Tenía 19 años cuando llegó a Venezuela. Lo recuerda perfectamente. 'Beatriz' es colombiana pero hace 43 años pisó suelo venezolano en busca de mejores oportunidades. Hace 15 días le tocó volver a la tierra que la vio nacer para reencontarse con su hija, dos años después de aquel 19 de septiembre cuando la menor de sus seis terruños decidió venirse a la ciudad de Bogotá con el mismo sueño de su madre: mejores oportunidades, esas que le arrebató el Gobierno venezolano.
Toma asiento, y dice "qué duro fue llegar aquí". Sube la mirada y recuerda el vía crucis que vivió para el esperado abrazo con su hija, y al tiempo piensa si valió la pena arriesgar tanto.
Eran las 5:00 de la mañana del 21 de diciembre de 2017, en un barrio árido de la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, en Venezuela. La esperaba un carro Malibú de los años 80, de esos que reinan en la ciudad donde al parecer el tiempo se quedó congelado y su declive se ve en esos vehículos que salen en caravana hasta llegar a La Guajira Colombiana.
"Llevan gasolina, y por el camino la venden, piden pesos, y ahí van haciendo el negocio", recuerda la mujer de 63 años, que al montarse apretó sus rosarios: pedía al cielo y todos sus santos que la llevaran con bien. En el camino no sintió miedo. Conversaba con dos mujeres wayú que le hacían compañía, además del chófer que las alertaba de lo que podría pasar.
El camino se vuelve complicado cuando el carro cruza a la derecha para tomar la trocha, una ruta improvisada que han creado las comunidades que rodean Maicao junto a los conductores y hasta las mafias que llevan contrabando por la zona. Todo eso vio 'Beatriz', carros que traían gasolina de Venezuela a territorio colombiano, hombre armados, y personas pidiendo dinero para dar paso.
En el baúl del carro que trae a 'Beatriz', un hombre se monta, pero antes, recibe dinero del chófer, "él es la mula, el que paga la vacuna", explica la mujer para referirse a la extorsión que los lleva al otro extremo, a Colombia.
Y en el trayecto hay como 20 alcabalas improvisadas de hombres wayú, algunos armados para exigir su pago o asumir las consecuencias de no querer cancelar el paso. Todas se persignan, 'Beatriz' más, y justo ahí recuerda su llegada a Venezuela, cuando los Guardias venezolanos la recibieron con amabilidad. Ahora 'Beatriz' los señala de "animales, son salvajes y además se esconden de situaciones y lugares como estos donde ellos se prestan para que esto pase y luego hacerse los desatendidos".
Llegó al primer destino, Maicao, luego de una hora que vio eterna donde sintió que su vida corría peligro. Trocha adentro hay hambre, miseria, pero también maldad, de esa que se ciega hasta no reconocer para hurtar, apuntar con la frialdad de un arma y si es necesario, matar.
El viernes 22 de diciembre 'Beatriz' llegó a Bogotá y logró el esperado abrazo, de esos que devuelven el aire, pero no quitan la interrogante. -'Beatriz', ¿volverías a Bogotá en ese mismo viaje? -"No, ya sé que mi hija está bien, pero ni yo volvería, ni permitiría que ella fuera a Venezuela, porque la frontera es el resumen del país, un lugar perdido, lleno de mafias, de negocios oscuros, de gente malvada, que no le importa matar. Mi hija está a salvo en Colombia".
'Beatriz' vuelve a Venezuela en pocos días, pues allá están sus nietos, y su otra hija, porque el resto de su familia se ha esfumado, o mejor dicho se la ha arrebatado el Gobierno venezolano y la ha puesto a vivir en una caja de Pándora de la que nada le sorprende, pero sí le asusta, tanto que su corazón vive acelerado a todo momento.
El vía crucis para entrar o salir de Venezuela
Jue, 04/01/2018 - 11:15
Tenía 19 años cuando llegó a Venezuela. Lo recuerda perfectamente. 'Beatriz' es colombiana pero hace 43 años pisó suelo venezolano en busca de mejores oportunidades. Hace 15 días le tocó volver