La economía y la ecología no pueden ser consideradas por separado. Se necesitan ambas para promover el desarrollo de una nación.
Somos protagonistas de innumerables retos sociales y ecológicos a nivel global que debemos resolver lo antes posible mediante la integración de ideas innovadoras y soluciones viables por parte de los cientos de países que conforman el planeta. Nuestras generaciones, serán las responsables de tomar medidas concretas a favor de una resolución oportuna y equilibrada para todos.
Somos testigos de una increíble carrera por parte de las principales economías mundiales por “tener el control” del entorno. Estas naciones globalizadas, deben asumir el reto del liderazgo internacional en el área de la sostenibilidad con la mayor transparencia posible. No cabe duda de que las tendencias actuales indican un crecimiento exponencial de la relación entre el desarrollo económico y la destrucción ambiental, lo que demuestra cómo el ser humano puede consumir el sistema natural de forma abrupta y ejercer su presión de una manera insostenible.
La relación holística entre la economía y la ecología, ha sido un punto de gran interés durante las últimas décadas para la construcción de un modelo de desarrollo sostenible, basado en la regulación del uso de los recursos naturales, con miras a la protección de los mismos y garantizando un adecuado manejo para el futuro.
Más allá de que la mayor parte de las empresas hayan sabido adaptarse a los cambios económicos globales, han podido comprender que la única forma de seguir adelante y mejorar su capacidad productiva, es contribuyendo con la sostenibilidad de los recursos naturales, incorporando aspectos sociales, tecnológicos, culturales y éticos. La relación entre el medio ambiente, el compromiso social y la planificación económica viene a ser la clave principale que ayuda a aumentar la responsabilidad empresarial y al mismo tiempo, la confianza por parte de las comunidades, clientes y proveedores, promoviendo la aceptación del producto o servicio como un punto sostenible. El desempeño ambiental empresarial debe evaluarse a través de la identificación de mejoras continuas para establecer óptimas condiciones en los procesos de planificación, producción y comercialización, además de generar oportunidades provechosas entre trabajadores, clientes, proveedores y demás. En tiempos de crisis, las innovaciones sociales y ambientales han cobrado importancia y han permitido paliar algunas de las graves consecuencias de actos intolerables hacia el medio natural, que han obligado a las sociedades y a las empresas a inventar otros modelos económicos y productivos que permitan el equilibrio entre los recursos económicos, sociales y ecológicos. Ante estos paradigmas, la gerencia ambiental es una de las vías más seguras para lograr los objetivos de mejora ambiental. Por lo tanto, la gestión ambiental es (y seguirá siendo) una de las claves principales de las empresas y organizaciones, y debe ser vista como sinónimo de bienestar, no solo para buscar un interés económico o productivo, sino para buscar la mejora de las sociedades y el medio ambiente.Escrito por:
Maria Eugenia Rinaudo Mannucci
Licenciada en Estudios Ambientales
Especialista en Gestión Ambiental
Investigadora de cambio climático en AL
Twitter @rinaudomariae