Cuando el mundo tiembla: el alma humana ante la amenaza de la guerra

Jue, 26/06/2025 - 04:10
El miedo, la ansiedad y el sinsentido se cuelan en nuestras rutinas diarias como sombras. ¿Qué hacer cuando la estabilidad se tambalea? ¿Cómo vivir cuando el mañana es incierto y el caos parece una posibilidad real?
Créditos:
Basma Alghali

Vivimos en una época donde la fragilidad del mundo se revela con crudeza. Basta leer los titulares: crisis internacionales, tensiones bélicas entre potencias, discursos encendidos que evocan la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial. Esta idea, que hace unas décadas parecía enterrada en los libros de historia, hoy se insinúa nuevamente como una amenaza que ronda la conciencia colectiva.

Lea también: Jesús: la medicina del alma en tiempos de exceso y de vacío

Pero, más allá del análisis geopolítico, hay una dimensión silenciosa que se ve profundamente afectada: el alma humana. El miedo, la ansiedad y el sinsentido se cuelan en nuestras rutinas diarias como sombras. ¿Qué hacer cuando la estabilidad se tambalea? ¿Cómo vivir cuando el mañana es incierto y el caos parece una posibilidad real?

Por eso, hoy no pretendo ofrecer certezas absolutas, sino una orientación interior, porque, aunque no podamos controlar los eventos globales, sí podemos cultivar una actitud que nos fortalezca desde adentro. En tiempos difíciles, el camino espiritual, la psicología profunda y la logoterapia se convierten en faros que iluminan desde el centro hacia afuera.

El miedo no es debilidad, es humanidad

Ante la amenaza de una guerra mundial, el miedo es una reacción natural. Pero no es solamente un miedo físico; es un temor existencial. Nos enfrentamos a la posibilidad del colapso de lo que consideramos civilización: hogares, lenguajes, relaciones, símbolos, proyectos. Todo lo construido parece pendular al borde del abismo.

Este miedo toca lo más profundo de nuestra psique, pues activa memorias ancestrales de pérdida, desarraigo y sufrimiento. Nos sentimos vulnerables, y con razón. Pero, es precisamente en esa vulnerabilidad, donde reside también la oportunidad: la de mirar hacia adentro, abrazar el miedo y transformarlo en conciencia.

La psicología nos invita a nombrar las emociones, no a reprimirlas. Y la logoterapia, fundada por Viktor Frankl, nos recuerda que incluso en el dolor más intenso podemos encontrar un sentido que trasciende el sufrimiento.

La espiritualidad como refugio

En tiempos de incertidumbre, las prácticas espirituales no son un lujo, sino una necesidad. La oración, la meditación, el silencio contemplativo o simplemente el acto de agradecer, nos devuelven al momento presente, allí donde el miedo no puede dominarnos.

Orar no siempre es pedir, a veces es escuchar con humildad el lenguaje del alma. Meditar no es huir del mundo, sino observarlo con profundidad desde un centro sereno. Estas prácticas no cambian los hechos externos, pero transforman radicalmente la manera en que los enfrentamos.

La fe, más allá de credos, es una fuerza interior que sostiene, que alivia, que recuerda que hay un sentido, incluso cuando todo parece perderlo. Cuando la mente racional no puede más, la espiritualidad toma las riendas y nos guía con su brújula silenciosa.

Konciencia
Créditos:
Hunter Scott

Frente al caos, el individualismo se vuelve invivible. La ansiedad colectiva se calma en comunidad. El encuentro humano entre lo auténtico, compasivo, y honesto tiene el poder de sanar los más profundos temores.

Hablar de lo que sentimos, compartir el miedo, acompañarnos en el silencio, crea un tejido invisible que sostiene. Las redes solidarias, las conversaciones sinceras, las manos que ayudan sin condiciones, son las pequeñas trincheras de resistencia amorosa ante la deshumanización del conflicto.

Necesitamos mirarnos a los ojos y decir: estoy contigo, lo que sientes también lo siento, vamos juntos. Porque mientras haya vínculo, habrá amor y esperanza.

Guías para encontrar sentido en este tiempo incierto

1. Busca sentido incluso en la incertidumbre

Desde la logoterapia, el sufrimiento puede ser redimido si se le encuentra un sentido. Pregúntate: ¿qué aprendizaje hay en este miedo? ¿A quién puedo ayudar desde mi lugar?

La psicología existencial afirma que el dolor se transforma cuando se conecta con un propósito. No se trata de negar la amenaza, sino de buscar activamente una dirección vital. Puedes convertir este tiempo en una oportunidad para replantear tu vocación o profundizar tus vínculos esenciales.

Caminar con propósito aligera el peso de la ansiedad y nos devuelve la serenidad para afrontar y trasformar nuestro destino.

2. Busca apoyo psicológico o terapéutico si lo necesitas

Pedir ayuda no es señal de debilidad, sino de fortaleza consciente. La psicoterapia ofrece herramientas para comprender y gestionar la angustia, la depresión, el insomnio o el miedo paralizante.

Un buen terapeuta puede acompañarte a transitar la incertidumbre desde un lugar de autoconocimiento y autonomía. La logoterapia, además, permite encontrar sentido en medio del absurdo, resignificar el sufrimiento y activar tus valores personales.

Hablar sana. Comprender libera. Acompañarse transforma.

3. Crea rituales diarios que conecten contigo y con lo sagrado

En medio del caos, los pequeños rituales nos anclan. Despiértate cada mañana agradeciendo. Respira conscientemente antes de comer. Ora o medita antes de dormir.

Estos actos cotidianos se vuelven anclas espirituales que te sostienen cuando la mente se dispersa o se llena de miedo. Son recordatorios de que, aunque no podamos controlar lo externo, sí podemos crear espacios de calma desde adentro.

Los rituales cotidianos son puentes hacia el alma.

4. Fortalece tus vínculos afectivos y sé presencia para los demás

En momentos difíciles la calidez humana es medicina. Llama a alguien que amas, apoya a quien lo necesita, comparte una comida, una conversación, un paseo, los silencios y los abrazos.


El amor expresado en actos concretos es la forma más pura de espiritualidad en acción. Desde la psicología humanista, el vínculo auténtico es un factor protector. La logoterapia lo considera un valor experiencial de profundo significado.

Ser para el otro es también una forma de salvarse a uno mismo.

Reflexión: sostener la luz cuando todo se desvanece

Tal vez no podamos evitar que el mundo tiemble. Pero, sí podemos elegir desde qué lugar interior lo enfrentamos. La amenaza de una guerra mundial nos invita a mirar nuestra temporalidad y, al mismo tiempo, nuestra capacidad de amar, resistir, ayudar, reinventarse y crecer.

La historia ha mostrado que incluso en los escenarios más crueles, el alma humana es capaz de encontrar su propia luz interior. Hoy, la fuente de esa luz, puede ser la introspección, la oración, la meditación, la terapia, el arte, el otro. Puede ser tú mismo, si te permites ser refugio y puente.

Además: El síndrome del amor desechable: relaciones líquidas en tiempos de “swipe”

No estamos solos. La incertidumbre no tiene por qué traducirse en desesperanza. Podemos caminar juntos, con las manos entrelazadas, con el corazón dispuesto a sanar desde el amor, el sentido y sobre todo con el alma despierta.

Más KienyKe
El miedo, la ansiedad y el sinsentido se cuelan en nuestras rutinas diarias como sombras. ¿Qué hacer cuando la estabilidad se tambalea? ¿Cómo vivir cuando el mañana es incierto y el caos parece una posibilidad real?
Melissa Gate, de La casa de los famosos, se está preparando para actuar en una película extrajera.
Mary Méndez se mostró vulnerable y recordó la dura época que vivió cuando sufrió de anorexia.
En el Congreso Andesco 2025, el gremio de servicios públicos pidió decisiones técnicas, respeto institucional y trabajo conjunto para el futuro de Colombia.
Kien Opina