
Después de vivir 112 años, la inmortalidad puede ser un concepto que evoque a Juan de Dios Palacio, estimado como el hombre más longevo del país. Este papá y abuelo falleció, pero dejó en este mundo lo mejor de él, para ser recordado el doble de tiempo del que vivió.
Cuando se escucha esta cantidad de años, se puede asociar a que quizás era un hombre sin voz ni voto, pero no, todo lo contrario, a Juan de Dios la familia lo recuerda por su lucidez y el amor que sentía por cada miembro del hogar.
“El historiador”, como era conocido en el barrio Aranjuez, al nororiente de Medellín, vivió la vida que quiso y durante 112 años, se encargó de mostrarle al mundo la importancia de la familia. Pues hoy, son sus 21 hijos, 34 nietos, 60 bisnietos y 26 tataranietos, los que hablan por él.
“Fue un excelente padre, rígido, sí, pero me siento orgullosa del papá que tuve”, cuenta con alegría Luz Mila Palacio, su hija mayor, que aunque triste por la partida de su padre, piensa que él vivió una gran vida y solo hay lindos recuerdos para este hombre que pudo levantar 21 hijos.
Sin embargo, su salud se desgastó por culpa de la diabetes, enfermedad que le hizo eliminar de su vida los dulces que tanto le gustaban, aún así, este roble de 112 años, mostraba alientos para leer sin gafas y con su mente completamente lúcida, recordaba los cumpleaños de la familia Palacio Penagos.
“Me sentía muy feliz al verlo a esa edad caminando sin ayuda y solo en ocasiones con un bastón, pero lo más impresionante era como recordaba la fecha exacta de los cumpleaños de todos. Mi abuelo nunca perdió la memoria”, afirma María Cañas Palacio, nieta de don Juan de Dios.
Su jubilación le llegó en el año de 1952 y todavía le llegaba la pensión del Ferrocarril de Antioquia, en donde se desempeñó como guardavías del municipio.
Gracias a esta profesión, albergaba en su mente una y mil historias que como buen abuelo contaba a sus nietos y amigos más cercanos.
Cuentan los familiares que este hombre, amante del parqués, el dominó y el naipe, no le gustaba quedarse quieto, tanto así que desbarataba y armaba nuevamente con facilidad los electrodomésticos de la casa, así estos no tuvieran necesidad de arreglo alguno.
“Cuando empezó a arreglar sin necesidad los electrodomésticos lo dejamos, pues mi papá siempre se quiso sentir útil. Era una persona feliz y cumplido con mi mamá y con toda la familia, él nunca nos quedó mal con los gastos de la casa cuando estábamos pequeños y ahora grandes siempre nos brindaba su apoyo”, dice contenta Olga Palacio, una de sus hijas.
Aunque aún no se tiene la clave para vivir tantos años, se podría decir que una vida llena de hábitos saludables sería una de las claves para alcanzar el elipsis de vida, sin embargo, la familia de don Juan de Dios Palacio Penagos, coincide en que fue el amor y felicidad por la gente que él quería, la que lo hizo llegar a vivir más de un siglo.
