
En exclusiva para KienyKe.com, la reconocida jugadora de fútbol, Leicy Santos reveló el camino lleno de decisiones difíciles, sacrificios personales y una determinación inquebrantable que la han convertido en una de las figuras más admiradas del deporte colombiano y mundial.
Referente del fútbol femenino en Colombia y Europa, estrella de la Selección Colombia, fundadora de una organización social, empresaria en el sector del bienestar y voz firme por la equidad de género en el deporte. Detrás de cada gol, cada triunfo y cada aplauso, hay una historia de lucha silenciosa, de constancia diaria y de una mujer que jamás se desconectó de sus raíces.
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La niña de Lorica que soñó con grandeza
Nacida en Lorica, Córdoba, Leicy creció enfrentando barreras culturales que excluían a las mujeres del fútbol. El machismo era parte del entorno, pero su pasión por el balón fue más fuerte. A los 13 años, con el apoyo de su familia, tomó una de las decisiones más complejas de su vida: dejar su hogar para buscar oportunidades en Bogotá.
“Mi sueño siempre fue más grande que cualquier obstáculo”, confesó a KienyKe.com. Con disciplina y valentía, encontró en la capital un entorno donde pudo desarrollarse, debutar como profesional con Santa Fe en el estadio El Campín y empezar a escribir su nombre en la historia del deporte nacional.
El orgullo de vestir la camiseta de Colombia
Para Leicy, defender los colores de la Selección Colombia es el mayor honor: “La selección es el techo emocional de todo deportista. No hay algo más grande”, expresó con emoción. Cada partido, cada torneo, es una forma de mostrar al mundo la alegría, la resiliencia y el poder transformador del fútbol colombiano.
Aunque celebra los avances del fútbol femenino en el país, reconoce que todavía queda mucho por hacer: “Hoy hay más oportunidades, pero aún no estamos donde deberíamos estar”.
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Leicy también ha encontrado otras formas de impactar. Fundó una organización social enfocada en el empoderamiento femenino, y lidera proyectos relacionados con la nutrición y el bienestar emocional. Con cada paso, reafirma su compromiso de abrirle camino a las nuevas generaciones, demostrando que el verdadero éxito no solo se mide en títulos, sino en el legado que se construye.