En el decálogo consignado en el capítulo 20 del libro de Éxodo se proscriben algunas de las pulsiones más comunes del animal humano: mentira, codicia, avaricia, violencia, envidia, entre otras. Si de animales se trata, en Colombia tenemos una variedad incomparable gobernándonos: ratas, micos, elefantes, lagartos, buitres, burros, gusanos... La lista es interminable.
Aunque en tiempos de campañas electorales los candidatos se empecinan en diferenciarse de sus contrincantes utilizando las más vergonzosas estratagemas discursivas y publicitarias, sabemos que cuando la contienda haya terminado todos se cobijarán con el mismo harapo; pese a eso hay un considerable número de "ciudadanos" que abdican su voluntad a los mismos de siempre sin pensar en las consecuencias que su elección pueda acarrear para el presente y futuro de la nación: los más mediáticos, los de un slogan llamativo, los más carismáticos, los ungidos por el Mesías de poncho, carriel y sombrero aguadeño, los que la Hermana Piraquive ordene o en el peor de los casos los que repartan guaro y lechona a diestra y siniestra.
Con el ánimo de contribuir a la configuración de una "ética pública" para nuestros gobernantes y legisladores actuales y futuros, así como también para los ciudadanos a los que el país les importa un bledo, propongo los diez mandamientos que se deben seguir para mantener a Colombia presa de la miseria y de esta manera evitar el surgimiento de una nueva generación de ciudadanos con conciencia crítica y convencidos de la necesidad de avanzar en acciones concretas para reorientar los destinos de nuestro país con el propósito de dejarle a las futuras generaciones una Colombia reconciliada con su sangrienta e ignominiosa historia.
Sin más, a continuación los diez mandamientos para quienes se quieran seguir defecando en el país del Sagrado Corazón de Jesús:
1. Amarás a Alvaro Uribe Vélez con sus "tres huevitos" y a los títeres "impolutos" que escoja para su show del momento sobre todas las cosas, así las "venganzas criminales" se empecinen contra él y los suyos.
2. Usarás el nombre de la Democracia en vano.
3. Santificarás la fiesta electoral con aguardiente y lechona para los incautos votantes.
4. Honrarás a los Padres de la Patria aprobando el merecido aumento a su injusto salario.
5. Aniquilarás cualquier expresión que huela a izquierda: indígenas, negros, campesinos, estudiantes, sindicalistas, miembros de la comunidad LGBTI, defensores de derechos humanos, ambientalistas, ateos y cualquier facineroso que atente contra el statu quo.
6. Santificarás el buen juicio del Procurador Alejandro Ordoñez, adalid de la pureza y las sanas costumbres democráticas.
7. Acudirás masivamente a las urnas para que con tu voto los Padres de la Patria repartan el erario según sus prístinos intereses oscuros y su malevolente sabiduría.
8. Levantarás falso testimonio en contra de tus adversarios e intervendrás sus comunicaciones si es necesario -y si no también porque nunca sabrás cuándo la información te sea útil- para orquestar tu plan patriota.
9. No considerarás ninguna forma decente de hacer política.
10. Entregarás irrestrictamente los frutos de tu tierra a las multinacionales en acción de gracias por exterminar a tanto indio, negro y comunista que atenta contra los designios de la divina providencia del libre mercado.
Si así lo hicieres que Dios y la Patria os lo premien, si no que él y ella os lo demanden.
DIEZ MANDAMIENTOS PARA UN PAÍS DE MISERABLES
Vie, 07/03/2014 - 11:11
En el decálogo consignado en el capítulo 20 del libro de Éxodo se proscriben algunas de las pulsiones más comunes del animal humano: mentira, codicia, avaricia, violencia, envidia, entre otras. Si