Imagine all the people Living for today Imagine there's no country It isn't hard to do
Nothing to kill or die for And no religion too Imagine all the people Living life in peace
John Lennon
No existe la menor duda de que Hollywood es el más pesimista de los profetas de nuestros tiempos, ni siquiera lo creyentes más radicales pueden competir contra el ritmo frenético con el que este gigante cinematográfico imagina futuros sombríos para la raza humana. Matrix, Mad Max, Wall-e, In Time, Terminator, Waterworld, 12 Monkeys, Children of Men y más recientemente Elysium, entre muchas otras, se han atrevido a dar una mirada a las funestas consecuencias a futuro de nuestras decisiones. Un virus devastador que se esparce sin control por el mundo, un conflicto nuclear a escala global, un mundo contaminado a tal punto que ya no puede sustentar la vida, la inteligencia artificial desarrollando conciencia propia, o sencillamente la brecha entre pobres y ricos llevada a límites insospechados. Sea cual sea la razón, el panorama no es nada alentador. Y es que contrario a lo que afirmaba John Lennon, no es fácil imaginar un mundo mejor, donde hayamos subsanado nuestras diferencias y el dinero, la política, la economía y la guerra sean materia de estudio de la historia. Es cierto que el cine siempre ha aprovechado estos escenarios de desastre y desesperanza para contar sus historias taquilleras, llenas de efectos especiales y de un héroe que por poco se llama Destino Manifiesto, pero lo cierto es que estamos lejos de poder imaginar un mundo tan radicalmente diferente como para pelear por él. Y es que las condiciones del mundo actual no se alejan de algunas pesadillas de película, no por los robots sedientos de sangre que quieren apoderarse del mundo, ni por la inevitable venida del juicio final, sino porque estamos convencidos de que la supervivencia del más fuerte (o del más rico en muchos casos) es el único mandamiento por el que debemos regirnos. Es nuestro deber imaginar otro mundo, porque los que han imaginado para nosotros sólo son aptos para la supervivencia del héroe y su moza de turno. Mientras sigamos siendo extras, nuestras vidas no servirán sino para decorar con tripas una trama de la que los poderosos han abusado desde siempre; si no escribimos nuestra propia historia seguiremos pagando una y otra vez para ver la misma película, una en la que a pesar de toda nuestra angustia, siempre terminamos jodidos.Roberto García