El monte Everest, la montaña más alta del mundo, se ha convertido en el cementerio de cientos de expedicionarios. Camino a la cima, en la llamada zona de la muerte, donde se superan los ocho mil metros de altura, hay varios cuerpos congelados. Muchos se han perdido; otros han quedado petrificados, con el gesto y postura exacta que tenían en el momento en que murieron.Según cifras oficiales, se tiene registro de 240 muertes hasta abril de 2013. Estos algunos de los escaladores más famosos que ahora forman parte de la naturaleza del lugar.
Botas verdes
Desde 1996, el cuerpo de Tsewang Paljor permanece congelado entre un montón de rocas a 8.848 metros de altura. A simple vista, parece que recién hubiese muerto pues su cabeza está sepultada entre la nieve y su vestimenta permanece intacta: una gruesa chaqueta roja, pantalón azul y unas botas fluorescentes que desde el año en que murió le valieron el apodo que aún conserva y que lo ha hecho famoso entre los que se atreven a desafiar la muerte en el Everest: ‘Botas verdes’. Este hombre formó parte del primer equipo de India que se aventuró a llegar a la cima del mundo. Paljor, sin embargo, no logró cumplir su objetivo, pues el diez de mayo de 1996 se desató una de las más fuertes tormentas de nieve de que se tengan noticia. Ocho personas fueron atrapadas y murieron. El escalador indio fue uno de ellos. Desde entonces, se ha vuelto un punto de referencia para los demás escaladores y en la más cruda muestra de que escalar el Everest es caminar entre la vida y la muerte.
Francys Arsentiev
Fue la primera mujer estadounidense en llegar a la cima sin utilizar oxígeno suplementario. El 22 de mayo de 1998 cumplió su meta junto a su esposo, Sergei Arsentiev. Pero la pareja se separó accidentalmente al momento de bajar el monte en horas de la noche. Francys fue encontrada un día después, inconsciente y con signos de congelación. Aunque fue auxiliada y recibió oxígeno durante una hora, murió poco después y su cuerpo fue dejado abandonado entre la nieve. Un año después, su esposo fue encontrado a poco metros de la mujer por una expedición de búsqueda llamada ‘Mallory e Irvine’.
David Sharp
Mientras David Sharp agonizaba, al menos cuarenta personas pasaron junto a él. El cuerpo de este experimentado montañista inglés no soportó la falta de oxígeno durante el descenso, acaso más peligroso que la subida al Everest. El 15 de mayo, luego de alcanzar la cima, Sharp agotó sus reservas de oxígeno y se sentó, desfallecido, en un lugar llamado La cueva de botas verdes, junto al cadáver de Tsewang Paljor, un escalador indio fallecido en 1996. Nadie le prestó ayuda, muchos no lo hicieron porque creyeron que había muerto. Sharp había emprendido su aventura solo y así la terminó. Sentado en la nieve, abrazando sus piernas con manos, perdió el conocimiento y un rato después falleció. Su cuerpo descansa bajo un montón de rocas a 8.000 metros de altura, donde una placa recuerda sus fechas de nacimiento y muerte.
Peter Boardman
Este alpinista británico desapareció en 1982 luego de haber intentado una ruta complicada para llegar a la cima del Everest. Su cuerpo fue encontrado diez años después por una expedición japonesa a 8.200 metros de altura. Boardman, quien había hecho cuatro subidas al Everest, parece estar sentado, casi acostado, como si estuviera durmiendo.
'El saludador'
Es uno de los cadáveres más famosos del Everest aunque no se tiene información de quién podría ser. Por la postura de sus brazos parece saludar a quienes pasan frente suyo. 'El saludador' se ha convertido en uno de los puntos de referencia para los montañistas.
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Francys Arsentiev
Fue la primera mujer estadounidense en llegar a la cima sin utilizar oxígeno suplementario. El 22 de mayo de 1998 cumplió su meta junto a su esposo, Sergei Arsentiev. Pero la pareja se separó accidentalmente al momento de bajar el monte en horas de la noche. Francys fue encontrada un día después, inconsciente y con signos de congelación. Aunque fue auxiliada y recibió oxígeno durante una hora, murió poco después y su cuerpo fue dejado abandonado entre la nieve. Un año después, su esposo fue encontrado a poco metros de la mujer por una expedición de búsqueda llamada ‘Mallory e Irvine’.
David Sharp
Mientras David Sharp agonizaba, al menos cuarenta personas pasaron junto a él. El cuerpo de este experimentado montañista inglés no soportó la falta de oxígeno durante el descenso, acaso más peligroso que la subida al Everest. El 15 de mayo, luego de alcanzar la cima, Sharp agotó sus reservas de oxígeno y se sentó, desfallecido, en un lugar llamado La cueva de botas verdes, junto al cadáver de Tsewang Paljor, un escalador indio fallecido en 1996. Nadie le prestó ayuda, muchos no lo hicieron porque creyeron que había muerto. Sharp había emprendido su aventura solo y así la terminó. Sentado en la nieve, abrazando sus piernas con manos, perdió el conocimiento y un rato después falleció. Su cuerpo descansa bajo un montón de rocas a 8.000 metros de altura, donde una placa recuerda sus fechas de nacimiento y muerte.
Peter Boardman
Este alpinista británico desapareció en 1982 luego de haber intentado una ruta complicada para llegar a la cima del Everest. Su cuerpo fue encontrado diez años después por una expedición japonesa a 8.200 metros de altura. Boardman, quien había hecho cuatro subidas al Everest, parece estar sentado, casi acostado, como si estuviera durmiendo.
'El saludador'
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