Época de balances

Vie, 29/12/2017 - 10:40
Este es el momento en el que se empiezan a revisar los logros y las pérdidas del año, llega el momento en el que se hace el balance de lo obtenido, con el propósito de evaluar los avances y los ret
Este es el momento en el que se empiezan a revisar los logros y las pérdidas del año, llega el momento en el que se hace el balance de lo obtenido, con el propósito de evaluar los avances y los retrocesos y en general, evaluar lo que se había planeado el año anterior para el presente y qué de eso se cumplió. Sin embargo, este ejercicio no termina resultando del todo positivo, ya que cuando las metas son cumplidas, se refuerzan los proyectos a largo plazo, y se genera una enorme motivación para continuar. Cuando los planes fallan y el balance es negativo, empiezan a aparecer las frustraciones y el negativismo. Sin embargo, está claro que los colombianos tenemos una cualidad particular que hace que nos cueste mucho más difícil reconocer los elementos positivos. En una columna reciente publicada en el diario El Tiempo, el psiquiatra Rodrigo Córdoba resalta la condición mental de los colombianos que hace quá pese a las innumerables cosas positivas ocurridas en el país, muchos de los colombianos prefieren concentrarse en lo negativo o simplemente son incapaces de reconocer sus emociones frente a las situaciones que ocurren. Esta condición se conoce como alexitimia y está identificada el manual diagnóstico de trastornos mentales (DSM) como un trastorno somatomorfo, es decir; es un trastorno mental que se manifiesta en lo físico. Sin embargo, lo planteado por el psiquiatra es que los colombianos más allá de tener dificultades para identificar sus propias emociones, preferimos ver el vaso medio vacío, y esto más que una patología mental es más un pesimismo aprendido. Esta misma condición es la que cargamos históricamente y que ha hecho que como país resaltemos lo negativo de todo, que siempre nos hagan falta los "cinco centavos pal peso", asumimos el pesimismo como actitud ante la vida o como manera para relacionarnos y eso se observa incluso en los temas que utilizamos para iniciar una conversación, hablamos de lo malo que esta el clima, de los pésimos políticos que tenemos, del horrible sistema de transporte, etc. Nos enseñaron que todo tiempo pasado fue mejor. Es decir, nada de lo que se haga ahora o en el futuro, podrá superar nuestro pasado, todo era más bonito antes, la gente era mejor y la vida era más feliz, es posible que esta manera negativista de ver el mundo nos haya sido dada por la religión y la tradición judío - cristiana que nos enseñaba que en el sufrimiento estaba la redención, que la vida era para sufrir, para así tener derecho al paraíso. Sin embargo, no se nos enseñó que todos podemos construir nuestro paraíso o nuestro infierno acá mismo en nuestra propia existencia. Por eso es importante resaltar una y otra vez lo positivo, lo que reconforta, transformar nuestro diálogo en una conversación positiva, una que resalte lo mejor de cada uno, que encuentre lo "bueno" en lo "malo", que pueda ver y apreciar en cada situación aquello que nos hace ser mejores seres humanos. Este año, por ejemplo, pese a las críticas y a los detractores, tuvimos un país con menos víctimas en la guerra. Algún día esas mismas personas reconocerán que este fue el primer año de muchos en los que nos probamos a nosotros mismos que somos capaces de coexistir sin matarnos en una guerra fratricida y sin justificación. Aún nos falta mucho, necesitamos que no mueran líderes sociales por sus ideologías y por luchar por un mejor país. En otras noticias, también clasificamos al mundial de fútbol, nuestros deportistas nos enseñaron cómo triunfar y resaltar con el mínimo apoyo estatal. Además, al ser capturados, hoy tenemos menos políticos, funcionarios y contratistas corruptos. Por lo que hay menos dineros en los bolsillos personales, la confianza en el país está regresando, en fin. Fueron 365 días de noticias positivas que intentaron ser eclipsadas por las no tan positivas. Sin embargo, después de finalizado este 2017, tendremos una nueva oportunidad para mejorar nuestro estado emocional, observando mucho más lo positivo, reconociendo en los demás lo bueno. Tenemos en el 2018 una nueva oportunidad para aprender a coexistir en la diferencia y tal vez así, en el próximo balance encontremos que efectivamente fueron muchas más las cosas positivas que nos acompañaron y seguramente, al finalizar el próximo año podamos decir que es posible que un tiempo presente y futuro sea mejor.
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