En el año 2015, el Huffington Post en EE.UU. citó un análisis que hizo la importante y reconocida central de reservas de restaurantes OpenTable. En los últimos dos años, evidenciaron un incremento del 62% en las reservas a restaurantes hechas para una sola persona.
El texto nombraba cinco razones para hacerlo pero no quiero ponerme a repetir lo que ya está escrito. Puede buscarlo en Google como: “Why you should go out to eat alone”. Ahí le darán cinco rebuscadas razones para hacerlo.
Ya hago parte de la estadística y quiero compartir mi experiencia.
Comer solo le puede chocar a más de uno. Así sea una sencilla y noble empanada, siempre será grato el saludo de su célebre tendero, pero comer íngrimo no es del todo gustoso. “Disfrutar de su propia compañía y no de su soledad”. SDO. (Me deberían dar un Nobel de Literatura por esa frase).
No confunda estas dos cosas. Una cosa es que ni el perro del vecino lo quiera y otra diferente es regalarse un tiempo consciente para usted. Este ejercicio enriquecería su capacidad de disfrutar de su mente y más allá de darle razones para hacerlo, quiero darle “tips” o cosas que hice, en pro de disfrutar tan extraña tendencia.
- Haga la reserva: No vaya a ser tan pendejo de llegar solo para sentarse a la mesa y aguardar que el mesero le pregunte si espera a alguien. Siga el protocolo y hágalo con determinación: -“Una reserva por favor” – ¿Para cuántas personas? -“Solo para mí, muchas gracias”.
- Siéntese en un lugar donde pueda ver quien entra y quien sale del restaurante, mientras se encuentra con su “yo” interior deje que su “yo” chismoso lo distraiga un rato.
- Tómese su tiempo para pedir la entrada, su plato fuerte, su bebida y lo que quiera. La única conversación que va a tener es con el mesero y le darán ganas hasta de preguntarle cuanto se hace en propinas al mes.
- En mi caso y como crítico del sector, pedí una cerveza de aperitivo, luego una entrada para continuar con el plato fuerte. Le busqué los ingredientes a cada bocado y me concentré en cada uno de sus sabores. ¡Esto fue espectacular!
- Admire el plato, admire sus colores, la posición de cada alimento y la decoración del mismo fue pensada y probada una y mil veces para lograr una satisfacción y experiencia visual.
- Oiga lo que está a su alrededor, el sonido de un restaurante a la hora del almuerzo es como un tren. El fragor de su cocina, de la barra, cubiertos, murmullos, risas estruendosas y otras más prudentes y consideradas –Recordando el poema Desiderata-.
- Se estrellará con varias miradas y solo aquellas dignas de su interés se mantendrán fijamente por interminables segundos. Es de un caballero darle paso a la prudencia y a los buenos modales y retirar la mirada hacia otro lugar.
- Sonría. Así suene y parezca algo idiota, hágalo. Disfrute de su compañía.