado. “Diría que se subió a un ferry y en medio del Canal de la Mancha se lanzó sobre las hélices del barco para que nadie pudiera encontrar sus restos. Lamento profundamente que mi matrimonio haya causado la muerte de Sandra Rivett. Pero no puedo hacer nada al respecto, salvo recordarla. Y no la olvido”. De acuerdo a VanityFair, Las confesiones de Lady Lucan han vuelto a escandalizar a la nobleza británica. Según su relato, su marido la golpeaba en el trasero con un bastón antes de tener relaciones sexuales. “Podía golpearme muy duro. Él debía disfrutar con ello porque luego de las palizas teníamos relaciones”, explica Verónica Duncan en su primera entrevista para televisión. Los tres hijos que tuvo con el asesino de Mayfair, Frances, de 52, Camilla, de 46, y George, de 49, le han retirado la palabra. La aristocracia inglesa disfruta con un buen cotilleo, pero no perdona que uno de los suyos salga en televisión”.
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