En un evento sin precedentes que une el poder simbólico del cine con la espiritualidad de la Iglesia, Al Pacino, leyenda viva de Hollywood, fue recibido este lunes en una audiencia privada por el papa León XIV, en lo que se ha calificado como un gesto histórico de apertura y diálogo cultural por parte del nuevo pontífice.
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La reunión tuvo lugar en la Santa Sede y se convirtió en la primera vez que un Papa recibe oficialmente a una estrella de cine de talla mundial. El icónico actor de El padrino, de 84 años, asistió como parte de la delegación de la película Maserati: The Brothers, actualmente en rodaje en Italia.
Según declaró el productor Andrea Iervolino, quien organizó y acompañó la visita, el encuentro se desarrolló en un ambiente de “cordialidad e inspiración mutua”. Iervolino, impulsor del proyecto fílmico, compartió con el pontífice una visión común sobre los valores que inspiran tanto al cine como a la fe:
La unidad familiar, el amor, la compasión y la importancia de contribuir al bien común fueron el eje de la conversación, explicó en declaraciones para Variety.
La cinta Maserati: The Brothers, dirigida por Bobby Moresco y protagonizada por un elenco estelar que incluye a Anthony Hopkins, Andy García, Jessica Alba y Michele Morrone, cuenta la historia de la familia Maserati, pionera en la industria automotriz italiana. En el filme, Pacino interpreta a Vincenzo Vaccaro, un influyente empresario que ayudó a financiar el sueño de los hermanos Maserati.
Durante la visita, el pontífice recibió de manos de Iervolino una maqueta conmemorativa de un Maserati de época, gesto simbólico que selló este insólito puente entre el arte cinematográfico y la espiritualidad católica. En una fotografía ampliamente difundida en redes sociales, se observa a un sonriente León XIV recibiendo el obsequio mientras Pacino observa con respeto y emoción.
La fe y raíces de Al Pacino
Nacido en Nueva York en 1940, hijo de padres de ascendencia italiana y criado en la tradición católica, Al Pacino ha hablado en algunas ocasiones sobre su compleja relación con la religión. En los años 70 reconoció haberse alejado de la Iglesia por motivos personales, pero afirmó que su espiritualidad seguía intacta.
“El único lugar donde se me permitía ser como un niño era en la Iglesia, la escuela y el cine”, confesó una vez.
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Este momento frente al líder de la Iglesia parece cerrar un círculo personal y simbólico para Pacino, quien ahora combina su legado artístico con una reflexión espiritual más íntima.
