“Asustado”: así dijo Gustavo Bolívar que se sentía cuando le pregunté sobre su candidatura al Senado de la República. Hubo un corto silencio al otro lado de la línea. Y después contestó: “quería colaborarle a Petro en la campaña porque me ha gustado lo que ha hecho; sin embargo, me insistieron tanto, aunque les dije que tenía mi vida tranquila en Miami y quería mis domingos de playa. Les insistí en que no quería meterme en eso”.
Tres días le duró la duda de si asistir o no a un evento de campaña de Gustavo Petro en Bogotá. Finalmente cedió. Cuando llegó quiso pasar desapercibido y se sentó en la última parte del recinto. “Creía que la política es una profesión vergonzosa”, dijo.
Sin embargo, la “movida política” en Colombia le llamaba la atención. La posibilidad de una coalición entre Fajardo, Robledo y Claudia López, le resultaba atractiva. Además, los discursos de los otros candidatos y el tema del postconflicto también le despertaba curiosidad. Entonces decidió arriesgarse a trinar: “amigos de tuiter: He aceptado ser candidato de Gustavo Petro al Senado bajo la siguiente declaración de principios. Ofrezco disculpas a quienes pueda enojar con esta decisión y agradezco a quienes la apoyen”.
https://twitter.com/GustavoBolivar/status/938229967661477890
Varias veces su carácter confrontador ha sido reforzado en sus trinos. Quiso meterse en este pozo de la política, “muerto del susto” por la decisión que había tomado. Bolívar, un hombre que ha estado detrás de cámaras, y que fue el libretista de series como ‘Pandillas, Guerra y Paz’, ‘El Capo’, ‘Juego Limpio’, y ‘Tres Caínes’, empieza su carrera en la política casi al mismo tiempo que Caracol televisión lanza ‘Sin senos sí hay paraíso’. La novela tratará sobre Catalina, que regresó de la muerte para vengarse de su examiga ‘la Diabla’.
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En el Congreso, Gustavo Bolívar no buscará vengarse de nadie –como la protagonista de su novela–. Tampoco prometerá cosas imposibles. Considera que su mejor propuesta es poner contra las cuerdas a los corruptos. No está dispuesto a aceptar los privilegios del Congreso de la República. Ni dadivas, ni coimas, ni chantajes. Nada.
El camino al Senado
La decepción más grande del escritor fue la muerte del líder político Luis Carlos Galán Sarmiento en la Plaza de Soacha. Tenía entonces 23 años. Hoy tiene 51 años. Gustavo estaba en la plaza, y al ver ese episodio renunció a la política. Era parte de las juventudes galanistas.
En su camino apareció el exministro de Justicia Enrique Parejo González, quien empezó a firmar las primeras extradiciones de capos a los Estados Unidos. “Fui su asistente durante varios años a principios de los 90. A raíz de eso escribí ‘El candidato’, un libro acerca de estrategias políticas, que en realidad fue el primer libro que hice; el otro fue ‘Así se roban las elecciones en Colombia’: un caso de investigación sobre un fraude electoral. Se trató de la alteración de planillas de votación en las elecciones de la Cámara por Bogotá en el año 98; el caso se llamó ‘la curul 18’”. Aunque esos libros no tuvieron éxito, si lo convencieron que su camino debía estar al lado de la comunidad por eso inició ‘Pandillas, Guerra y Paz’.
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A parte de la Política, el periodista también prepara otros proyectos televisivos para este año. ‘El Bronx’ será uno de esos proyectos. Retratará con todo el drama del desalojo. Con Telemundo llevará a cabo ‘La Espía ‘ y ‘Jesús 1233’. En este último, Gustavo retratará lo que considera que pasó con Jesús desde los 12 hasta los 33 años de edad, tiempo que no relata la biblia. “Estuve investigando tres meses en Tierra Santa. Hice todo el recorrido que hizo Jesús, tengo mi versión, y la voy a contar, este es un proyecto de televisión mundial”.
La relación de un libretista con la política
“Yo no voy a ir a los barrios a prometer nada, no tengo cara”, dijo al mencionar sus propuestas como senador. Al preguntarle sobre qué opina de los corruptos, Gustavo respira y comenta, “voy a ser una ladilla con los corruptos, yo no puedo cambiar el país desde el Senado como prometen los demás, pero si les voy a joder la vida, y voy a tratar de apoyar todos los temas de educación y salud que me interesen”.
Lo primero que haría como senador sería hacer públicos los privilegios de los congresistas y rechazarlos. “Es increíble que una persona que gana 30 millones de pesos, no pueda pagarse su celular”, dijo. Quiere dar un ejemplo de pulcritud y de vergüenza con esa desigualdad que existe en la sociedad, porque, según Bolívar, no le cabe en la cabeza que un senador pueda ganarse 40 veces más lo que un obrero que trabaja casi 30 días al mes al sol del día.
“No voy a recibir el sueldo de congresista, yo quiero demostrarle a la gente que no voy a estar allá a servirme del estado, es más, voy a perder más por estar allá, las personas que me conocen los saben”.
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Gustavo no va hacer campaña política de afiches. Va a apostarle a tener una campaña más moderna, una sede virtual por ejemplo. Por eso se va a quedar horas largas en contestarle a la gente por redes sociales, y también a los detractores que creen que es ‘castrochavista’.
Gustavo cree que la educación del país es un negocio. “El estado tiene dinero para entregarle educación gratuita a los ciudadanos de bajo recurso, hay que condonarle la deuda a los jóvenes que estudien en el Icetex, cobrarle intereses a un chico pobre y pedirle fiadores para que estudie, eso es una cara infame”.
Gustavo no tiene problema con sentarse junto a un exguerrillero en el senado. “De hecho haré campaña con un exguerillero que estuvo como militante en el M-19, así que no tengo esos líos mentales”.
Esos guerrilleros, que estuvieron 50 años en el monte, perseguidos por helicópteros, tienen una convicción. “Hicieron mucho daño a la sociedad, pero por ahora no es el tipo de revolución que yo hubiera hecho, equivocaron la forma, ahora han entregado las armas y están haciendo política y preferible verlos ahí mil veces. Creo en la revolución, pero no por la violencia, comprendo las causas, que no se confunda que las apoyo”.
Si gana, y luego de posesionarse, lo primero que hará será pararse en la plenaria y devolver todo lo que le entregue el congreso. “Aunque no quiero que esto suene a campaña. Quiero tener mi propia seguridad, mi carro, lo único que haría sería tener una unidad de trabajo legislativa, porque yo si quiero hacer investigación, de resto no quiero un centavo”.