
Después de siglos de inactividad, el volcán Krasheninnikov despertó. En la madrugada del 3 de agosto, este coloso ubicado en la península de Kamchatka, en Rusia, entró en erupción tras permanecer inactivo por más de 600 años. El evento se produjo pocos días después de un sismo de magnitud 8,8 que sacudió la región, encendiendo las alarmas de las autoridades y de la comunidad científica.
El fenómeno natural sorprendió a los científicos, quienes no habían registrado actividad volcánica significativa en ese cráter desde el siglo XV. Según el Servicio Geofísico de Rusia, la erupción arrojó una columna de ceniza que alcanzó entre 4.000 y 6.000 metros de altura, desplazándose hacia el este, sobre el Océano Pacífico.
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Aunque el área circundante está prácticamente deshabitada, al estar dentro de una reserva natural, las autoridades emitieron una alerta naranja para la aviación, debido al riesgo que representa la ceniza volcánica para los motores de aeronaves. Posteriormente, las autoridades descartaron la posibilidad de un tsunami, pero se mantienen vigilantes ante nuevas réplicas sísmicas.
El Ministerio de Emergencias ruso instó a la población cercana a evitar desplazamientos hacia la zona del volcán, y recomendó el uso de mascarillas para prevenir afectaciones respiratorias en caso de caída de ceniza. De momento, no se reportan víctimas ni daños a infraestructuras.
Expertos advierten que, aunque la situación está bajo control, no se descarta una intensificación de la actividad volcánica en los próximos días. Equipos de monitoreo se mantienen en alerta, mientras la comunidad científica internacional sigue de cerca el inusual evento geológico.
¿Qué medidas deben tomarse?
Ante este tipo de emergencias naturales, las autoridades recomiendan mantener la calma, estar atentos a los boletines oficiales y evitar la circulación en zonas cercanas al volcán.
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En caso de caída de ceniza, es vital usar mascarillas N95, proteger ojos y vías respiratorias, mantener ventanas cerradas y limpiar con precaución las superficies expuestas. Además, se aconseja limitar el uso de vehículos para evitar daños en los motores por partículas en suspensión.
Para quienes viven en regiones con actividad sísmica, es clave tener listo un kit de emergencia, conocer las rutas de evacuación y seguir los lineamientos de protección civil. La prevención y la información son esenciales para mitigar los riesgos ante una posible intensificación de la actividad volcánica.