Bienes de uso Vol. 2

Sáb, 24/06/2017 - 06:35
Hay unos videos en YouTube que muestran hasta qué punto las cosas pueden soportar condiciones extremas. La particularidad de lo que destruyen es que son de uso común. No importa el valor comercial.
Hay unos videos en YouTube que muestran hasta qué punto las cosas pueden soportar condiciones extremas. La particularidad de lo que destruyen es que son de uso común. No importa el valor comercial. Simplemente es atractivo ver la manera en que se deteriora el material del que está hecho el artefacto. La cantidad de visitas que presenta uno de los videos supera las 10 millones, comparado con el número de reproducciones no son muchos los que se suscriben a estos canales, por ejemplo, Mr. Gear es un canal en el que graban en HD un cuchillo hirviendo al rojo vivo para quemar desde dulces hasta papel higiénico, cuenta con 5 millones de suscriptores, nada mal para un canal que se dedique a hacer este tipo de cosas; y el canal de Hydraulic Press Channel, cuyo nombre define lo que hacen, aplastar con una prensa hidráulica, desde patitos de hule hasta televisores, este canal apenas tiene un millón y medio de suscriptores. Esto es tan solo una muestra de muchos más sitios que se dedican a ver la capacidad de destrucción que tienen elementos como el fuego, hasta el arreglo en el óxido que produce la Coca-Cola. Lo interesante de todo esto es que no dimensionamos el costo o el significado de ver cuántos iPhones 6S se pueden atravesar con una bala de AK47. La morbosidad de ver los bienes de consumo destruidos nos atrae muchísimo. No importa el contenido que tenga. Ver en forma de experimento cómo se derrite una botella plástica, nos parece muy atractiva. Y no es por tener el mismo fin científico como lo hacían en el programa Mithbusters. El aumento de visitas nos muestra que hay alguien que se atreve a destruir algo hermoso, o mejor dicho útil. Es como si el que hace el video, en su mente, estuviera hablando con Tyler Durden del Club de la Pelea para dejar un legado que muestra los estragos que dejan esas cosas que vemos acabarse con nosotros, como nuestro ánimo sujeto al porcentaje de carga del celular. Pero no solo es en el sentido negativo, también hay videos en forma de tutoriales que muestran cómo superar una enfermedad, cómo quitar la mancha de una plancha. Como si fuera una panacea para el aburrimiento, optamos por ver hasta 5 minutos derretirse las cosas. De esta manera, nos podemos ver reflejados en esos videos sin sentido, que acaban con nuestro aburrimiento como un libro quemándose en ácido, o como un político sonriendo al frente de personas con la posibilidad de ver estos videos, pero sin saber cómo funciona una prensa hidráulica o las consecuencias de quemar baterías eléctricas usando soda cáustica. Y no es que esto sea malo, es solo que no hay elementos para entender la tendencia del momento. Sin darnos cuenta, pero de forma inversa, los comerciales hacen lo mismo con nosotros. Desde cunado vemos comerciales de pequeños nos hablaron de males que hasta ahora conocemos como la onicomicosis. Nunca. En ese caso es a nosotros a los que nos ponen en condiciones extremas.
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