El actual entrenador de la selección Brasil ya probó las mieles del triunfo en el cargo que ahora repite en vísperas de la Copa América de Chile y a unos meses de iniciar la eliminatoria. Dunga fue campeón en el 2007 con un equipo comandado por Julio Baptista y con Robinho, a la postre el goleador del torneo con seis anotaciones. También ganó la Copa Confederaciones del 2009, con un luchado 3-2 a Estados Unidos en la final.
De igual manera Dunga conoce el peso de la derrota, en un Brasil acostumbrado a ganar, cuando fue eliminado por Holanda en Sudáfrica 2010 y salió del cargo al término del partido.
Como entrenador es similar al jugador que fue: disciplinado y ordenado. No sólo era quien dirigía tácticamente al Brasil campeón en Estados Unidos 94 dentro del campo, también era quien efectuaba el pase que esclarecía el tránsito de la pelota hacía la ofensiva.
Dunga prioriza la efectividad sobre la estética y con un evidente pragmatismo demandó a la afición para que “hicieran sentir queridos a sus jugadores”. Al asumir el cargo, tiempo después de la dolorosa pérdida contra Alemania por 7 a 1, le pidió a sus jugadores que evitaran los peinados estrafalarios y habló del desacierto de mostrarse excesivamente llorones ante las cámaras. En el Mundial 2014 varios jugadores cayeron en síncopes morales, una crisis anímica que casi les cuesta la derrota contra Chile.
A pesar de que Dunga quiso darle un vuelco y traer nombres diferentes a las filas de la Verdeamarela, hay varios jugadores que repetirán en la nómina. Los sobrevivientes del 7-1 son: David Luiz, Thiago Silva, Willian, Luiz Gustavo y Fernandinho. Salvo que Miranda del Atlético Madrid le gane la titular a uno de los dos centrales del PSG, estos podrían ser los mismos: David Luiz y Thiago Silva. A quién quiera que juegue hay que controlarlo muy bien en los tiros de costado. Son tan buenos en el cabezazo defensivo como ofensivo y es una de las armas letales de los brasileños. Existen varias fórmulas para contrarrestar la pelota quieta y el cabezazo en el área, la principal es evitar las faltas en zona de compromiso y hacer marcas personales con cero distracciones en los cobros de costado.
Igual que en el juego del mundial, los volantes de marca, Luiz Gustavo y Fernandinho, van a llevar el juego al terreno de la fricción, para impedir el cambio de ritmo de la selección Colombia y evitar que los cojan mal parados. Como en Brasil 2014, es un ítem exclusivo del árbitro y ojalá sea severo (léase neutral) con la mala intención de cualquiera de los dos bandos. Una manera de evitar el juego brusco de los brasileños, al momento de generar el juego ofensivo, es desprenderse lo más rápido de la pelota y más acertado todavía si es de primera intención.
Por último, va a ser un partido en el que ninguno va a lanzarse al ataque sin precaución. Ganará el que esté más fino y no cometa distracciones, y ojalá sea Colombia.
@juancuellarp
