El año del perro

Lun, 08/01/2018 - 17:01
En este nuevo año hay que recordar que existen medicamentos que no se pueden ingerir ni inyectar sin antes ser mezclados con algo que lo diluya, que suavice la entrada. En la vida es necesario antici
En este nuevo año hay que recordar que existen medicamentos que no se pueden ingerir ni inyectar sin antes ser mezclados con algo que lo diluya, que suavice la entrada. En la vida es necesario anticiparse a la sorpresa para anestesiar la realidad actual. Así como a un niño que se le da un premio antes y después de que le apliquen una inyección, en Colombia nos hablan de las cosas buenas, de lo feliz que somos, nos recordamos de lo bueno que nos fue al clasificar al mundial, de los éxitos de personajes como Shakira, Juanes, Falcao, Nairo y el fiscal general. Todo esto para que luego, sin darnos cuenta en cualquier momento, después de celebrar lo 'celebrable', suban impuestos, haya más filas en Transmilenio, trancón y más trancón. Aquí no sirve quejarnos del mal servicio, poner una denuncia, porque solamente van a aliviar la causa, el dolor, la molestia, la queja, pero como cura definitiva, nada. El 2018 va a ser un año lleno de calmantes, ficciones y vaselina. Empezar el año en Colombia es continuar como terminó el anterior. Suceden cosas extraordinarias. Como en el 'todos y todas' de Alirio Uribe. Este año inicia recordándonos que Italia no va al mundial, que el Gobierno y las Farc quieren hacer la paz con una justicia en veremos, que Jaime Garzón, la novela, inicia este año por TV para recordarnos que el terror cayó sobre una opinión que desenmascara y divierte. Que los candidatos a la presidencia de este año deben mostrar todos sus trucos ante los medios para ganarse el crédito de “aquí lo dijo”, “aquí lo confesó”, "aquel va punteando en las encuestas" y ver que a todos les gusta la música, la tecnología, traer ideas de afuera, que invita a sus contrincantes a que lo apoyen, cada uno construye sus ficciones y convocan para ganar votos. Para todos los temas, hasta para lograr lo más íntimo es necesario saber acercarse. Saber proponerle al jefe una buena idea, una iniciativa emprendedora, donde se tenga que dar dos pasos atrás para dar cuatro cinco al frente, es lo que se hace hoy. Donde pedir el baño prestado donde la novia es un reto al estilo “Mi novia Polly”. Si no sabe acercarse sucede lo peor, y es dar paso a la idea de que la paz es peor que vivir en conflicto, porque sale más costoso. Lo que se ha hecho se vuelve a hacer, pero con un juicio de likes, retuits y estadísticas del ciberespacio. Este año se concretan muchas cosas, nos inyectarán con ideas, con manillas, con lemas inspiradores para votar por el mejor. Qué hacer después de salir de vacaciones, cuando inicien los días hábiles, cuando la contratación estatal empiece a delegar, cuando ejecuten el proyecto de ponerle más impuestos a las motos. Es ahí donde volvemos a cantar suavecito. A decirnos que la situación está muy difícil, aunque los centros comerciales estén llenos y abundando. Que la entrada no duela, en el 2018 hay mundial y hay elecciones y lo mejor es como el perro del calendario chino acariciarlo, darle una galleta, ser amable con todo lo que nos tiene este año para que no nos muerda.
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