Nicolás, no te vistas que no vas

Me he vuelto un venezolano más. Siento como joven colombiano el claro mensaje de las multitudinarias marchas que demuestran por estos días, y una vez más, que los estudiantes venezolanos se rehúsan a persistir en el despotismo chavista que instauró hace 15 años el fallecido mandatario. La decisión de mantener como presidente encargado a Nicolás Maduro y pasarse por la faja la Constitución, que dispone que en caso de ausencia definitiva del presidente debe asumir el cargo el presidente de la Asamblea Nacional, ha dejado claro el mensaje: los intereses del chavismo están por encima de la Constitución. Con toda razón quienes somos la nueva generación de latinoamericanos no podemos aceptar lo que el moribundo presidente venezolano quiso garantizar al señalar como su sucesor a Maduro: la continuidad de su régimen. Y de seguro murió convencido de que su voluntad se cumplirá. Pero no sería la primera vez en la historia que un caudillo muera convencido de que dejó todo ‘bien atado’ y luego las cosas tomen un giro diferente a lo previsto. Maduro, además de carecer del carisma que sí tenía Chávez, en los días que ha detentado el poder ha dado unos pasos en falso que ponen en duda su criterio y sus capacidades para asumir el reto de sustituir al monstruo político que era Chávez. Por ejemplo, sugerir que el fallecido gobernante se enfermó porque sus opositores le inocularon el cáncer que lo llevó al fin de sus días. ¡O es muy ignorante o es muy paranoico! O ambas. Pero, en cualquier caso, alguien que piense así no está en capacidad de gobernar a un país como Venezuela. A la patria hermana –que hemos visto desmoronar su sistema de justicia, el equilibrio de poderes, la devaluación de su moneda y retroceder a la tiranía– ha vuelto la posibilidad de un cambio de gobierno y de visión. La propuesta de aumentar un 40 % el salario a los trabajadores ha puesto a ver la silla tambalear a quienes se “maduraron” y se engordaron en la antesala del líder bolivariano. Ahora no escatimarán esfuerzos para seguir ahí desde el próximo 14 de abril. Comparto la afirmación de Capriles, dijo que Maduro era un mentiroso porque siempre le afirmó a su país, y al mundo entero, que la salud del presidente Chávez mejoraba a diario, cuando todos intuíamos que iba era todo lo contrario. Ahí la frase: quién miente una vez, miente dos. Y es exactamente hacia la verdad adonde necesita girar el país hermano. No cabe duda de que los deseos de todo venezolano dispuesto al cambio, de quienes se resisten al gobierno de la boina roja y el camuflado, se enfrentarán este 14 de abril a una maquinaria con muchos recursos del oficialismo, que no evitará utilizar toda la estructura del Estado y todo el poder que han montado por la vía del descrédito. Desde acá, y a los jóvenes del otro lado de la frontera, las palabras de Capriles nos llenan de esperanza: “Salgamos a votar no en contra de alguien, sino a favor de un mejor futuro. ¡Nadie nos va a expropiar el futuro!”. Quienes creemos en la democracia, en que Venezuela no aguanta un día más como el hazmerreír institucional latinoamericano y quienes aquí tampoco queremos ver a Colombia haciendo venias en la era post-Chávez nos unimos a tan real frase: “Nicolás, no te vistas que no vas”. @josiasfiesco