La historia de Ileana Mercedes Cabra mejor conocida como iLe está llena de interesantes detalles. Esta artista puertorriqueña que lanzó su tercer álbum de estudio a finales de noviembre de 2022, creció en una familia que en definitiva entendió el poder contestatario y transformador que tenía la música.
KienyKe.com conversó hace algunas semanas con esta artista boricua sobre su carrera artística y los proyectos que vinieron después de su paso por Calle 13, famosa agrupación que tuvo con sus hermanos: René Pérez Joglar y Eduardo Cabra, mejor conocidos como Residente y Visitante.
Sin embargo, antes de hablar de lo que precedió a esta importante decisión de comenzar con su carrera como solista y de convertirse en lo que es hoy, una de las cantautoras latinas más destacadas de nuestros tiempos, es necesario hablar de sus primeros descubrimientos con la música.
El nido artístico de iLe
Su familia tuvo que ver mucho en su proceso, la profesión de su padre (publicista y músico), las afinidades con la música de sus hermanos que más adelante darían frutos, la profesión de su madre, Flor Joglar de Gracia, actriz que perteneció a la compañía Teatro del Sesenta de Puerto Rico que surgió en 1963 y que llegó a presentar obras como ‘La verdadera historia de Pedro Navaja’ basada en la canción popular de Rubén Blades y en la Ópera de los mendigos de John Gay.
Aunque no son las únicas figuras de las que vienen los orígenes musicales de la artista de 33 años, pues su abuela materna, Flor Amelia de Gracia Barreiro, además de ser maestra de profesión era compositora y una mujer muy fuerte a la que iLe le heredó la voz, la misma que grabó por primera vez en un estudio a sus 16 años cuando su hermano René la recogió de la escuela para que cantara en ‘La Aguacatona’, canción que se convertiría en un hit.
“Mi hermano René pasó por mi a la escuela y me dijo ven, anda, vamos a grabar. Y luego todo lo demás pasó. Yo siempre había sentido que quería estar en la música pero no sabía como iba hacer, se fue dando de una manera inesperada, y definitivamente siento que con la voz es la manera en la que mejor puedo expresar la música qué hago”, comenzó diciendo la artista a KienyKe.com en su última visita a Bogotá.
Y es que precisamente, está canción terminó convirtiendo a Ileana en la voz femenina de Calle 13, llevándola por diferentes países del mundo y compartiendo con músicos de la talla de Gustavo Santaolalla, Kevin Johansen, Susana Baca, entre otros.
Toda esta experiencia que duró una década fue significativa para que diera al salto y se atreviera a continuar su carrera como solista, luego de que Calle 13 anunciara una pausa que terminó en una especie de separación no oficial en la que iLe, Residente y Visitante, avanzaron como solistas.
Sin embargo, pese a lo complicado que pudo haber sido este alto en el camino, esta situación la puso en una búsqueda más personal e íntima con la música y sobre las cosas que quería hacer.
“Siempre me lo estuve cuestionando, por suerte tuve la oportunidad de estar muchos años de gira con mis hermanos y aprendí mucho, fue una experiencia importante en mi vida, trascendental porque nunca pensé que pasaría y no pensé que eso me iba a motivar a hacer lo mío”, explicó.
Ilevitable, el primer Grammy
Lo cierto es que un año después de que terminara la aventura de Calle 13, grupo musical que tuvo sus inicios en Trujillo Alto en 2003, y que fue un fenómeno en toda Latinoamérica llegando a ganar 24 Premios Grammy Latinos y 379 premios en total; iLe continuó su camino en la música dándole rienda suelta a sus canciones y lanzando su primera producción como solista: ‘Ilevitable’.
Para cuando este primer álbum salió en junio de 2016, iLe ya había cumplido 27 y había adquirido muchas experiencias que se hicieron evidentes en este disco en donde canta bolero, balada, salsa y deja ver a una artista sólida, capaz de brillar como solista, pues un año después de haber dado este salto al vacío, llegó su primer Grammy en la categoría de ‘Mejor Álbum de Rock, Urbano o Alternativo’.
“Estaba en la Placita de Santurce (San Juan, Puerto Rico), creo que era un domingo y estaba con mi papá y estábamos relajados y alguien puso la premiación ahí en el celular pero no le estábamos haciendo mucho caso, porque yo estaba bien segura de que no iba a ganar porque era el primer disco, como que no, no sé, como que lo veía menos posible. Y cuando me lo gané fue como qué brutal”, recordó.
Así las cosas, iLe continúo trabajando en sus siguientes proyectos y en 2019, lanzó ‘Almadura’, un disco de 10 canciones y dos colaboraciones en las que habla de valentía, empoderamiento, resistencia en donde vuelve a jugar con el bolero de una manera muy personal, explorando sus matices y también el folclore no solo de su país sino de toda Latinoamérica.
“Congelado, paralizado, sin moverse, hipnotizado. Con los ojos vendados, los oídos tapados sin saber hacía dónde vamos. Nadie detiene, nadie soporta. Retrocedemos y nada importa. Falsificados, adormecidos, manipulados, embrutecidos. Queremos comer sin tener que masticar, queremos ver sin tener que mirar, buscamos vivir y nos dejamos matar”, reza la letra de ‘Sin Masticar’, en donde habla del conformismo generalizado que hay para exigir o para alzar la voz ante la injusticia social o la muerte.
Música con carne y alma
No solo el nido y la historia de Ileana se impregnaron en cada uno de sus canciones e interpretaciones, sino también el contexto de crecer en un país como Puerto Rico y haber visto tantas realidades junto con sus hermanos en cada gira, pues todo esto, despertó su activismo y su responsabilidad como artista para exponer la realidad social y política, algo que también aprendió de sus hermanos Residente y Visitante.
“Somos una familia súper grande y en realidad siempre recuerdo estar también presente desde chiquita con mi mamá en las protestas que habían en Puerto Rico, y también con mi abuela. Siento que le dimos mucha importancia a la protesta. Las canciones que escuchábamos… no sé, además a mi me motiva más viniendo de Puerto Rico, una isla colonizada, pues hay mucha frustración, mucha impotencia también.
La música me ayudó a sentir más fuerza, esa fuerza que uno a veces siente que se va desvaneciendo con la frustración. Entonces creo que hay que expandir la conversación para que siga creciendo la lucha, ya que esto nos hace más fuertes y nos prepara para confrontarnos con lo que queramos”, señaló.
Hace algunas semanas atrás iLe lanzó ‘Nacarile’, el álbum en donde decantó todo lo que vivió durante la pandemia del covid -19, un momento en el que la cantante puertorriqueña como miles de personas estuvieron una sensación de incertidumbre que los llevó a abismos emocionales, donde el encierro deformó el tiempo y el espacio y generó mucha nostalgia.
"Me sentí como si estuviera en este estado de locura emocional: confundida, perdida", dice. Fue cuando encontró su refugio en la música y empezó a usar su meticuloso enfoque creativo para crear, sin embargo no fue tan sencillo:
"Tuve que dejarme llevar sin saber lo que iba a hacer o escribir. Estaba confundida y perdida, pero al mismo tiempo, las canciones seguían saliendo de mí. Seguí escribiendo. Seguí componiendo", explicó.
El resultado es Nacarile, un proyecto expansivo. Se basa en la afinidad de iLe por los géneros clásicos latinoamericanos y la percusión folclórica puertorriqueña, e incluso incursiona en el hip-hop que interpretó en su juventud junto a sus hermanos en el icónico grupo Calle 13.
Aunque no es todo, pues Nacarile también incorpora nuevos géneros, recopilando sintetizadores astrales, arte pop irreverente y melodías prismáticas en el proyecto más imaginativo y profético de iLe hasta el momento.
Mientras que el segundo álbum de iLe, Almadura, que fue nominado al Grammy, se basó en la rica historia de los ritmos caribeños, sumergiendo a los oyentes en las raíces percusivas de la bomba, la salsa y más allá, el enfoque de iLe fue la experimentación melódica esta vez. Líricamente, Nacarile explora cómo lo personal y lo político se cruzan.
Hay canciones de protesta feministas abrasadoras y condenas de la colonización, así como la experimentación con iLe regresando a su interior y luchando por dar sentido a la duda y la agitación psíquica.
El título del álbum es un juego de palabras con el nombre de iLe y el coloquialismo puertorriqueño "Nacarile del oriente", una exclamación enfática que se traduce aproximadamente como “¡Para nada!”.
Al principio el título surgió como una broma, pero pronto iLe se dio cuenta de que reflejaba el espíritu desafiante del álbum:
"Se trata de aceptar esos momentos en los que te sientes un poco perdido, abrazar eso, pero no permanecer en ese sentimiento. Es como decir: 'Gracias, aprendí mucho, pero no. No me voy a quedar ahí'".
No hay duda de que esta artista que comenzó sus primeros cursos individuales de canto con maestras como la soprano puertorriqueña Hilda Ramos o la cantante cubana Gema Corredera y que luego llegó a Calle 13 a aprender de sus hermanos, ha logrado llevar su carrera a otro nivel creativo con letras contestatarias, diversidad y con un proyecto único que sigue dando de qué hablar y que termina por definir a iLe como una mujer fuerte, que dice tanto con su voz y su resistencia.
