Las finales siempre tendrán su tinte dramático y en los cuartos de final no fue la excepción. Favoritos eliminados, sorpresas inesperadas, grandeza, tradición y mucha ilusión componen el camino hacia la estrella de navidad.
Como se preveía en la primera llave, Millonarios por jerarquía e historia tenía una obligación de disputar las semifinales. Ante La Equidad, tuvo una serie complicada por factores como repliegues rápidos y zona de marca.
A pesar del orden defensivo, los equipos de Russo y Suárez respectivamente dejaron mucho que desear en la generación de juego, que al final se definió por más errores que virtudes. Aun así, Millonarios pasó por jerarquía, individualidad y apoyo incondicional por parte de la hinchada albiazul.
Por otro lado, Santa Fe quien carecía de gol por falta de definición en los últimos partidos, se destapó ante un digno Jaguares que quemó todos los cartuchos en esta fase, tal cual como lo expresó su técnico Hubert Bodhert.
Y es que la presión del descenso nunca fue fácil ni lo será para cualquier equipo, es por ello que es de aplaudir el trabajo de los monterianos porque lograron su objetivo: salvar la categoría. En cambio, Santa Fe aplica su fórmula efectiva: la táctica fija.
Con una doble línea de cuatro que a veces se convierte en un 4-5 que sirve para generar volumen de juego en los contragolpes, sirvieron para llevarse una serie muy disputada, con muchas faltas que le permitieron degustar al rojo de la capital su plato favorito: la pelota quieta.
Mientras que uno de los batacazos se presentó en el templo del fútbol antioqueño. El campeón de Colombia se complicó y tuvo una difícil serie ante un Deportes Tolima que sabe a lo que juega con Alberto Gamero: juego externo y asociaciones en espacio reducido.
Es por ello que Tolima supo hacer las cosas, complicó al verde antioqueño que de un momento a otro perdió su estilo de volumen de juego y lo cambió por un inefectivo juego de posición que dejaron a la hinchada con un sabor amargo y la furia materializada en cantos hacía el español Juan Manuel Lillo.
Así fue que el Atanasiazo no fue suficiente para ver el Metropolitanazo que ocurrió en la ciudad de Barranquilla. América con la presión liberada al quedarse en primera división, salió a jugarle a un Junior herido siempre pensando en la frase: no tengo nada que perder.
Y así fue, desde la llegada de Jorge Polilla Da Silva, al igual que Santa Fe, vivió un proceso de uruguayización futbolística, porque para marcarle al América hay que tener paciencia con el bloque defensivo de doble línea de cuatro y cuidarse de las pelotas quietas (lo común que tienen los rojos por ahora).
Ahora se vendrán las semifinales. Santa Fe vs Tolima y Millonarios vs América son la muestra del buen fútbol y la jerarquía del fútbol colombiano, que esperan no defraudar como los primeros partidos de los cuartos de final, ya que todos sueñan con la estrella de navidad que iluminen su escudo.
Así mismo, algunos dicen que el campeonato de diciembre es el más bonito de conseguir. Es por ello que el camino estará compuesto por la grandeza y la tradición que han hecho al fútbol colombiano atractivo para el mundo del fútbol.
Grandeza y tradición
Mar, 05/12/2017 - 03:13
Las finales siempre tendrán su tinte dramático y en los cuartos de final no fue la excepción. Favoritos eliminados, sorpresas inesperadas, grandeza, tradición y mucha ilusión componen el cami