Ya sea para un acto oficial o para repartir mercados a los damnificados por el invierno en Colombia, María Clemencia de Santos siempre parece sacada de una revista de moda. Unos se lo atribuyen al buen gusto, otros a su estilizada figura, pero quizá sea la mezcla de esas dos cosas la razón que hace que “Tutina” no desentone al lado de otras primeras damas del mundo como Carla Bruni o Michelle Obama.
Desde la posesión de su esposo, quedó claro que su estilo y forma de vestir darían de qué hablar durante todo el mandato. El 7 de agosto, después de mucha especulación sobre qué se pondría “Tutina”, el país la vio caminar hacia la Plaza de Bolívar con un vestido ajustado al cuerpo hecho en organza de seda bordada por la diseñadora Isabel Henao, una de sus favoritas. Los detalles violetas y morados, como los zapatos, la cartera y los guantes, combinaban perfecto con el cuello asimétrico de pétalos en seda del mismo color. Un vestido elegante y sobrio que no sobrepasa el millón y medio de pesos, zapatos incluidos.
Unas horas antes, en la Sierra Nevada de Santa Marta, para la bendición que dieron los cuatro mamos a su marido, la futura Primera Dama se vio fresca con un conjunto de camisa y pantalón recto y básico color perla de la diseñadora Silvia Tcherassi.
María Clemencia es una mujer clásica, aunque de una forma poco convencional. Su cuerpo es de pocas curvas, a pesar de que es algo amplia de caderas. Quizá por eso siempre usa ropa tradicional, pero con algún toque que la hace diferente. No es amante de los accesorios, los usa con prendas especiales que los necesitan. Las joyas que luce, según fuentes cercanas, son sólo las que tienen un significado especial para ella.
Le gustan también las chaquetas de cuero, desestructuradas y con texturas especiales, las bufandas y las prendas básicas hechas en mesh o malla. Con frecuencia las manda a hacer a la medida, junto a sus zapatos, en el taller de Isabel Henao, en Bogotá, donde les dan un toque personal con bordados de tulle o cintas de papel. Allí también compra chaquetas, vestidos y pantalones. Todavía falta por ver qué se pondrá en una gira por Europa o en una visita oficial a Estados Unidos. De seguro no va a desentonar.


