La radio comunitaria, en veredas, centros poblados, municipios y barrios, es la manera más democrática de extender el derecho a la comunicación hacia todos los habitantes de un territorio.
Ganarle a la invisibilidad social que condena a millones de habitantes a vivir aislados e ignorados por el resto del país y a convivir silenciados por la delincuencia y los grupos armados al margen de la ley; abrir canales efectivos de comunicación entre ellos, el país y el mundo, es ganar en reconciliación y convivencia.
El MINTIC tuvo, en el año 2009, una convocatoria (la número 01 de ese año) para la asignación de emisoras comunitarias a 181 municipios que registraron una densidad poblacional superior a cinco mil habitantes y no contaban con servicio radial pero sí con asociaciones comunitarias capaces de administrarla y sostenerla. Fue así como al final de este año se asignaron casi un centenar de nuevas radios comunitarias.
Sin embargo, y a pesar de que cada día se descubren falsas emisoras comunitarias que son realmente manejadas por grupos políticos, religiosos, comerciantes y hasta terroristas, es urgente contar con una nueva convocatoria para asignar lo que quedó pendiente en el 2009 y para impulsar el derecho a la comunicación en todos los colombianos.
El MINTIC dijo, en el 2009, que la convocatoria se realizaba alrededor de los ejes de “participación social, programación y producción, con criterios de responsabilidad social, gestión y capacidad institucional”. Ahora, casi al término de 2013, miles de campesinos y habitantes de pequeños poblados rurales, se quedaron esperando la nueva convocatoria para emisoras comunitarias, que han sido soñadas y trabajadas desde sus pequeñas asociaciones, muchas de las cuales ya recibieron capacitaciones por parte del MINTIC y el Mincultura con su programa Municipios al Dial. En Colombia existen 686 emisoras comunitarias reconocidas por el Ministerio.
En medio de la esperanza de muchos y las realidades de los pocos que ya cuentan con su emisora para el uso comunitario, es bueno saber que una pequeñísima emisora ganó el premio Mayor Aporte Original a la Radio, concedido por la revista Semana. Se trata de la comunidad de Camarón, en los Montes de María, perteneciente al grupo radial Voces y Sonidos, que desde el año 2010 viene haciendo realidad su sueño de contar con una radio para sus 600 habitantes.
Angelina González, docente y líder de Camarón, presentó su producción radial El Helicóptero, que fue galardonada. Además, el grupo de Voces y Sonidos, del que hacen parte otros 15 poblados con proyectos radiales en marcha, fue el único nominado en dos categorías.
La iniciativa de dotar a 16 comunidades con equipos y capacitación radial formó parte de la estrategia de comunicaciones diseñada por la Política Nacional de Consolidación y Reconstrucción Territorial-PNCRT que tuvo su exitoso piloto modelo en la región de La Macarena y lo hizo realidad entre 2008 y 2011.
El primer proyecto radial se realizó en el municipio de San Juan de Arama, Meta, donde una tribu de quince muchachos al mando del profesor Ernesto Orjuela y de don Saúl Neira, líder comunitario y del proyecto, encienden cada día la emisora Camaxagua Stereo 107.8 fm, para comunicar, hablar, difundir, expresar y vivir los incidentes de su comunidad. Esta emisora fue licitada y concedida por el MINTIC en el 2010 a los sanjuaneros, cuentan con sede, equipos, personal capacitado, parrilla de programación 24 horas y una junta administradora en la que participa desde el cura, el alcalde, los comerciantes, el rector y otros miembros de la comunidad.
Recordemos que hace más de diez años, este municipio hizo parte de la denominada zona de distensión y sufrió tres tomas guerrilleras que le dejaron muchos muertos, tristeza, desolación y sin iglesia en la plaza principal.
Estos son ejemplos de resiliencia social a través de un medio de comunicación, donde no solamente se lograr empoderar y reivindicar a las comunidades visibilizándolas y reforzando su identidad y valores, sino que también se logra hacer buena radio que es premiada y reconocida.
Precisamente hoy, cuando la radio en Colombia, de la A a la Z y pasando por la F, la M y la W, nos atribula con su procacidad, mal gusto, chistes flojos, racistas o morbosos, es bueno saber que sí existe la buena radio en Colombia y que está en las pequeñas comunidades que sueñan, crean y ejercen su derecho a hablar y ser escuchadas.
Invito a los periodistas de las cadenas radiales nacionales a escuchar estas voces que desde las pequeñas comunidades hacen el milagro de comunicar de manera efectiva, entretenida y sin recurrir al uso de la grosería, el mal gusto, la difamación y demás prácticas extendidas en sus emisiones y programas, hastiados y carentes de imaginación.
La que sobra en la radio rural comunitaria.
DÍAS DE RADIO COMUNITARIA: CAMINO A LA PAZ
Jue, 28/11/2013 - 12:06
La radio comunitaria, en veredas, centros poblados, municipios y barrios, es la manera más democrática de extender el derecho a la comunicación hacia todos los habitantes de un territorio.
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