Con solo 19 años, Katerine Andrea Martínez, conocida en el bajo mundo como “alias Gabriela”, se ha convertido en una de las piezas clave en la investigación por el atentado que tiene entre la vida y la muerte al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. Originaria de Soledad, Atlántico, su nombre apareció en el radar de las autoridades tras una huida frustrada hasta Florencia, Caquetá, donde finalmente fue capturada.
Un cambio de apariencia para evadir a la justicia
Alias Gabriela, quien presuntamente trabajaba como modelo webcam, intentó despistar a las autoridades cambiando su color de cabello. Sin embargo, la Fiscalía ya contaba con pruebas suficientes para ubicarla. En el momento de su captura, llevaba consigo dos celulares de alta gama y un millón de pesos en efectivo, en billetes de $50.000, lo que refuerza la hipótesis de una fuga premeditada.
Imputación de cargos y rastro criminal
La Fiscalía le imputó los delitos de tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas, uso de menores para la comisión de delitos, y fabricación y tráfico de armas de fuego. Aunque Martínez no aceptó los cargos, las pruebas en su contra siguen sumándose.
Entre los hallazgos más relevantes está un video que la muestra descendiendo de un vehículo Spark gris, justo antes de que el joven sicario de 15 años —quien disparó contra Uribe Turbay— recibiera la pistola Glock usada en el ataque. Martínez, según testigos, habría solicitado un servicio de mototaxi para movilizar al menor hasta el barrio Modelia, lugar exacto donde ocurrió el atentado.
Un eslabón entre bandas criminales
Alias Gabriela no sería un caso aislado. Las autoridades investigan su relación sentimental con alias El Costeño, un presunto miembro de una red criminal que responde a órdenes desde Ecuador. Esta estructura, según las investigaciones, estaría ligada a alias El Churco, señalado por participar en el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio en 2023.
El vínculo entre alias Gabriela y estos criminales sugiere la posible operación de una red de crimen transnacional, que combina microtráfico, sicariato y lavado de dinero, con conexiones activas en Colombia y Ecuador.
¿Por qué Uribe Turbay?
La Fiscalía baraja varias hipótesis sobre el móvil del atentado. Una de ellas apunta a que Miguel Uribe Turbay era un objetivo político, debido a su discurso frontal contra el narcotráfico y el microtráfico en Bogotá. Días antes del ataque, Uribe había acompañado al concejal Andrés Barrios a presentar un proyecto para declarar zonas libres de drogas en la capital. Además, Uribe había anunciado que de llegar a la presidencia desmontaría la política de "paz total" impulsada por el Gobierno actual, calificándola de herramienta para "empoderar criminales".
El menor de edad, capturado tras recibir un disparo en la pierna por parte de los escoltas de Uribe, declaró: “Yo les digo quién fue. Fue el man de la olla”, haciendo alusión a un líder de expendios de droga. Esta declaración refuerza la conexión entre bandas de microtráfico locales y organizaciones de mayor escala.
El rompecabezas sigue armándose
Mientras alias Gabriela espera la audiencia de solicitud de medida de aseguramiento, las autoridades trabajan para establecer el hilo conductor entre todos los implicados. Entre ellos figura Carlos Eduardo Mora González, conductor del Spark gris, quien ya fue judicializado, y alias El Costeño, identificado por sus característicos zapatos rojos captados por cámaras de seguridad.
Alias Gabriela es hoy el rostro joven de una estructura criminal más compleja, que trasciende fronteras y pone en evidencia las fallas en la protección de figuras públicas y en el control del crimen organizado en Colombia.
La audiencia clave será el martes 17 de junio, cuando la Fiscalía solicitará la medida de aseguramiento contra Martínez. Este caso, sin duda, marca un antes y un después en la forma como el país enfrenta los tentáculos del crimen transnacional.
