La ira de los cafeteros

Mié, 27/02/2013 - 13:28
Las marchas del paro nacional cafetero que empezaron el lunes sorprendieron por su magnitud y afluencia. El gobierno reconoció centenares de manifestaciones en once departamentos que convocaron a dec
Las marchas del paro nacional cafetero que empezaron el lunes sorprendieron por su magnitud y afluencia. El gobierno reconoció centenares de manifestaciones en once departamentos que convocaron a decenas de miles de personas, la mayoría pequeños y medianos agricultores. Más allá de los aislados inconvenientes de orden público, quedó claro que la capacidad de desafío de los cultivadores del grano era cosa de temer. El Gobierno, e incluso de la Federación Nacional de Cafeteros, institución que tiene su vocería, calificaron de ‘injusta’ la protesta y minimizaron su alcance. Sin embargo lo presenciado en las calles de numerosos municipios en el eje cafetero, Huila, Nariño, Cauca, Caquetá y Antioquia mostraron la ira de un sector económico al que se le colmó la paciencia. ¿Por qué? KienyKe indagó a dos periodistas especializados en este tema en Manizales que conocen de cerca el padecer de los cultivadores de café, y describieron los inconvenientes que el gremio atraviesa. José Fernando Garcés, director del Noticiero Económico Caldense, y Mariela Márquez Quintero, periodista, docente universitaria y autora del libro “Caldas y café: la leyenda apenas comienza”, explican las claves del desencanto cafetero. ¿Qué piden los cafeteros que salieron a paro? Sus peticiones se relacionan con un fenómeno que los tiene acorralados: la producción de grano ya no les es rentable. La principal exigencia es establecer un precio base de la carga de café (125 kilos) en no menos de 800 mil pesos. Actualmente se paga a un poco más de 500 mil pesos por esa cantidad de grano.  En el último año su valor ha caído más del 40% y en cambio los gastos se mantienen. Por ejemplo, cada carga de café le cuesta al productor unos 700 mil pesos, y si se los compran a tan solo 510 mil, están perdiendo 190 mil pesos. Cafetal El costo de producción de una carga de café puede superar los 700 mil pesos. Hoy se las compran por no más de 510 mil pesos. Están trabajando a pérdidas. Según detallaron los periodistas consultados, si una carga de café cuesta 700 mil pesos, el 30% representa gastos en fertilizantes y abonos. Otro 30% tiene que ver con el pago de trabajadores (mano de obra), y el 40% restante se va en transportes, otros gastos relacionados con la producción y un estimativo de ganancia no mayor al 20%, que debido al actual precio por el que se compra la carga, se reduce a cero. Están trabajando a pérdidas. “En el tema de transporte, considere que para llevar café de su centro de producción al lugar de compra, el valor se incrementa porque hay muchas vías deterioradas”, agrega José Fernando Garcés. Además la revaluación sigue azotando sin clemencia a los cafeteros, y el gobierno responde, según voceros del gremio, pidiéndoles paciencia mientras se frena la caída del dólar. Mientras no existan precios de compra de las cargas que alcancen para cubrir los gastos y dejar ganancias, la producción cafetera seguirá sumida en crisis. Otros problemas son las plagas y la caída en la producción del grano, resultado de inconvenientes climáticos. En 2012 Colombia logró sacar 7,7 millones de sacos de 60 kilos, por debajo de los 7,8 millones que produjo en 2011. En 2010 se habían producido 8,9 millones de sacos y años atrás se habían alcanzado más de 12 millones. De acuerdo con Mariela Márquez, la única pretensión de los cafeteros con este paro es obtener un precio justo por su producto. “Los fuertes embates climáticos de 2010 y 2011 y los actuales efectos de la revaluación han deteriorado los ingresos del caficultor, y esto requiere una solución rápida. Además, factores de la economía exterior y las lógicas del mercado, que prima el precio sobre la calidad, aumentan el daño”. ¿Es un problema nuevo? No. Para José Fernando Garcés es un dilema de vieja data. Incluso él sitúa el germen de la crisis a finales de los 80, con la ruptura del Pacto Internacional del Café. Según expone Garcés “en época de bonanza, la libra de grano se vendía a USD$1,40 y hasta USD$2,20, y con esa proporcionalidad se pagaba el precio interno. El fin del pacto y el ingreso al mercado libre nos afectó. El precio se deprimió hasta a 60 centavos de dólar por libra y se generó un efecto dominó: se afectó el precio interno y el remezón empezó a sentirse, sin que le ‘paráramos bolas’. Hasta Naciones Unidas hizo una investigación de los efectos de esa ruptura y advirtió en su momento al Gobierno sobre la urgencia de realizar un proceso de reconversión, porque la zona cafetera se quedaría sin los recursos que daba la bonanza”. Como resultado hoy afloran indicadores de deterioro social y económico que motivaron, sin otra salida, a la protesta masiva. ¿Por qué el estallido se produce ahora? “Porque se les agotó la paciencia, –asegura el periodista José Fernando Garcés- y al sumar y restar, los cafeteros se han dado cuenta que el negocio no les da. Es una actividad que hoy solo les produce pérdidas y deudas”. En concepto de Mariela Márquez, quien comentó que en los últimos días ha hablado con muchos cafeteros en la región, el problema es que los pequeños y medianos labriegos están quebrados y se sienten desesperados por su situación. “Los municipios cafeteros se están arruinando. Los campesinos están ahogados en impuestos y deudas. Los jornaleros que antes eran contratados en cafetales, ahora se fueron a sembrar coca. Los niños no pueden ir al colegio sino tienen que trabajar en el campo. La situación es grave, se percibe abandono del Estado y por eso no hay más opción que salir a la calle. Y si se fija, es la primera marcha en la historia reciente con estas proporciones”. En mesas de diálogo, los agricultores han clamado al Gobierno que fije un precio que garantice la rentabilidad. Mientras eso no se logre, continuarán las protestas. ¿El gobierno ha abandonado a los cafeteros? Los analistas consultados desmintieron esto. El Gobierno, en efecto, ha promovido políticas con las que les han tendido la mano a los caficultores. Sin embrago su ayuda no ha sido suficiente. “El gobierno habla en otro idioma. En noviembre prometió crear una comisión para analizar la situación y es la hora que no la ha creado. Además el auxilio que asegura que dio, pues lo autorizó en una temporada en la que no hay cosechas, y cuando se necesita les retira el auxilio. Las medidas que toma son cortas e insuficientes, y los cafeteros necesitan realidades concretas, rápidas y permanentes”, explicó la historiadora Mariela Márquez. “Parece que el país olvidó que el café generó mucho desarrollo a la nación mientras hubo bonanza. El Fondo Nacional del Café fue una alcancía que sirvió para atender muchas necesidades. En ese momento parecía muy importante el café. ¿Por qué ahora no? Y eso fue algo que se le preguntó al presidente Santos, si es que ahora su interés era solo en la locomotora minera y ya no en la cafetera”, manifestó Garcés. La Administración Santos, por su parte, reconoce que es imposible -según la viabilidad fiscal- poner tan alto el precio base de la carga de café, como lo pide el gremio. Además dice que si fuera posible desistirían de importar grano, pero la producción es insuficiente para pensar esa opción. Finalmente rechaza las vías de hecho para realizar la protesta y dice que el ejecutivo está dispuesto al diálogo para solucionar la crisis. Paro cafetero El Gobierno condiciona el diálogo con los cafeteros hasta que levanten el paro. El gremio quiere compromisos inmediatos por parte de las autoridades económicas y piden reformas a la Federación Nacional.  ¿Desde cuándo la situación se agravó? Expertos en economía sostienen que lo más grave de la crisis empezó hace un poco más de cuatro años. Los dos últimos años de la presidencia de Álvaro Uribe y los dos primeros de Juan Manuel santos. Sin embargo, el periodista caldense José Fernando Garcés mantiene su tesis de que la crisis se agudizó desde la ruptura del Pacto Internacional del Café. ¿Por qué las marchas se sintieron con más intensidad en departamentos como Nariño, Cauca y Huila, que en el eje cafetero? Porque la mayor parte de la actividad cafetera, desde años recientes, se ha trasladado a esos departamentos, en especial como consecuencia de los costos de producción que se encuentran más baratos allí que en el epicentro cafetero. “Pero los expertos dicen que es transitorio –añade Garcés-. No creo que estas regiones mantengan la onda de la alta producción porque la crisis los contagiará. Además la cultura y las generaciones cafeteras no lo cambia nadie, y eso sigue siendo reconocido en Caldas, Quindío, Risaralda y una parte de Antioquia”. En las protestas también se denunciaban créditos insostenibles. ¿Están cansados los cafeteros de sus deudas y nadie los auxilia? Para Juan Fernando Garcés es uno de los agravantes de esta crisis. “Si el negocio no es rentable es imposible pagar los créditos. La cartera del Banco Agrario, por decir un ejemplo en Caldas, es de 300 mil millones de pesos. Muchísima plata y hay involucrados cualquier cantidad de cafeteros. Y lo peor es que la crisis no se soluciona con créditos como estiman sectores en el gobierno”. Según cifras de Mariela Márquez, la deuda de cafeteros con los bancos supera 1.2 billones de pesos. Además, cuando piden refinanciación, les clasifican como usuarios ‘tipo B’, que en sus palabras es ‘personas mala paga’. “Entonces ellos piden que si piden refinanciación, debido a esta situación que atraviesan, los clasifiquen desacuerdo a su realidad y no les dañen su historial crediticio”. ¿Están contentos los cafeteros con la Federación Nacional? ¿Por qué se habla de una constituyente? Los analistas, basándose en relatos de cafeteros, coincidieron en que los agremiados no se sienten representados con las directivas de la Federación Nacional. “El actual gerente no tiene el liderazgo que necesita un gremio tan importante como el cafetero”, expuso José Fernando Garcés. Mariela Márquez dijo, citando testimonios de maniftestantes, que hay esperanzas con una constituyente que reforme los estatutos de la Federación, que haga más democrático y representativa la elección del gerente general y que las personas que tomen su vocería, en realidad los defiendan. “Ante todo quiero aclarar que conozco a los cafeteros y estas marchas están al margen de influencias políticas o de actores violentos. El gobierno intentó minimizar el efecto de la protesta y  vieron que no fue así. Además los cafeteros no se ven representados en la gerencia de la Federación, y por eso consideran la organización un ‘ministerio del café’, más que como su organización gremial. Eso debe replantearse”, concluyó. Valga agregar un comentario final de los periodistas locales consultados por KienyKe. Pidieron recordar que durante el siglo pasado, en la bonanza cafetera, el sector aportó millonarios recursos para la construcción del país, y calificaron de 'injusto' que ahora que atraviesan una crisis, este grupo productivo se vea relegado o abandonado a su suerte. No atribuyen responsabilidad a un gobierno en específico, pero sí critican la falta de previsión ante numerosos factores que pudieron prevenir la actual problemática.
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