La censura para opinar en el exterior

Lun, 26/06/2017 - 07:02
En las últimas semanas los medios de comunicación marcaron gran parte de su tiempo de noticias en hacer seguimiento detallado de los viajes del Expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez en el
En las últimas semanas los medios de comunicación marcaron gran parte de su tiempo de noticias en hacer seguimiento detallado de los viajes del Expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez en el exterior. La inquietud de algunos ciudadanos eran y ¿cuál es la noticia?, ¿por qué es tan importante el tema que evita el espacio de otras noticias nacionales?. Simplemente porque eran foros internacionales en los que se estaba contando sobre la realidad del país en este momento. Según el gobierno Santos, se estaba hablando mal del país. Una realidad soportada con estadísticas, la economía no miente, la disminución de las inversiones, la verdad sobre el aumento de las hectáreas de coca según dos informes internacionales, o las razones del fracaso de la implementación de los acuerdos del proceso de paz, entre otras cifras que no dependen de la imaginación del expresidente Uribe sino de una recopilación simple de una radiografía del país. Cuál es el mensaje de todo esto, la gravedad de que un gobierno “supuestamente” democrático intente censurar la opinión de un colombiano ante escenarios internacionales, queda la pregunta y por qué no se le hace el mismo seguimiento o vigilancia de los discursos a todos los senadores que viajan al exterior a diferentes eventos y dicen lo mismo, porque no hacen parte de la polarización política ni representan lo que significa el expresidente Uribe, entonces el tema no es qué se dice sino quien lo dice. Es realmente vergonzoso que incluso se utilicen los embajadores por instrucción de la Cancillería para que desmientan u obstruyan los espacios de participación del senador Uribe, el gobierno debería simplemente opinar desde su perspectiva en el mismo o en otros escenarios lo que considere, pero sin censurar la participación. Es fácil decir que somos un país democrático, institucional, que respeta las libertades y cuando una persona dice algo que no le gusta al gobierno, al mejor estilo dictatorial, se trata de frenar o desmentir. Para ser más exactos esto fue lo que se publicó el pasado 16 de junio en confidencial Colombia y en resumen en todos los medios: “Confidencial Colombia, conoció que el Gobierno a través de Alberto Furmansky, embajador de Colombia en España, está haciendo todo lo posible para torpedear la presencia de Uribe en el acto que se llevará a cabo en el prestigioso Hotel Ritz de la capital española. Aunque hasta el momento Uribe figura como invitado especial del evento, no se descarta que el Gobierno termine convenciendo a los organizadores para que cancelen la presentación del expresidente y así evitar que se repita la escena del Foro Concordia realizado hace varios días en Atenas (Grecia), donde el exmandatario y jefe de la oposición se fue lanza en ristre contra el presidente Santos”. Es absurdo que se utilice la política exterior para evitar que un senador colombiano se exprese libremente en un foro internacional al que fue invitado, es vergonzoso que un embajador se preste para obstaculizar la participación en un evento y se tome el trabajo de buscar que se cancele la intervención; debería más bien utilizarse a los embajadores para lo que son, para desarrollar la política exterior de Colombia, para trabajar en la imagen del país y de su política, ¿qué se quiere esconder al hacer tanto esfuerzo?, ¿por qué evitar que hable y diga lo que piense?, ¿no se tienen suficientes herramientas como gobierno para expresar lo que se considera oficial?,¿no se invita a estos mismos escenarios a los representantes del gobierno? Colombia siempre se ha caracterizado por ser un país democrático, desde el 2010 se ve como se restringen libertades esenciales, como la libertad de prensa y de opinión, no olvidemos lo que ha pasado con algunos periodistas por mostrar la realidad del país, si al gobierno no les gusta la información y como se presenta simplemente persigue y presiona. Donde quedan las libertades que se pregonan al interior y exterior del país, porque cuando los funcionarios públicos salen a eventos internacionales y dicen que este es un país democrático pasando lo que pasa y nadie sale a desmentirlos. Estamos acostumbrados a la doble moral, algunos en las redes decían “los trapos sucios se lavan en casa” es decir, nadie puede salir a contar la realidad del país porque es un delito, al mejor estilo venezolano o cubano, el paso que sigue es, ¿no dejarnos salir del país? O cómo se va a evitar que el colombiano que desee, salga libremente a contar su versión de los hechos con cifras reales. Incluso lo más paradójico es que muchas de ellas son del propio gobierno, entonces cual es el problema, será que sólo se espera ¿que los funcionarios públicos autorizados expresen lo que el gobierno desea, según el libreto?. Pero para ser más contradictorios, cinco días antes del viaje del expresidente Uribe a Madrid, es decir, el 11 de junio “El máximo líder de las Farc, Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, viajó a Noruega con el visto bueno del Gobierno Nacional, para participar de un Foro sobre 'Resolución de Conflicto', a donde llevará la experiencia del 'Acuerdo de Paz 'de Colombia. Según explicó el jefe de la guerrilla, desde Caño Indio en Tibú en Norte de Santander; “se trata de un foro que se realiza en la capital de Noruega, en Oslo y lo realizan todos los años. Allí se reúnen especialistas en conflictos en el mundo y personalidades que tienen que ver con los conflictos, que tienen experiencias y personajes que hayan estado involucrados en la resolución de conflictos”. 'A contrario sensu', no hay ninguna dificultad en que el máximo líder guerrillero de las FARC viaje a un evento internacional a hablar de paz, simplemente porque va a decir lo que el gobierno quiere que diga y son las bondades del proceso de paz, obviamente no va a decir que el 52% del país votó en contra del proceso en el plebiscito del 2 de octubre del 2016 (lo que fue cierto), tampoco va a decir que no se modificaron los acuerdos después del plebiscito y fue un engaño del gobierno para quedar bien con la opinión pública (lo que fue cierto), tampoco dirá que no se ha cumplido con la implementación de los acuerdos por dificultades con el Congreso de la República y los fallos de la Corte Constitucional (lo que es evidente) y mucho menos que por ejecutar el proceso de paz el país está en una crisis económica que solo se soluciona con una reforma tributaria tras otra. Es muy grave que un gobierno utilice estrategias por debajo de la mesa para intentar silenciar ciudadanos colombianos que quieren mostrar la realidad del país, siendo selectivo, porque solo se permite a aquel que hable positivo del gobierno y sus actuaciones. Solo queda esperar un cambio de gobierno que permita en el 2018 recuperar las libertades que se restringen hoy en Colombia, la de opinión y la de expresión, donde periodistas y políticos puedan manifestarse en Colombia y en el exterior sin censura de gobierno.
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