Hitler tiene una casita al lado del mar

Jue, 27/02/2014 - 11:58
Hace algunos días alguien me dijo que el procurador estaba «limpiando» el terreno para que los cristianos subieran al poder. Fue sólo una opinión, por supuesto, y no sé mucho de política, sin c
Hace algunos días alguien me dijo que el procurador estaba «limpiando» el terreno para que los cristianos subieran al poder. Fue sólo una opinión, por supuesto, y no sé mucho de política, sin contar que no recuerdo la última vez que visité la iglesia, quizá en mi adolescencia para gritar alguna frase nietzscheana contra el tipo de la cruz. Por eso apenas abrí la boca para proferir una interjección. Sin embargo, en lo que estuve de acuerdo con aquella persona es en que nos enfrentamos a la «invasión piraqui-ves». No me refiero a la llegada de piratas armados con cruces, espadas y perros asesinos, de apellido Piraquive, ni a su iglesia, ni al movimiento político MIRA. No, no pretendo atentar contra el buen nombre de ninguna organización. Menos de esta que ha estado en la boca de todo el mundo en las pasadas semanas. ¡Dios me libre de eso! Mediante esta inofensiva metáfora ilustro la aparición y expansión de esa especie de amigos religiosos que son atacados, de manera frecuente, por el satanismo y que viven en una lucha constante contra las fuerzas del mal. Ya sea que se manifiesten de diversas formas: Halloween, los dibujos animados, la libertad, la evolución, la ciencia que es lo mismo, e incluso la discapacidad. No son locos, a quienes tienen miedo. Sino homínidos convencidos de que poseen una verdad tan transparente como el cristal. Es posible encontrarlos en cada esquina. Incluso yo, que vivo fuera del radar celestial, cuento con varios conocidos que pertenecen a esta congregación de seres bendecidos y que día a día toman más fuerza dentro de la estructura social, modificando la manera de ver y vivir la realidad del país. Tienen un discurso medieval que se justifica bajo los mejores propósitos. No importa cuántos quemen en la hoguera o arrastren al patíbulo, si lo hacen en la búsqueda de los mejores intereses. Y no han llegado hasta nosotros para cambiar oro por espejos, sino para imponer un sistema de pensamiento tan viejo como el totalitarismo o el oscurantismo, que viene a ser la misma vaina. Se reproducen fácilmente. Tienen una «labia» que incluye palabras como resurrección, felicidad eterna, riqueza en la tierra, salvación y que se transmite casi como una enfermedad. Sus pastillas de utopía domestican al más ilustrado y llenan de esperanza al más miserable. Se encuentran entre intelectuales y niños de buen corazón. Muchas personas son vulnerables a sus imponentes carabelas, que con vergas en cruz van seduciendo las miradas y preparando su emboscada. La invasión está en progreso. Lentamente han llegado a los puestos públicos y con paciencia se han apoderado de las ideas y han fundado iglesias que se exhiben como palacios, y colegios donde los niños se educan de acuerdo a su doctrina. En la «democracia más vieja de Latinoamérica», hasta Hitler tiene una casita al lado del mar.
Más KienyKe
El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en su red, Truth, el nombre de su embajador en Colombia.
Hay confusión en el congreso frente a las votaciones de la reforma tributaria que acaba de terminar hundida, ¿qué pasó?
La defensa de Sandra Ortiz mencionó que Olmedo López estaría intentando implicar a Gustavo Petro en el caso de corrupción de la UNGRD.
El encuentro tuvo lugar en la Casa Blanca y abordaron una amplia gama de asuntos regionales y bilaterales.
Kien Opina