Un hombre joven, delgado, cuelga de un árbol. Se ha suicidado. Apenas un par de días antes las autoridades habían encontrado otro cuerpo en las mismas condiciones: ahorcado. Pero también han encontrado gente que se ha envenenado u otros que se han metido un tiro. Y no es para menos: por eso el lugar se llama Bosque de los suicidas.
Volvió a ser tristemente famoso en los últimos días, luego de que el Youtuber estadounidense Logan Paul, que caminaba por la zona, hallara un cadáver. Tomó el asunto con algo de humor lo que no gustó mucho en internet. Unos días después del hecho, Paul se disculpó son sus seguidores. Dijo que había sido cosa de la emoción y el impacto.
El bosque Maldito de Aokigahara
Aokigaharta es un lúgubre bosque que está en la falda nororiental del Monte Fuji. Tiene una extensión aproximada de 35 km². Los japoneses, un pueblo tradicional y milenario creen que es un lugar maldito, embrujado. La historia terrorífica del bosque de los suicidas se remonta a más de mil años: desde esa época ya había poemas que describían el lugar como una mar de árboles poblado por demonios.
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El Japón de finales del siglo XIX era un Japón Feudal y pobre. Había hambrunas y escasez. A tal punto llegaba la situación que las familias tenían que abandonar a los ancianos y los niños que no podía alimentar. El destino era el bosque de los suicidas. Luego esos fantasmas volvían para errar por entre los árboles.
En 1960 se publicó un libro en el que los protagonistas se suicidaban en el bosque. Se llamaba Nami no tou. El relato hizo que se popularizara aún más y cada vez iban a morir allá un número de personas. Luego, en 1993 otro libro –El completo manual para el suicidio–, recomendaba Aokigaharta como el lugar preciso para quitarse la vida.
El bosque de los suicidas tiene el segundo lugar en muertes por ese motivo en el mundo. El primero es el imponente puente Golden Gate en San Francisco, Estados Unidos. Se habla que desde 1983 se pueden hallar hasta 100 cuerpos en el lugar. Desde 1960 se lleva una estadística que habla de más de 700 suicidios en el lugar. Por eso en los últimos años se ha dejado de dar el número de muertos para que no se asocie Aokigaharta con el suicidio.
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La terrorífica fama del bosque de los suicidas ha hecho que se convierta en un lugar turístico. Y es tan delicado el asunto, tan fuerte eso de la “maldición”, que por todo el bosque hay letreros en japonés y en inglés llamando la atención de los suicidas para que busquen ayuda. Durante varias oportunidades al año las autoridades hacen redadas por el lugar para rescatar los cuerpos. En cada jornada siempre se encuentra algo.
