Una pared agrietada de la Universidad Nacional sede Bogotá está adornada con varias frases críticas. Pretende llamar la atención de quienes caminan cerca al edificio de la facultad de Enfermería, que está en riesgo inminente de desplomarse y será demolido en poco tiempo.“Peligro. Brecha social colombiana en aumento. ¡Oh! ¿Y ahora quién podrá defendernos?”, son las palabras que están escritas sobre el muro y hacen referencia a la fisura de la estructura. El 56 por ciento del campus de la ‘Nacho’ está deteriorado.
En la capital colombiana la universidad tiene 151 edificaciones. Algunas catalogadas como bienes de interés cultural por su arquitectura o porque marcaron el camino hacia el pensamiento moderno del país. En total 62 están en riesgo y requieren una adecuación a las normas de sismo resistencia o tienen problemas de mantenimiento. El edificio de Arquitectura y parte del de Enfermería serán demolidos, pues es más barato construir algo nuevo que hacer reparaciones. En la actualidad solo 36 edificios cumplen con los requisitos antisísmicos.
Según información suministrada por la Universidad Nacional cerca de cinco edificaciones han sido reforzadas. Por ejemplo, la Biblioteca Central. También los edificios de Ciencias Económicas, parte de Agronomía, la cafetería de Matemáticas y Física y en la actualidad se adelanta una obra en Ingeniería. Además, se lleva a cabo el proceso de diseño y estudios en el polideportivo, el edificio Uriel Gutiérrez, el de Farmacia y la concha acústica.
Para la UN hay prioridades como los edificios que reciben muchos visitantes, otros que en caso de emergencia servirán de refugio y los más grandes. Han identificado quince prioritarios, entre esos se encuentra la facultad de Derecho y Ciencias Políticas, que el pasado 28 de octubre fue evacuado luego de que parte del cielo raso se derrumbara.
“Empezó a llover después de las dos de la tarde. A esa hora en la facultad hay mucho movimiento porque es el grueso de las clases. Yo estaba en el hall del segundo piso cuando empezó a caer granizo. Desde que estoy acá –segundo semestre de 2010– había una gotera en el ala norte del edificio, cerca a la oficina de gestión documental. A eso de las tres de la tarde pasadas, de un momento a otro el techo se empezó a agrietar y cayó un pedazo de concreto en el piso”, cuenta David Fernando Barrera, estudiante de Ciencias Políticas.
Desde ese día los estudiantes de esta facultad no tienen clase y la asignación de nuevos salones ha sido un problema. La estudiante Laura Espinosa cuenta que un grupo de compañeros tuvieron la tarea de revisar los salones que asignaron para ver clases dentro del campus. Sin embargo estos solo cubren el 40 por ciento la población estudiantil de la facultad.
[youtube width="540" height="360"]http://youtu.be/nSLRAXFC57Y[/youtube]
“No queremos ni nos vamos a dejar sacar del campus de la universidad porque eso es lo que ha pasado con compañeros como los de Arquitectura. No estamos dispuestos a salir, vamos a exigir un presupuesto para que nos arreglen la universidad. Queremos saber cuál es el problema estructural que tiene la facultad, que se aprueben las reparaciones y asigne el presupuesto”, asegura Espinosa.
La UN tenía previsto la intervención de la biblioteca y cielo raso de la facultad de Derecho. Ahora este proceso se aceleró y contrató para hacer los arreglos. Se estima que en dos semanas se terminen las obras y los estudiantes puedan volver al edificio. Por ahora se empezarán los estudios de vulnerabilidad y patrimonio porque requiere de un tratamiento especial por ser un bien de interés cultural .
Sobre los dos billones de pesos, que según varios medios de comunicación necesita el campus, la universidad dice que se trata de un estimado. La cifra se hizo pública antes de tener estudios de vulnerabilidad de todos los casos y se hizo sobre un cálculo de los reforzamientos hechos hasta ahora.
Según información suministrada por la Universidad Nacional cerca de cinco edificaciones han sido reforzadas. Por ejemplo, la Biblioteca Central. También los edificios de Ciencias Económicas, parte de Agronomía, la cafetería de Matemáticas y Física y en la actualidad se adelanta una obra en Ingeniería. Además, se lleva a cabo el proceso de diseño y estudios en el polideportivo, el edificio Uriel Gutiérrez, el de Farmacia y la concha acústica.
Para la UN hay prioridades como los edificios que reciben muchos visitantes, otros que en caso de emergencia servirán de refugio y los más grandes. Han identificado quince prioritarios, entre esos se encuentra la facultad de Derecho y Ciencias Políticas, que el pasado 28 de octubre fue evacuado luego de que parte del cielo raso se derrumbara.
“Empezó a llover después de las dos de la tarde. A esa hora en la facultad hay mucho movimiento porque es el grueso de las clases. Yo estaba en el hall del segundo piso cuando empezó a caer granizo. Desde que estoy acá –segundo semestre de 2010– había una gotera en el ala norte del edificio, cerca a la oficina de gestión documental. A eso de las tres de la tarde pasadas, de un momento a otro el techo se empezó a agrietar y cayó un pedazo de concreto en el piso”, cuenta David Fernando Barrera, estudiante de Ciencias Políticas.
Desde ese día los estudiantes de esta facultad no tienen clase y la asignación de nuevos salones ha sido un problema. La estudiante Laura Espinosa cuenta que un grupo de compañeros tuvieron la tarea de revisar los salones que asignaron para ver clases dentro del campus. Sin embargo estos solo cubren el 40 por ciento la población estudiantil de la facultad.
[youtube width="540" height="360"]http://youtu.be/nSLRAXFC57Y[/youtube]
“No queremos ni nos vamos a dejar sacar del campus de la universidad porque eso es lo que ha pasado con compañeros como los de Arquitectura. No estamos dispuestos a salir, vamos a exigir un presupuesto para que nos arreglen la universidad. Queremos saber cuál es el problema estructural que tiene la facultad, que se aprueben las reparaciones y asigne el presupuesto”, asegura Espinosa.
La UN tenía previsto la intervención de la biblioteca y cielo raso de la facultad de Derecho. Ahora este proceso se aceleró y contrató para hacer los arreglos. Se estima que en dos semanas se terminen las obras y los estudiantes puedan volver al edificio. Por ahora se empezarán los estudios de vulnerabilidad y patrimonio porque requiere de un tratamiento especial por ser un bien de interés cultural .
Sobre los dos billones de pesos, que según varios medios de comunicación necesita el campus, la universidad dice que se trata de un estimado. La cifra se hizo pública antes de tener estudios de vulnerabilidad de todos los casos y se hizo sobre un cálculo de los reforzamientos hechos hasta ahora.
