Lo que viene en Venezuela

Difícil lo que sigue de aquí en adelante para Venezuela. En las horas posteriores a la muerte de Chávez, hablaron las voces más autorizadas del país. El Vicepresidente, el presidente de la Asamblea, el Ministro de Defensa, la presidenta del Tribunal Supremo y el Consejo Nacional Electoral, la Fiscal General, el canciller, en fin, los personajes claves del Estado. Todos se han dedicado a glosar la figura de Chávez repitiendo hasta el cansancio las palabras amor, memoria, legado, patria, gloria, padre, hermano, dolor, combate, etc.. Nadie ha aclarado, sin embargo, el embrollo formidable en que queda el país: ¿Quién manda en Venezuela? ¿Qué sigue de aquí en adelante? Con Chávez moribundo se tomaron decisiones sorprendentes como una toma de posesión fantasmagórica del cargo de Presidente después de haber ganado éste las últimas elecciones, cosa que –insistieron desde el gobierno- era absolutamente legal. Luego, si uno lee el artículo 233 de la Constitución venezolana queda perplejo. Dice la carta magna de ese país: “Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional…” Chávez, antes de salir hacia Cuba para someterse a la última fase de su tratamiento contra el cáncer, señaló al Vicepresidente Nicolás Maduro como su heredero. Basados en la Constitución, Diosdado Cabello debería asumir la presidencia y Nicolás Maduro renunciar al cargo para postularse como candidato del chavismo. Además de declarar amor eterno a Hugo Chávez, nadie ha dicho a los venezolanos cuáles serán las medidas legales a tomar tras la muerte del jefe de Estado. Y es que la cosa no es tan sencilla, como ocurre hasta en las mejores la familias los parientes se pelearán por la herencia. Además de Maduro y Cabello están Elías Jaua, Francisco Arias Cárdenas, Rafael Ramírez y Adán Chávez en la cola para recibir la herencia del chavismo. Ninguno de ellos, sin embargo, tiene el carisma de Hugo Chávez. Eso le dará a la lucha por el poder en Venezuela el aspecto de una gallera. Porque si hay algo que se puede afirmar con absoluta certeza es que habrá chavismo para muchos años. El chavismo es el peronismo que deja el caudillo populista muerto a los venezolanos. Luego, para hacer las cosas más inciertas, queda por saber el papel de Fidel Castro en el destino de Venezuela. Chávez dejó en manos de Cuba un aspecto fundamental de la seguridad del Estado como es la inteligencia, aspecto en el que los cubanos son verdaderos maestros. A través de ésta los hermanos Castro han manejado al gobierno venezolano de tal forma que Caracas se ha plegado en estos años a los deseos y necesidades que señalaban desde La Habana. Una segunda incertidumbre es la actitud de las Fuerzas Armadas a las que, por cierto, Chávez cambió el nombre para que no parecieran plurales o enfrentadas y hay que llamar Fuerza Armada; así, en singular, para dar imagen de unidad. ¿Permanecerá esa unidad monolítica que pregonó Chávez tras la desaparición del caudillo? Una voz tan autorizada como Teodoro Petkoff lo duda. El jefe de la oposición, Enrique Capriles, reaccionó moderado y conciliador ante la muerte de su rival político. El seguro candidato chavista frente a Capriles en unas futuras elecciones, Nicolás Maduro, llegará a la campaña en una ola de luto y dolor por el líder muerto que lo favorece. Pero, gane quien gane, se adivina un panorama incierto. Lo deseable sería, por el bien de los venezolanos, que si vuelve a ganar el chavismo –cosa bastante probable- abandone la política esperpéntica de estos dos últimos meses. Ocultar la situación agonizante de Hugo Chávez fue inútil, contraproducente y un insulto a la inteligencia de sus conciudanos.