Lejos de la destitución de Petro queda en evidencia que aun nos faltan muchos años por recorrer en el camino de la sofistificación de los sistemas políticos y sociales.
Países llamados del primer mundo ha trasegado un largo camino durante años para alcanzar un punto alto en materia de tecnología, educación, política, sociedad incluso deporte. No por tener un dirigente de derecha o izquierda va cambiar el rumbo del país. El cambio de Colombia requiere años de transformación social, de evolución ideológica de pensamiento que nazca desde sus mismos habitantes.
La derecha o la izquierda, ambos poseen la semilla de la novatada a nivel de pensamiento, cualquiera que llegue al poder lo hará mal, porque su naturaleza es no saber lo suficiente de nada para hacerlo bien. Somos infantes, aprendices en muchos temas de la vida nacional, no sabemos como hacer las cosas, serán necesarios muchos años y generaciones deben pasar para que tengamos alguna idea de cómo hacer que funcione el estado.
Este es un país de extremos, de godos recalcitrantes como el procurador y tantos otros personajes cercanos o lejanos a nosotros, ultraconservadores no dan cabida a pensamientos distintos por ilógicos que sean, solo están por que son tradición o mandato divino. Y por otro lado tenemos el extremo, el de los populistas y que creen que todo se debe regalar al pueblo porque se lo merecen supuestamente, ese paternalismo dañino que le hace tanto daño a los pobres.
Petro, se equivoco por terco, por intransigente y pago la novatada, a pesar de las advertencias y todo lo que le pudieron asesorar siguió adelante en su empeño y así sentencio su destino.
Hoy el procurador lo convirtió en mártir y el efecto es contrario, un nuevo caudillo ha nacido, un movimiento político promete desprenderse de todo este evento.
Este es el país de la lástima y la solidaridad, y mas allá de las ideas, Petro ha despertado es un sentimiento de solidaridad por que se convirtió en víctima y la naturaleza del Colombiano es valorar sus víctimas y tenerles lástima, hasta el punto de identificarse con ellas por que de una u otra forma aquí todos hemos sido víctimas de algo.
Lo de Petro es lamentable, con actos de gobierno como los del procurador Ordóñez uno se da cuenta que por lo menos en nuestra generación, no veremos asomo de justicia o equidad política, sin embargo es triste que Petro se juzgue por el hecho de ser destituido y no por su programa o logros en su administración, muchos de sus seguidores de ultima hora ni sabrán a qué partido pertenece.
Solo resta recurrir a las instancias internacionales y esperar que le depara el destino, la novela recién comienza.
El nuevo mártir de Colombia
Vie, 20/12/2013 - 02:29
Lejos de la destitución de Petro queda en evidencia que aun nos faltan muchos años por recorrer en el camino de la sofistificación de los sistemas políticos y sociales.
Países llamados del prime
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