A partir del 20 de agosto de 2025, las escuelas públicas de El Salvador implementaron nuevas normas disciplinarias centradas en la presentación personal y el comportamiento de los estudiantes. La medida fue anunciada por la ministra de Educación, Karla Trigueros, y cuenta con el respaldo del presidente Nayib Bukele.
Según lo informado por el Ministerio de Educación, los directores de los centros educativos deberán supervisar diariamente que los estudiantes cumplan con una serie de disposiciones, diseñadas para mejorar la disciplina y el respeto dentro de las instituciones.
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Entre las principales reglas se encuentran el uso de uniforme limpio y ordenado, un corte de cabello adecuado y una presentación personal correcta. Además, se espera que los alumnos ingresen a clases de manera ordenada y saludando respetuosamente a los docentes y al personal administrativo.
La omisión de estas responsabilidades por parte de los directores será considerada una falta grave de responsabilidad administrativa y podrá acarrear sanciones correspondientes. Estas medidas forman parte de un plan más amplio del gobierno para fortalecer la disciplina, los valores cívicos y el orden dentro del sistema educativo público.
El nombramiento de Karla Trigueros, capitana de la Fuerza Armada, como ministra de Educación ha generado diversas reacciones entre la población y expertos en educación. Mientras algunos sectores consideran que las nuevas normas son necesarias para reforzar la disciplina y el respeto en las escuelas, otros advierten sobre una posible militarización del sistema educativo. También se ha señalado que criterios ambiguos, como el concepto de “presentación personal adecuada”, podrían dar lugar a sanciones arbitrarias si no se aplican de manera uniforme y clara.
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El gobierno asegura que estas reglas buscan no solo mejorar la apariencia y conducta de los estudiantes, sino también fomentar el respeto entre pares y elevar los estándares de comportamiento dentro de las escuelas públicas. Además, forman parte de un esfuerzo más amplio para transformar el sistema educativo nacional, promoviendo un ambiente de aprendizaje más ordenado y estructurado.
Estas disposiciones se suman a otras políticas implementadas por el presidente Bukele en su mandato, caracterizado por medidas de alto impacto social y una comunicación directa con la ciudadanía. Si bien generan debates sobre su alcance y aplicación, el gobierno sostiene que son un paso necesario para modernizar y fortalecer la educación pública en El Salvador.
