Por: @CifuentPatricia
“La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo” (Nelson Mandela)
El paro de profesores se levantó luego de cinco semanas de enormes movilizaciones en todas las ciudades. Día tras día amanecía el país sacudido por la lucha del magisterio, librada con una convicción que los mismos profes afirman no haber visto desde hace muchos años.
Una de las protagonistas de todas estas movilizaciones es María Antonieta Cano, directiva de la Asociación Distrital de Educadores, ADE, el mayor sindicato del país. Es una de las mujeres más jóvenes que ha llegado a la ADE y está adscrita al régimen del 1278, que les da menos garantías laborales que los de otros regímenes.
Licenciada en Ciencias Sociales de la Universidad de Caldas, afirma que decide ser docente por vocación y porque entiende el papel del maestro y la importancia que tiene la educación para la sociedad.
Comenzó en el activismo desde muy joven yendo siempre contra la corriente, defendiendo los intereses de los trabajadores y de estudiantes, padres de familia y profesores.
“Las mujeres tenemos una responsabilidad histórica en el magisterio –afirma–. Somos el 76% de los institutores, una población muy femenina donde ha existido siempre una discriminación histórica hacia la mujer. Es por eso que ganamos un salario tan bajo, pero con la movilización, las cosas tienen que cambiar”.
Los acuerdos son positivos para los docentes y ponen los cimientos para mejorar la calidad de la educación. El paro, según María Antonieta, más que por reivindicaciones salariales, era para salvar la educación pública de su desaparición. No iba a haber presupuesto para los próximos años, lo que, sumado a los 87 billones de pesos que Santos recortó de las transferencias cuando era ministro de hacienda de Pastrana, sería el final de la educación pública administrada por el Estado.
Hubo mejoras significativas en las garantías laborales. Se logró frenar unas políticas que estaban avanzando vertiginosamente y que apuntaban a acabar con el régimen formal del Magisterio. Los acuerdos son positivos para los docentes y ponen los cimientos para mejorar la calidad de la educación. SGP, que se materializará en mejor infraestructura y dotaciones, bibliotecas, laboratorios, canasta educativa, además de comida digna para los estudiantes, logros que apuntan a mejorar la calidad de la educación.
Otro punto está relacionado con la jornada única que se viene aplicando sin unas mínimas condiciones para funcionar. El acuerdo estipula que habrá una revisión de los colegios donde ya se haya puesto en práctica y si no se está haciendo bien, se pueda echar atrás. De ahora en adelante, cualquier colegio que quiera instaurar la jornada única debe garantizar unos mínimos, como comida caliente para los estudiantes, transporte escolar y nombramiento en propiedad de los maestros que se requieran.
Todo apunta en últimas a que la educación no corra la misma suerte de la salud. Que no se les entregue a operadores privados los recursos para educación, como ocurre con las EPS. Si hay más presupuesto, va a haber una educación pública administrada directamente por el Estado con docentes y estudiantes bien tratados.
La profesora María Antonieta afirma finalmente: “Todos los trabajadores deben participar activamente en los sindicatos, como única herramienta que tienen para poder reivindicar sus derechos. Si con sindicatos están cómo están, cómo sería sin ellos. La herramienta que han logrado construir debe defenderse, cuidarse y garantizar que tenga interlocución con el patrón para poder generar los procesos de transformación que requieren los trabajadores colombianos”.
