Margarita Rosa de Francisco volvió a generar conversación en redes sociales —esta vez, por su crítica a un gesto del presidente Gustavo Petro durante un acto oficial en Timbío, Cauca. Aunque ella ha manifestado en otras ocasiones su apoyo a ciertas políticas del mandatario, no dudó en cuestionar públicamente un reciente comentario del jefe de Estado que ha sido tildado de inapropiado por varios sectores.
Durante la intervención en el municipio caucano, Petro elogió la apariencia física de varias de sus funcionarias, con una frase que rápidamente desató controversia: "Todas las ministras y funcionarias del Gobierno del Cambio son hermosas; entonces cada vez que se me acercan, los periodistas chismosos dicen que son novias mías”, dijo el presidente, refiriéndose específicamente a Gloria Miranda, directora de Sustitución de Cultivos.
El comentario, acompañado de un abrazo que también fue registrado por los medios, fue duramente criticado en redes sociales. Una de las voces más sonoras fue la de la periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila, quien calificó al mandatario de “morboso”. A este debate se sumó Margarita Rosa de Francisco, quien desde su cuenta de ‘X’ (antes Twitter), donde tiene más de 2,5 millones de seguidores, cuestionó el comentario a través de un ejercicio de reflexión.
“No me imaginaría a la futura presidenta Carolina Corcho diciendo coloquialmente en un acto oficial: ‘Me dicen que muchos de los viceministros y ministros de mi gobierno son muy bellos y que son novios míos. A este lo perdimos porque ya se casó’, para luego estrecharlo en un abrazo familiar”, escribió la actriz, en un claro intento de exponer el doble rasero con el que se perciben ciertas actitudes cuando provienen de hombres en posiciones de poder.
Aunque aclaró que no cree que exista una intención consciente de denigrar a la funcionaria, sí subrayó el peso de los gestos cargados de “condicionamientos patriarcales”, propios —según sus palabras— de una generación que aún naturaliza ciertos comentarios sin medir su impacto.
“La trampa se nota más cuando imaginamos la situación si la protagoniza una mujer presidenta y un funcionario suyo. Vigilemos y reconozcamos cuánto contenido patriarcal y misógino hay en gestos como ese”, agregó la también autora, haciendo un llamado a la reflexión colectiva sobre el lenguaje y las dinámicas de poder en los espacios políticos.
El comentario del presidente y la posterior polémica llegan en un momento clave para la opinión pública nacional, donde las sensibilidades frente a los temas de género, respeto y representación son cada vez más evidentes. La intervención de Margarita Rosa, con su habitual tono directo y reflexivo, suma una voz reconocida al debate, que no solo interpela al mandatario, sino también a la ciudadanía sobre los comportamientos que aún se toleran en nombre de la cercanía o la espontaneidad.
