¿Es posible que las palabras tengan un sabor, que al tocar una superficie se pueda ver la textura y escuchar los colores? Efectivamente, este fenómeno se conoce como sinestesia, es decir la capacidad de experimentar “sensaciones mezcladas”.
Los científicos han podido constatar que determinadas personas, son capaces de desarrollar una conexión anatómica entre varios módulos de la corteza cerebral. Esta condición suele darse más en mujeres que en hombres, un don maravilloso que solo 1 de cada 2.000 personas posee en el mundo debido a un factor hereditario.
Dotados con una extraordinaria memoria, estos privilegiados individuos cuentan con un exceso de uniones neuronales, debido a un error llamado “poda neuronal” que consiste en la eliminación de enlaces sinápticos poco empleados por las neuronas, brindándole al cerebro mayor capacidad de rendimiento.
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Uno de los casos más recientes fue el de Joel Salinas un médico egresado de la Universidad de Harvard y especialista en neurología, quien desde muy pequeño empezó a experimentar el dolor de las personas en su cuerpo, a raíz de este asombroso talento. Así lo señaló durante una entrevista a la BBC: - "Cuando veo que a alguien le acercan un objeto filoso a cualquier parte de su cuerpo, necesariamente no siento el dolor, lo mío es más como un reflejo, como un eco de la sensación de esa persona, no es que sienta el dolor tal cual, sino las pequeñas sensaciones que lo acompañan"-.
De igual manera, algunos profesionales de la psicología, coachs y sanadores espirituales, cuentan con esta habilidad para sintonizarse con el inconsciente y descubrir el punto exacto del desequilibrio físico o emocional de sus consultantes. Esto también se presenta en los grupos de apoyo para adictos y codependientes, donde a través del compartir de los asistentes se sensibilizan los afectos ante las experiencias de vida de los demás, logrando una transformación y recuperación notoria de las personas, siendo uno de los milagros de la comunidad terapéutica.
Por otra parte, en el cine, el gran director Stanley Kubrick relacionó la sinestesia con la tecnología en su película de culto 2001: Una odisea del espacio, basada en la novela de Arthur C. Clarke, en donde Hall 9000 un computador programado algorítmicamente con inteligencia artificial se apodera no solo de la información de la nave “Discovery” sino también de las emociones de sus tripulantes, especialmente del subconsciente de David Bowman jefe de la primera expedición cuántica al espacio.
La sinestesia sirve como herramienta para percibir el mundo desde ángulos más conscientes, compasivos y sutiles, recreando una realidad alterna sin necesidad del uso de drogas o alteradores del comportamiento, de ahí que existan tantas clases como las siguientes:
- Sinestesia léxico/gustativa: relación entre las palabras y el gusto. Las personas son capaces de diferenciar sabores dependiendo de las palabras, por ejemplo, “adiós” puede saber a limón.
- Sinestesia gradema/color: capacidad de asociar las letras con un color; la letra c sería de color azul y la lera a de color naranja.
- Chromestesia: conexión entre el sonido y el color, es decir, escuchar un sonido y de manera automática e inconsciente asignarle un color.
- Personificación: atribuir cualidades humanas a letras y números, esto significa que el número 8 es sofisticado y elegante, mientras que el 9 es desagradable e insípido.
- Sinestesia música/color: la música esta estrechamente vinculada con algún color, en otras palabras la nota Fa puede ser morada, el Do rojo y la Mi verde.
- Misofonía: un sonido está conectado con un sentimiento, posiblemente como resultado de un trauma en el pasado o una experiencia negativa, también conocido como Eneagrama dentro del coaching emocional.
- Idaestesia: enlace entre las ideas y los sentidos. Un sonido agudo puede relacionarse con la inteligencia, mientras que los graves a estados alterados de la personalidad.
- Sinestesia espejo/tacto: personas que tienen una empatía muy fuerte, pues pueden llegar a sentir las sensaciones de los demás, como si fueran un espejo.