¿Un 24 de Marzo, más?
Hijo, cada día te quiero más, te respeto más y sobre todo, siento que las banderas que vos levantabas, por las cuales entregaste la vida, están en las manos de miles de trabajadores, de estudiantes y de pibes a los que el sistema arroja a la calle. Pero esencialmente, tu lucha estará en la Plaza de Mayo. Ahí de tu brazo, cada jueves, siento que estoy pariendo otros hijos, que como vos, me enseñan el mejor camino, el del amor y la solidaridad hasta cada latido de mi corazón. Mamá.
Carta Anónima de una Madre de Plaza de Mayo.
VASQUEZ, Inés. (2006): Historia de las Madres de Plaza de Mayo. Buenos Aires. Ediciones Madres de Plaza de Mayo.
Hoy, en esta plaza, en estas calles, en nuestra memoria, retumban aún los miles de compañeros detenidos, torturados, desaparecidos, sobre el cual quisieron los genocidas, los de armas y los de civil; implantar la idea de la muerte, las sombras con la que buscaban desaparecer la esperanza y con ella la memoria y los ideales por construir de una sociedad distinta, de un mundo diferente, más humano e incluyente. Sin embargo, esas banderas después de estos años, nunca se bajaron y año tras año son recordadas y levantadas en memoria de esos sueños y proyectos. Porque en definitiva otro mundo, créame. Si es posible. ¿Pero basta entonces, con recordar y levantar esas banderas, solo cada 24 de Marzo? ¿Cada día por la memoria? ¿Cada año, en la que salimos a la calles a decir Nunca Mas a la maquinaria de guerra que impuso el capital hegemónico a través del plan cóndor, con el que no sólo la Argentina entrego miles de hombres, sino que ese capital subordinó las esperanzas de otros pueblos hermanos? ¿Acaso esta tarea, solo le corresponde a unas Madres que cada jueves hacen suya ese espacio que le arrebataron al poder, y que hoy nos permite que esta Plaza de Mayo, sea de todos? A esas Madres, que desde hace 36 años no sólo nos recuerdan a los que se llevaron (sus hijos), sino el porque se los llevaron y del porque aún hoy en día, esas banderas y esos ideales son puestos en práctica, cuando se levanta una nueva casa, cuando se construye un hospital para atender a miles de personas o cuando los chicos tienen la forma de acceder a una facultad y expresar sin miedo lo que ellos piensan; nuestros COMPAÑEROS, no pudieron en su momento, aquellos compañeros que hoy recordamos y traemos a nuestra memoria, que hoy gritamos a su nombre y que en su momento lucharon por conquistar la libertad de pensamiento y acción, que hoy tenemos, justamente para copar, estas calles o esta plaza. Sin embargo, este llamado no es solo para recordarle y recordarnos que este 24 de marzo, conmemoramos este día por la memoria, sino que es necesario que este día se convierta en sí misma en memoria permanente y no solo para recordar a los nuestros, a los que se llevaron, sino por el legado de lucha y resistencia. Ese es su mejor regalo. ¿Pero porque recordarlos, en la calle? ¿Porque recordarlos en lucha? ¿Y hacer de su lucha, nuestra lucha? Porque aún hay un enemigo que camina a diario entre nosotros, que no descansa. Es el mismo enemigo que hace más de 37 años lo tenemos presente entre nosotros, que nunca se ha ido, que ha estado allí incluso desde los orígenes mismos de la modernidad con su discurso “democrático” y liberal, ese que desde el origen del Republicanismo en Nuestra América ha sido el enemigo declarado de nuestros pueblos, quien en defensa de sus intereses ha quitado la vida a miles, en realidad a millones y que condenó y aun hoy condena al hambre y la inanición, un enemigo con el que no es posible negociar, quizás porque no le interese negociar, un poder que ha transformado la naturaleza, nuestro cuerpo, nuestra alegría. Ese que le ha declarado al mundo una guerra en apariencia silenciosa cuya capacidad de éxito se basa en instaurar los dispositivos mentales necesarios para que justamente usted, no los vea como un peligro, sino más bien como un amigo, del cual usted incluso necesita. Sin embargo ellos –porque existen, tienen chequera y poder mediático y bélico- hoy, justamente hoy, son los mismos que con sus poderosos recursos siguen sembrando la idea del peligro que representa en los jóvenes pensar, luchar y vivir en función de un ideal, pero no de cualquier ideal, sino del que pone en juego justamente sus intereses corporativos. Vaya entonces sí no hay que reivindicar y recordar entonces este 24 de Marzo Argentino, este 24 de Marzo de 1980 cuando asesinaban a Monseñor Romero en San Salvador, este 11 de Septiembre Chileno, nuestro 9 de Abril Colombiano y todos aquellos días de nuestra historia colectiva a los miles de compañeros que ya no están físicamente, a esos estudiantes, campesinos y obreros que ofrecieron su lucha al denunciar, a esos hermanos que por pensar y descifrar el que hacer por la esperanza nos enseñaron a desentrañar entonces, que no era una cuestión en su hacer de una práctica de buenos o malos –como nos hicieron creer, en el modus vivendi del espíritu capitalista- sino que en el ser comunista, libertario o en el definirnos de esta izquierda que se sienta a la zurda del poder, no fueron, ni somos, ni seremos nunca sinónimo de terrorismo como bien lo publicaron los de siempre: Clarín, la Nación, El Mercurio, El Tiempo y todos los Gobiernos serviles al poder corporativo de su momento y de los de ahora, que con su accionar cómplice justificaron el asesinato, la desaparición y el crimen; en realidad el objetivo de estos hombres y mujeres que hoy recordamos, iba justamente en contra de esa idea de terror con el que manipularon nuestras conciencias; su libertad fue, es y será demostrar justamente lo contrario, que el terror no venía de quien pensaba o se piensa un mundo diferente, sino de quienes con sus engaños y mentiras permitieron este estado de cosas que multiplico la pobreza, el analfabetismo y nos sumió en la dependencia económica y vendió nuestra soberanía política al servicio del gran capital corporativo. Hoy, esos poderes fácticos de la dictadura visten de civil e impunemente vuelven a sembrar el miedo, invocan el peligro de una juventud organizada y con capacidad critica y de reflexión hacia el presente que le ha tocado vivir. Así lo recordaba Hebe de Bonafini –titular de Madres de Plaza de Mayo- en su discurso del Jueves 15 de Marzo de 2012 en Plaza de Mayo: “Da asco prender la televisión, da repugnancia escuchar a Nelson Castro, –periodista de Clarín- da asco escuchar a todos esos tipos que son peores que las alimañas, porque yo ya no encuentro que decirles. Le están metiendo mierda en la cabeza al pueblo, aprovechando que mucha parte de este pueblo lo único que sabe hacer es ver Televisión. –es intencional entonces, éste- Y eso es más peligroso que el veneno, más peligroso que el cianuro, más peligroso que las minas a cielo abierto, más peligroso que la soja contaminada. Mucho más peligroso. Así que en vez de hablar de todo eso, hablemos de estos tipos y mostremos quiénes son. Y apoyemos a los jóvenes. Y tengámoslo claro que si este proyecto fracasa, es nuestra culpa.” Lo importante de esta cita que tomo de las Madres es, que si usted no es adepto o no simpatiza con esta forma de pensar la vida; lo importante es justamente que podamos en libertad poder expresar nuestras opiniones, poder manifestarnos, porque más allá de lo que se piense afectiva o ideológicamente en función de la vida colectiva, de lo que se trata aquí es de defender eso justamente, la vida; porque ya pasó el genocidio y no solo una vez, y el enemigo no es uno solo, no son solo los grandes medios y el capital corporativo, hablamos de una herencia cultural hegemónica que oprime y subordina mentalmente nuestros sueños e ideales. Ahora, si cree que lo que se ha hecho, da para defenderlo, defiéndalo. Si cree que falta algo por construir, contribuya con la práctica y los hechos a ese que hacer; ahora, si usted me lo pregunta, y me dice que no se ha hecho nada por cambiar este quehacer y tal vez con ellos piense que falta mucho por hacer, hágalo. Pero comprométase a hacerlo. Aunque le aclaro, que el derecho a la vida y el derecho a la lucha son incuestionables e imprescindibles, se defienden, se recuerdan y se heredan. Esa herencia es la que reclamamos para seguir avanzado, no solo para recordar a los caídos, a los desaparecidos y a los torturados en éstas fechas para la memoria y que de paso debo decir, son fechas trágicas, porque no se trata únicamente de recordarlo en una fecha más. Es en el día a día. Por eso, por ellos, por nosotros es que seguimos en pie de lucha junto a Organizaciones Sociales y Populares, junto a las Madres de Plaza de Mayo, junto a estudiantes y campesinos, junto a ese pueblo que busca y seguirá buscando librarse de quienes no quieren que sigamos soñando; sin ser terroristas, sino amantes del verso, del discurso, del graffiti, de la movilización, de la música, del pensamiento. Así que la invitación final es a seguir defendiendo esas banderas de transformación por la cual nuestros compañeros, nunca se fueron; porque le recuerdo que todavía están aquí presentes en el día a día, en sus manos y en las mías –estas que escriben-. Por eso no tire, ni arroje este papel al suelo del olvido, porque no es un papel cualquiera, es el alma de quienes hoy reivindicamos. Un saludo y lo espero a diario con una sonrisa de cambio y lucha.